Capítulo 20

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Miro cómo entra Adair sonriente con una bandeja para el desayuno y yo solo podía sentir un nudo en mi estomago.

No sabía cómo actuar después de lo de ayer.

Osea yo lo toque osadamente, según yo, el rostro, cuello, él durmió en mi pecho y me besó el cuello con la frente.

No sabía que estaba pasando.

Quería entender por qué hacía tantas cosas que me confundían.

-¿Puedes creer que tu madre casi se pone a llorar cuando me vio?

-Estaba preocupada por ti, vino ayer a preguntarme si sabía algo de ti.

Se sienta donde siempre y me entrega el café.

Necesitaba café.

-Si tu hermano se entera se pondrá celoso-. se ríe levemente.

-¿Cómo te sientes? no vi irte anoche.

"No mientas" se burla mi loba, pero la ignoro.

Me sentía tan hipócrita pero no podía hacerle cara a lo de ayer.

-Mejor, hoy Margarita me dio unos remedios, por lo menos ya no tengo fiebre, lo siento por haberte despertado ayer.

-No te preocupes, estaba despierta-. recuerdo el sueño que tuvo y dejo de comerme la galleta-. al final no me contaste que soñaste para venir tan tarde por eso.

Se mueve un poco incómodo.

-Preferiría no acordarme-. me mira apenado y susurra un lo siento causándome ternura.

-Pues entonces deberías decirme que quieres que te regale para tu cumpleaños.-noto como su expresión cambia iluminándole el rostro.

-¿Me regalaras algo?-. asiento siéndome imposible no sonreír al ver su rostro. Se veía como un niño en navidad-. entonces lo que sea tu cariño.

Gruño ante su respuesta.

-Por favor no seas tan ambiguo, dame pistas.

-Nada de eso, querida Vallolet-. levanta las cosas y lo quiero detener pero es más rápido que yo-. estaré esperando deseoso el sábado.

Sale de la habitación mientras pienso en que le puedo regalar, la verdad aun no le conocía los gustos por lo que me pase la mañana realizando preguntas y él en todo momento sonreía.

Me alegré al saber que hoy no iría a trabajar así que lo invité a almorzar.

Me siento por fin en la silla después de batallar con las muletas, esta semana el doctor me dijo que podía tener más movilidad pero sin apoyar el pie hasta el viernes donde tenía que ir al médico a curaciones.

-Mamá ¿puedes creer que este sábado Adair está de cumpleaños?

-¿Eso es cierto?-. mira a Adair pero no espera su respuesta-. no puedo creer que no nos dijeras.- sonrío satisfecha al escucharla retarlo y él solo me mira recriminatoriamente.

Cambio el tema para salvarlo.

-Mamá ¿sabes quién me acompañara para ir al medico mañana?

-Verdad que es este viernes... iré yo contigo, tu padre se quedara para ver cosas de la manada y tu hermano está ocupado con las clases que tiene, este viernes comienzan las evaluaciones de sus guerreros- sonrío al recordar que ahora es entrenador de los guerreros de esta manada que se encargan de protegerla.

-Si quieren-. escucho que Adair habla y me imagino que es para ofrecerse a acompañarnos pero es interrumpido por mi madre que al igual que yo lo entiende.

-No, nada de eso, tu ya hiciste mucho por nosotras, además solo iremos a la ciudad y así de paso puedo ir a ver a mis padres, hace meses que no los veo.

-¿Cómo están los abuelos?

-Bien, siempre preguntan por ustedes que nunca van a verlos-. me mira reprochándome pero después aplaude alegremente-. podríamos ir a cenar el viernes a su casa todos, así conocen también a Alex antes de la boda.

-¿Boda? ¿se van a casar?-. me sorprendo ahogándome un poco con la comida.

-¿No te lo dijo Alex? se casaran para febrero, aún faltan 8 meses pero pensé que sabías como eres tan cercana a él.

Lo era, desde hace años que hemos estado teniendo problemas tras problema y nuestra amistad se fue deteriorando, ahora solo éramos beta y alfa.

Además que igual era entendible, el tiempo que invertía en mi ahora lo ocupaba con mi hermana que era su mate así que yo no me quejaba, pero si me daba un poco de lastima porque era mi único amigo.

Me estaba quedando sola.

Me deprimo al pensar en eso pero escucho la voz de Adair y lo miro.

Ya no estaba sola, lo tenía a él.

Y comprendí que no lo quería perder como a Alex, no quería que se alejara de mi.

"No pienses tonterías, él no se alejara de ti"

Tarde o temprano lo hará y tu sabes porque.

La tarde pasó bastante rápida y ya era de noche.

Mi madre me ayuda a ir al baño alistando todo para que me duche.

Espero que se vaya con la intención de desvestirme sentada para luego pasar a la tina y bañarse.

Una vez lista me comienzo a secar teniendo cuidado de no caerme. Me dirijo hacia la cama, una vez vestida, en donde comienzo a leer los informes que tenía de la manada.

Por suerte la reunión de la manadas había terminado bastante bien por lo que se acordó que cada manada podía recibir no más de 20 lobos, además se tenía que realizar una ficha con sus datos, tiempo que se quedarían en cuya manada, entre otros datos que estarán a libre disposición de cada manada para que fuera transparente y fuera monitoreando.

Lo malo de esto es que tenía que agregar a Adair a la lista de lo contrario habría discordancia y volveríamos a tener problemas con las otras manadas al ocultar información o en este caso a un lobo.

Pero Leonardo ya conocía su existencia así que sería estúpido de mi parte ocultarlo.

Suspiro.

No se cuanto tiempo más podremos estar ocultándolo, tendría que afrontar cara a cara a Leonardo y protegerlo.

A la mañana siguiente nos dirigimos hacia el médico que estaba bastante lejos de la manada por lo que me puse a revisar una información la cual no dure mucho viéndola ya que mi madre me sacaba de nervios por su forma de conducir.

-Lo siento Vallolet es que hace mucho que no lo hago-. sonríe un poco-. antes venía a ver a tu padre a la manada y siempre me perdía-. continúa hablando de su pasado y yo soy feliz escuchando, siempre era gracioso imaginar a mi padre de joven tan impulsivo, salvaje y agresivo pero con mi madre era un oso de peluche, tierno y apapachable -.¿y que hay de ti hija? ¿has encontrado a tu mate?

Miro hacia la ventana y niego.

-Todavía no encuentro a alguien para amar y que me ame madre-. le digo sin mencionar mi rechazo, escucho un "pronto" de su parte por lo que asiento pero sé que no sucederá.

Permíteme enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora