Cinco días después de que Izuku llegara a la guarida de Bakugo Katsuki y su squad, el peliverde comenzó a tener curiosidad sobre cuáles serían los límites de un asesino como el rubio.
Hasta ese momento se había mantenido bastante alejado de todos porque quería sanar sus heridas correctamente, por lo que la mayor parte del tiempo estuvo en su cuarto.
Ahora quería aprovechar que Katsuki había mandado a sus cuatro mejores reclutas (y amigos, Izuku estaba seguro de que lo eran) a la ciudad, para acercarse y hablar un rato con él.
A penas dio un paso dentro de la sala un escalofrío le recorrió la espalda cuando notó que los ojos rojos de Katsuki ya lo estaban mirando. Había dejado de leer su libro para prestarle atención. Pero Izuku no estuvo seguro de hacer mucho ruido como para alertarlo de que estaba allí. De igual manera se adentró en la sala y tomó asiento frente a Katsuki.
—¿Necesitas algo, Deku?
—Quería saber...
—¿Qué quieres saber? —Cerró el libro y lo dejó a un lado suyo.
—¿Por qué yo?
—¿Por qué no tú?
—Katsuki —Frunció el ceño, esa respuesta no le servía de nada.
—No me digas como me dicen todos, Deku —Gruñó— No eres parte de ese grupo.
Izuku se le quedó mirando. ¿Eso era algo bueno o algo malo? ¿Significaba que era un jodido bicho raro o que tenía privilegios? Y luego se le ocurrió una idea.
—Kacchan —Sonrió levemente al verlo interesado. Le había gustado— ¿Qué tengo yo que los demás no tengan para haber sido elegido por ti?
—Tienes un gran corazón, yo valoro mucho eso —Se cruzó de brazos con las piernas abiertas, su espalda se recargó en el respaldo del sofá— Y te han lastimado tanto... a una persona como tu... tan bella, amable e inteligente... que me da rabia.
—¿Soy tan importante para ti aún si solo estoy aquí hace cinco días?
—Te equivocas, Deku —Le regaló una sonrisa escalofriante— Te he estado observando desde hace mucho más tiempo del que crees.
Izuku tragó saliva.
—¿Qué harías si me lastiman? —Lo provocó, a conciencia. Bakugo gruñó con disgusto de solo pensar en verlo herido, pero con satisfacción al recrear en su mente lo que haría con aquella persona si llegara a lastimarlo.
—Mataré a cualquiera que te toque sin tu consentimiento.
—¿Y qué harías sí... los héroes vienen y me secuestran pensando que están salvándome?
Se inclinó hacia adelante cuando vio que el puño de Katsuki se apretaban con fuerza sobre el brazo del sofá en el que estaba sentado. Se removió, al parecer incómodo.
—Ven acá, Deku. Odio escucharte hablar así y no tenerte cerca —Gruñó por lo bajo, con una sonrisa molesta.
Izuku aún no se acostumbraba a estar tan cerca de alguien como lo estaba siendo con Katsuki, pero tal vez debía acostumbrarse, pues no le presentaba ninguna molestia más que al principio una leve vergüenza.
Así que se levantó de su lugar y tanteó los muebles hasta apoyar su mano sobre el hombro del de ojos rubí y sentarse sobre su regazo, como hace unos día, solo que sin el cuchillo. Las manos le picaron a Katsuki y se vio obligado a llevarlas hasta la cintura contraria. No recibió ninguna negativa, por lo que las dejó ahí.
—¿Qué harías si me secuestran, Kacchan?
Katsuki suspiró pesadamente, apretando un poco su cintura entre sus manos, sin llegar a hacerle ningún tipo de daño.
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La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}
FanficMidoriya Izuku no creía que su vida pudiese ser peor. O mejor dicho, no creía que su vida pudiese mejorar. "-¿Quién te hizo esto, ah?" O eso fue hasta que se convirtió en la obsesión de Bakugo Katsuki, un asesino y villano completamente capaz que l...