Los mechones violetas se colaban entre su visión gracias al fuerte viento que soplaba allá arriba. Era de noche y la ciudad estaba oscura, fría, y si fuera una persona diría que –para haber rescatado a un héroe– parecía tensa, como si aquel rescate pudiera traer consigo una catástrofe.
Y no estaban equivocados.
Subió un par de escaleras más hasta que llegó al techo y caminó hasta la ventana que estaba buscando. Se sostuvo con fuerza y bajó despacio hasta quedar parada entre el cristal y el vacío. La zona no era muy transitada ni luminosa, tampoco era la primera vez que estaba allí, sino que volvía después de varios años; así que estaba segura de que no la verían.
Golpeó la ventana con los nudillos. Al cabo de unos instantes, la ventana se abrió rápidamente hacia arriba y ella pudo agacharse para ver mejor el rostro de aquella persona que no veía hace un largo tiempo.
—¿Jiro?
La pelimorada tomó aire y suspiró ruidosamente, sin poderse creer aún lo que estaba haciendo.
—Momo, tanto tiempo.
—Dios mío, ¿Pero qué haces aquí? —la incredulidad en su tono de voz y en su rostro eran notables. La pelinegra intentó hacer que Kyoka entrara a la pieza por temor a que se caiga estando en el marco de la ventana, pero ella se negó— ¿Dónde estuviste todos estos años? Te habíamos dado hasta por muerta.
—Ahora sabes que no lo estoy —se tocó la nariz con el pulgar cuando recibió una expresión dolida de Momo. Sonaba muy fría a comparación de hace años— Pasaron... muchas cosas que no tengo tiempo para contar ahora, estoy corriendo en contra del reloj.
—¿Por qué? —dijo al instante, preocupada— Jiro, no puedes irte así sin más.
Sí podía. Ya lo había hecho una vez, ¿Quién le decía que no puede hacerlo dos?
—Escucha, Momo. Tengo un par de cosas importantes para decirte... y una propuesta que hacerte —la pelinegra alzó las cejas como única reacción, esperando que siguiera hablando— Las cosas... van a complicarse demasiado, posiblemente la ciudad quede muy conmocionada y abatida luego. Y yo sé... yo sé que tú te preocupas mucho por todos, por eso eres heroína, pero... ehh... yo también me preocupo por ti, por eso quería... —suspiró para tranquilizarse y soltó todo rápidamente— ...proponerte escapar. Tengo dos pasajes a Europa que con tu respuesta afirmativa voy a comprar y podemos utilizar en dos días exactamente.
Momo guardó silencio un buen rato, tampoco esperaba mucho más, solo rogaba que no la empuje por la ventana hacia el abismo.
—¿Qué? —por fin reaccionó, y no fue en un muy buen tono— No, espera, detente ahí. Primero desapareces sin dejar rastro ni decir nada ni a mi ni a tus abuelos y no tienes el descaro de al menos mandar una carta para avisar que sigues viva; luego de cuatro años te apareces en mi ventana, sin darme explicaciones de dónde estuviste, por qué te fuiste, o qué estuviste haciendo; me propones irme contigo a Europa sin avisarle a nadie y por una razón que aparentemente tampoco piensas explicarme, ¿Y piensas que yo diré simplemente que sí o que no aún después de todo eso?
Kyoka cerró los ojos con fuerza, sabía que iba a obtener esa reacción por parte de su crush y antigua mejor amiga.
—¿Qué esperas? ¿No piensas contestar ninguna de mis preguntas? —sólo obtuvo silencio como respuesta, la pelimorada estaba acostumbrada a él después de pasar cuatro largos años en el bakusquad— Jiro, realmente has cambiado. Y no me gusta.
A Kyoka se le apretó el corazón.
«Nunca me llamaste por mi primer nombre.»
—Sabes yo... te sigo queriendo mucho, te sigo considerando mi vieja amiga a pesar de todo —intentó sonreír. Jiro pensó repentinamente en todo lo que los chicos decían, en por qué odiaban a los héroes y lo falsos que eran al hablar. Pero luego se sintió culpable de pensar así de Momo, ella siempre hablaba con el corazón, por eso el suyo siempre latía rápido cuando pensaba en su rostro y recordaba los momentos que vivió con ella. Pero todo ahora era diferente, ambas habían cambiado. Momo se había vuelto más serena y madura, y Kyoka más seria y misteriosa— Me encantaría poder ayudarte de alguna otra manera, pero si ni siquiera me explicas un poco más qué demonios está pasando, no puedo darte una mejor respuesta.
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La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}
FanfictionMidoriya Izuku no creía que su vida pudiese ser peor. O mejor dicho, no creía que su vida pudiese mejorar. "-¿Quién te hizo esto, ah?" O eso fue hasta que se convirtió en la obsesión de Bakugo Katsuki, un asesino y villano completamente capaz que l...