Extra Aaron

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P.O.V Aaron

Mi necedad, el querer complacer a mis padres, la avaricia me nubló el juicio y por ello perdí al que pudo haber sido el amor de mi vida.

Gracias a un simple error ahora lo estaba pagando con creces.

Pero toda acción tiene su consecuencia sea para bien o para mal, todos tarde o temprano deberán asumir y cargar con dichos actos.

Por qué fui tan necio.

Por qué no escuche lo que me hacía sentir Vallolet.

Por qué no me permití amarla.

Solo logré que me odiara.

Nunca hice nada para que me perdonara, tristemente no merecía su perdón, no cuando la humille, la herí y rechace, no cuando fui la persona que más le hizo daño.

Permití que su sonrisa se fuera de su rostro y que el brillo de sus ojos se apagara.

No fui capaz de aceptar que alguien más se lo devolviera.

Gruño con rabia porque sabia que nunca la había visto tan feliz y tan llena de vida como cuando estaba con ese imbécil, porque seguía imaginando que era él, que esas sonrisas coquetas, ese sonrojo y a quien besaba era a mi.

Es por eso que me fui, no quería seguir sufriendo, no podría ver cuando fuera de él completamente, cuando le entregara lo que yo ni siquiera podría imaginar.

Gimo lastimeramente mirando al cielo, conteniendo el llanto al imaginar que pasa las manos por su terso cuerpo.

Ella en sus brazos inconsciente vienen a mi mente, fugazmente, tensando mi cuerpo por completo.

Que no hubiera dado por ser él, quizás si la hubiera salvado del Alfa Leonardo, solo quizás, en el mejor de los casos, me hubiera dado una oportunidad de habérmela jugado por ella, pero estaba manchado, solo había en mi; maldad y lamentos.

No podía mancharla más, merecía algo mejor de lo que podía ofrecerle yo.

La noche en que me fui de la manada lo comprendí, había ido a despedirme de ella esperando encontrar algo para hacerme quedar, para aprovechar que ese niñato no estaría rondando más por la manada, fue entonces cuando lo note, vi que no había posibilidades para mi, ella lo amaba, lo quería más de lo que alguna vez pudo haber sentido por mi. La vergüenza de mi derrota, de haberla perdido tan fácil y estúpidamente hizo que me fuera.

No tenia nada aquí.

Con mis padres nunca más volví hablar desde aquella vez que se enteraron de lo que había echo.

-Me estas jodiendo que es Vallolet tu mate-. me mira incrédula-. ¡dime a quién mierda amas entonces! ¡¿es a Vallolet?! ¿ahora quieres estar con ella? ¿Es eso? ¡yo iba a rechazar a Alex por ti!-. intento acercarme, pero me pega manotazos para que no tocarla-. ¡ni se te ocurra tocarme! no puedo creer que me dejes solo porque ella es tu mate y además sea la maldita alfa, dijiste que ibas a estar siempre conmigo, pero claro como ahora ella es alfa cambian las cosa ¿o no?

-Jazmín cálmate, no se que estas pensando pero rechace a Vallolet, así que...- me interrumpo al percibir el olor de mi padre que se intensifica cuando la puerta cae a unos escasos centímetros de mi.

Mi padre esta rojo con la cara casi desfigurada y mi cuerpo se eriza de miedo.

Nunca lo había visto tan enojado.

-¿Quién era tu mate?-dice-. disculpa hice la pregunta equivocada, ¿a quién mierda rechazaste?

Miro a Jazmín quien estaba blanca como papel, tenia que sacarla de acá antes de que fuera demasiado tarde.

Permíteme enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora