En medio de ambos (Serie amigos #1)

Capítulo 29

Estuve un mes completo básicamente en reposo la mayor parte del tiempo, entonces se me fue permitido utilizar las muletas.

Podía ver el miedo en los ojos de los demás por si me caía o simplemente por mis reacciones, la verdad era que… me sentía miserable, pero aún así les sonreí para que pensaran que estaba bien. Podía mirar la duda en sus ojos, pero no me preguntaban más.

— ¿Seguro de que quieres regresar a la escuela? —Me preguntó mi madre.

—Sí mamá, estoy casi en mi último semestre, no quiero repetir —Sonreí —Estaré bien, no te preocupes.

—Pero…

—Julián  me ayudará con todo, no te preocupes.

—Bien —Soltó un suspiro —Pero si sientes que es demasiado, me hablas e iré por ti. ¿Entiendes?

—Sí.

—De acuerdo —Sonrió y besó mi frente.

Dos días después me encontraba en el auto de Julián  rumbo a la universidad.

—Ya han hecho el cambio de habitaciones que solicitamos hace meses —Sonrió —Así que ahora Brendan y Sebastián viven juntos, por lo que, somos nuevos compañeros de habitación.

Alargó su mano y tomó la mía.

— ¿Eso es lo que más te emociona, cierto? —Reí.

—Por supuesto, te tendré solo para mí —Me guiño un ojo.

Me dedique a mirar por la ventana. No había ocurrido nada entre nosotros desde mi accidente. Podía percibir que se encontraba frustrado aunque no me haya dicho una palabra; era hombre, yo era hombre, simplemente lo sabía.

Cuando llegamos al estacionamiento Julián  me ayudó a bajarme, entonces se apresuró a ir por mis maletas.

—Con cuidado, no hay prisa —Me sonrió —Ten piedad, llevo dos maletas aquí.

Sonreí y asentí. Algo dentro de mi pecho se oprimió, pues antes podía ser el primero en llegar si de velocidad se trataba… ahora simplemente era una estúpida tortuga.

— ¿Mauricio?

— ¿Si? —Levanté mi mirada del suelo y lo miré.

—No lo hagas —Negó lentamente mientras se acercaba a mí —No te digas palabras hirientes a ti mismo.

Lo miré asombrado y sonrió.

—Soy experto en leer tus expresiones. ¿Quién te ayuda en las tareas cuando no lograbas comprenderlas? —Besó rápidamente mis labios y se alejó —No lo hagas, ¿sí?

—Lo intentaré —Solté un suspiro y continué mi trayecto con las muletas.

El departamento era básicamente el mismo, simplemente los muebles eran un poco distintos.

—Ven, vamos a la habitación para que te recuestes.

—No quiero recostarme —Murmuré.

Se observó perdido un segundo, entonces caminé hasta el sillón.

—Miremos una película —Sonreí —No quieras llevarme tan pronto a la cama.

Sonrió y asintió.

—Bien, solo deja acomodo tus cosas.

Acomodar mis cosas tomó cerca de media hora, por lo que, me puse a mirar el anime de One Pince.

—Lo siento, tarde más de lo que quería —Se sentó junto a mi e hizo que elevara mi espalda a su pecho —Es solo que estaba acomodando la cama.