-¿Adair?-. pregunta Leonardo intrigado.
-Si, es un muchacho bastante simpático que llegó hace poco.- Eso capta más su atención y se hace el sorprendido.
-¿Llegó hace poco y ayuda como beta? debe ser muy inteligente ¿por qué no está hoy?
-Fue a buscar materiales de construcción que faltaban, solo me ayudo una semana ya que su labor acá está en la construcción nueva, ¿qué le ha parecido el estilo de vida de los recién incorporados?- intento cambiar tema.
-Me sorprendió bastante, me alegra que sean participativos en esta manada y no una carga-. me molesto pero no digo nada-. es una lástima no haber conocido al muchacho.
-Tendrá otras instancias para conocerlo-. aclaro.- pero no es nadie fuera del otro mundo.
Reina el silencio y mi padre pide explicaciones por el enlace pero yo simplemente lo bloqueo.
Termina el almuerzo sin mayores complicaciones y los despacho hacia la salida.
-Me alegra haber venido-. se despide Leonardo esta vez besando mi mano mientras me mira fijamente.
-Aunque no era necesario, con una carta bastaba-. alejo mi mano-. mándele saludos a su mate.
Se van y yo por fin puedo respirar.
Mi padre pide una explicación a lo que solo le respondo que mañana la tendrá y así fue, temprano en la mañana nos juntamos todos los del comité administrativo de la manada para plantear el problema que generamos.
Después de 3 horas exhaustivas tenía claro las acciones correctivas que íbamos a tener, por lo que no espere más para dirigirme hacia mi oficina a redactar los comunicados.
Veo que ya bastante tarde y pienso en Adair, en dónde estaría.
Por poco y mi madre lo arruina todo.
Tenía que pensar qué hacer con él, lo más seguro es que ya sepan que el muchacho que se les fugó fue él, me extraña que actuara tan calmado aun que creo que pensara muy bien antes de actuar impulsivamente.
Tengo que estar preparada.
Adair llegó al día siguiente, se notaba bastante cansado y hambriento así que le indiqué que viniera a comer conmigo.
Mi madre se alegró mucho de verlo, bombardeándolo con preguntas que lo hacían sentir incómodo, se notaba que no le quería mentir más a mi madre, le había agarrado cierto cariño.
Ya enojada de tantas preguntas lo agarro del brazo indicándole que me siga.
Cierro la puerta de mi habitación y le indico que se siente lo cual no hace. Me giro para verlo y me río por su cara.
-Tranquilo no te haré nada, solo quería tener privacidad para hablar contigo-. me siento en mi cama y vuelvo a golpear el colchón con la mano reiteradas ocasiones-. Dios, Adair no muerdo, ven para acá.
Me hace caso por fin y se sienta un poco sonrojado.
Que ternura de niño.
-Entonces-. dice dudando un poco, observando mi habitación.
-Entonces-. digo imitándolo-. quería saber cómo te fue en tu huida
-Bien la verdad, llegue a una manada bastante pequeña que me recibieron un poco recelosos la verdad, pero por suerte no dormí al intemperie-. suspiro aliviada pero pienso en los nombres de las manadas del sur para intentar saber cual fue.- ¿Y a ti cómo te fue?
Hago una mueca haciendo que sus ojos se posen en mis labios.
-La verdad es que no muy bien, mi madre soltó tu nombre a Leonardo y tal parece que ya sabe que estas acá, pero aun no hace nada, debe estar planeando poderte alejar de la manada.
-Lo dudo mucho, allá nadie sabía mi nombre-. se encoge mirando sus piernas-. de todos modos tendré cuidado en no meterte en todo esto, el señor Leonardo es peligroso.
-Ya me metiste en esto-. digo molesta-. además no es como que no me sepa defender, aunque no creo que lo necesite, estamos en una alianza y él sabe que entraríamos en guerra si la incumple quedando aislada su manada del resto de las demás.
-A él no le importa, estaba aislada antes de la alianza y por decisión propia.
Pienso en su manada dándome cuenta de la poca información que manejo aun siendo alfa.
-¿Por qué tanto secreto en "Luna sangrante"?-. se tensa frotándose la pierna.
-No lo sé, no es como que le cuenten cosas importantes a un externo-. comienza a mirar la habitación y sonríe-. me gusta, es bastante sencilla pero cómoda.
La miro asintiendo con la cabeza; solo tenía un ropero, un mueble donde tenía mis cds, un equipo y plantas. Mi cama estaba al frente de esto en dirección a la puerta del baño.
Tenía una cama de dos plazas con ropa color blanco con pastel celeste.
Inhala profundo y escucho un leve ronroneo a lo que añade:
-Me encanta como huele.- lo miro dudosa y trato de oler.
Nunca echo ningún aromatizante ni nada por el estilo. intento oler más fuerte pero no me llega ninguna nota de absolutamente nada.
-No huelo nada.
-Está impregnado el olor a lavanda con-. olfatea un par de veces más-. violeta. Me gusta.
Me sonrojo sin poderlo evitar y sus ojos se abren un poco al verme.
Corro la mirada y toco mi rostro que ardía.
Violeta era el significado de mi nombre.
Me levanto de la cama intentando calmarme, podía sentir mariposas en mi estómago y esta era la primera vez que me pasaba.
Me estaba poniendo nerviosa.
Todo por su comentario.
Mi loba se ríe de mí pero no dice nada.
-Ven será mejor que bajemos-. no lo espero y salgo de la habitación.
"Tranquilízate Vallolet" dice Artemisa.
Claro que lo tenía que hacer, no me podía estar pasando esto a mi, no debería de sentir mariposas, no después de ser rechazada por Aaron.
Nunca amaré ni seré amada.
"Quizás..."- rompo el enlace sin dejarla seguir diciendo estupideces.
Sería cruel de mi parte desarrollar algún tipo de sentimientos por Adair, él aún no encuentra a su mate y sería una carga si es que llego a sentir algo.
"Solo eran mariposas, no exageres, cualquiera las sentiría si alguien dice que la habitación probablemente huele a ti"
Asiento con la cabeza.
-Vallolet-. me giro al escuchar mi nombre y veo a un Adair sonrojado-. lo siento por eso.
Le sonrío restándole importancia.
"Y más si es un chico guapo como él".
ESTÁS LEYENDO
Permíteme enamorarte
Lupi mannariOdiaba cuando causaba que mi corazón diera un brinco. Siempre me atacaba con palabras tiernas y miradas significativas que me confundían, no quería enamorarme y que después me deje cuando encuentre su mate, él aún era pequeño para poder entenderlo...