En medio de ambos (Serie amigos #1)

Capítulo 2

7 años atrás

Un pequeño Mauricio de 15 años.

Miré a Miguel caminar por el estacionamiento mientras detenía mi bicicleta, por lo que, le grité para llamar su atención. Llegó a mi lado mientras ponía el candado.

— ¿Estás solo? ¿Y Julián? —le pregunté cuando me enderecé.

—No lo he visto, te estaba buscando a ti —Sonrió.

— ¿A mí? —Me señalé el pecho — ¿Quieres pedirme la tarea de mañana? porque déjame decirte que aún no la...

—No idiota —Rodo los ojos, se acercó a acomodar mis lentes hasta que estuvo conforme, entonces me abrazó de los hombros. Era más alto, por lo que, siempre golpeaba levemente mi cabeza si decía alguna estupidez, lo cual era siempre, porque me la pasaba diciendo pendejadas.

— ¿Entonces? —Comenzamos a caminar hacia la escuela aun con su brazo a mí alrededor.

—Hay una chica que pregunta por ti —Me miró de soslayo y sonrió —Me llegó el rumor de que es muy linda.

¿Una chica? ¿Una chica interesada en mí?

— ¿Quién es? —Pregunté intrigado. No emocionado, solo... intrigado.

—Yesica, tiene 16 —Sonrió emocionado como si eso debería emocionarme igual. No lo hizo. Provocó algo en mi estómago. ¿Eran las mariposas acaso? No se sentía como tal —Creo que la he visto, pero no lo recuerdo —Frunció el ceño intentando pensar —Pero en fin, quiere que la invites a salir.

— ¿Debo invitarla?

— ¿Por qué no lo harías? —Se detuvo en seco.

—Porque no sé quién es y no me gusta.

—Pero debes hacerlo.

— ¿Hacer qué? —Julián se detuvo junto a nosotros y sonreí cuando nos sonrió.

—Mauricio tiene una admiradora —Dijo Miguel emocionado.

— ¿En serio? —Me miró y volvió a sonreír. No sonreí esta vez, porque ¿Cuál era la emoción? No conocía a la chica y me importaba una zanahoria si era caliente.

—Pues mándenle saludos —Empecé a caminar hacia el salón.

— ¿En verdad no quieres hacerlo? —Caminaron rápidamente junto a mí.

— ¿Quién es la chica? —Preguntó a mi derecha Julián.

—Yesica —Contestó Miguel a mi izquierda.

— ¿Yesica? ¿Pero ella no es mayor?

— ¡Exacto! por eso es caliente.

—Bueno, eso es verdad. Ella es caliente.

Rodé los ojos.

— ¿La conoces? —Preguntó Miguel

—Sí, ¿tú no? ¿Cómo sabes quién es?

—Bueno... los rumores —Se río.

— ¿Entonces, le hablaras? —Sentí el brazo de Julián a mí alrededor y me molesté, así que lo quite y me detuve para girarme a ellos.

—Solo déjenme en paz. Le gusto a una chica, yupi, no es la octava maravilla. No la conozco, no sé cómo es, no puedo decirles que la invitaré —Solté un suspiro y me tranquilice porque me veían como si me hubiese vuelto loco —Solo... lo pensaré.