Julián no se fue de mi lado el resto de la tarde. Cuando la noche llegó mis padres se fueron, ya que solo una persona podía pasar la noche conmigo y después de la insistencia de Julián porque ellos fuesen a descansar, declinaron.
—Te amo, mi amor —Mi madre besó mi frente antes de salir por la puerta aún con lágrimas en sus ojos.
Lloré cerca de dos horas sin poder detenerme y sin dejarla ir, entonces… ellas se detuvieron. Las lágrimas se secaron en mi rostro y el entumecimiento de mi pierna pasó a todo el cuerpo. Papá empezó a hablarme de que no era el final, que buscaríamos otra opinión. Lo escuché al principio, entonces su voz se esfumó. Solo podía escuchar el vitoreo del último gol que metí, solo podía escuchar los gritos, solo podía escuchar el sonido de mi hueso al quebrarse.
Mamá siguió llorando junto a mí y dolía verla así, por lo que, estiré mi mano y tomé la suya, intenté sonreírle y decirle que estaba bien, pero mi voz jamás llegó.
— ¿Mauricio? —Escuché la voz de Julián a mi lado después de quedarnos solos, pero no abrí mis ojos, no quise verlo, no quería ver a nadie. Quería dejar de mirar la tristeza en los ojos de todos —Amor… —Su voz tembló mientras sentía como lentamente tomaba mi mano izquierda entre las suyas —Amor… háblame —Su voz se quebró —Quiero escucharte… por favor.
Había dolor, había sufrimiento, me estaba quemando por dentro, pero no podía decírselo. No quería… verlo.
—Mauricio yo… yo te amo, ¿me oyes? Vas a estar bien, vas a estarlo… hay tratamientos, buscaremos una… —Abrí mis ojos y lo miré al fin. Su voz se detuvo cuando sus ojos se encontraron con los míos y no sé qué fue lo que miró, pero empezó a negar desesperado —Mauricio no, no me saques… no me apartes así, Mauricio no lo hagas —Escuché la desesperación en su voz, así que cerré mis ojos de nuevo —Mauricio… —Suplico.
Esa noche no dejo ir mi mano, se aferró a ella como si el soltarla sería dejarme ir por completo. Dolía verlo, me lastimaba verlo llorar… no lo quería cerca. Yo… no lo quería cerca. Estaba a punto de amanecer cuando lentamente deje ir su mano, entonces despertó desorientado y se quedó mirando su mano vacía; busco la mía y fue cuando las metí debajo de la manta. Una lágrima corrió por su mejilla mientras tragaba duro sin dejar de observarme.
—No voy a irme Mauricio, no voy a dejarte. Te conozco, siempre te cierras en ti mismo y lo he respetado hasta ahora. No… no volverá a pasar, ¿Me oyes? No voy a irme.
Giré mi rostro y me enfoqué en el ventanal del fondo. Podía ver gran parte de la ciudad. Podía ver el día nacer, pero no podía verme a mí en el.
Una enfermera llegó al poco tiempo y revisó mis signos vitales, así como el suero.
— ¿Cómo amaneciste, Mauricio? —Me sonrió dulcemente mientras Julián se mantenía de pie al final de la cama — ¿Sientes dolor?
La observé unos segundos, entonces abrí mis labios para hablar.
—No siento nada —Mi voz salió ronca, así que se apresuró a servir un vaso de agua y ayudarme a dar un trago.
—Tranquilo, despacio. El doctor vendrá a verte por la tarde y te aclarara todas tus dudas.
—Tengo… tengo una ahora mismo —Murmuré lentamente.
—Claro, dímela.
— ¿Puedo estar solo?
—Mauricio… —El dolor en la voz de Julián me caló en el pecho, pero era más mi entumecimiento, así que no me importó.
—Quiero estar solo para poder descansar.
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En medio de ambos (Serie amigos #1)
RomanceMauricio y Julián han sido mejores amigos por muchos años, han tenido altas y bajas, pero su amistad aún sigue adelante... y Mauricio así espera que siga, cada instante de cada día, él se esfuerza para que así siga... ¿Estar enamorado de su mejor am...