Capítulo 38

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Pasan unos minutos sin decir nada y a pesar de ser agradable me deja un sabor amargo saber que se tendrá que ir.

-No debiste haberte ofrecido.- digo angustiada.

-No sabia lo que iba a pasar Vallolet, vi en la cara de todos el rechazo, ya no me querían en esta manada, también tenia miedo de que me mataran.

-Pero yo decido.- le interrumpo.

-Aun así, preferí serles de ayuda.-acaricia mi mano con su pulgar.

-Pero recién lo estamos intentando y te vas lejos de mi-. él no podía entender la angustia que me generaba.

No quería perderlo.

No a Adair, eso me devastaría.

Él no sabe lo que le puede pasar.

-Creo que es lo mejor, tengo que aprender a controlar mi lobo y desearía hacerlo lo mas lejos posible de ti.- lo detengo y hago que me mire.

-No te tengo miedo, es verdad que tu lobo es descomunal y puedes hacer cosas que otros no pueden pero sigues siendo tu y yo te quiero a pesar de todo.

-Gracias pero solo haces que la despedida sea mas dolorosa-. me acaricia el rostro y me besa la frente-. yo también te quiero.- intenta cambiar el tema-. ahora que lo recuerdo se me olvido mencionarte que al final me quede con la cajita de ese día.

Lo miro sin entender hasta que por fin lo hago, se refería a la cajita que tenia las cartas de su madre, o de la abuelita que lo cuido como si lo fuera.

-Era tuya, solo quería llevártela aun que ahora es un poco tonto si pensamos que volverás allí.

-No lo es, me encanto verte sostener eso que es tan valioso para mi, gracias Vallolet-. me besa esta vez en los labios y no me puedo resistir.

Le pido que se transforme para mi.

Tengo que alejarme algunos pasos, no por el miedo, sino para contemplarlo y lloro.

Lloro sin contenerme, siento como el llanto se vuelve irregular por mi respiración.

"Tranquila, por favor no llores, nunca te haría daño"

El solo escucharlo decirme eso me partió el alma aun más.

¿Por qué tuvo que pasar por todo ese sufrimiento para volver allí?

¿Cuál era el punto de todo esto?

Era absurdo.

No lo necesitaban en esa desagradable manada, solo querían experimentar con él o aprovecharse de que aun era joven para distorsionarlo y volverlo como ellos.

Por mi podría matarlos a todos con tal de que Adair no vaya pero me era imposible hacerlo, no podía atentar así con nuestra especie, no cuando había gente buena también allí, inocentes al igual que Adair.

Lo abrazo sin decir nada, solo sigo llorando.

Me intenta consolar cuando yo debería hacerlo.

Siento como su cuerpo comienza a des transformarse mientras yo sigo aferrada a su cuello.

-No llores por favor, estaré bien.- me abraza fuertemente-. Debes ser fuerte como la Vallolet de la que me enamore, la que vi por primera vez en mi manada, la que sentía que me hablaba a mi, la que sus palabas tocaron mi alma, la que me permitió escapar y encontrarte. No dejare que me pase nada y mucho menos a tu manada o a la de los demás, confía en mi.

-No-. digo con la voz entre cortada-. estas equivocado-. veo su mirada de duda y yo le acaricio el rostro como si fuera la primera vez, contemplándolo, tratando de recordar el calor de esta, el como se siente bajo mi tacto-. esa no es tu manada, esta lo es, es nuestra manada, tu eres parte de ella también y te quiero en ella, conmigo.

Permíteme enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora