EPÍLOGO

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Tres años después


Terminé de verificar los recibos y hacer todas las cuentas en la computadora. Sabía que Julián prefería que no pasara mi tiempo libre metido en su oficina, pero realmente me gustaba ser de utilidad, ya que manejar tres sucursales no era tan sencillo.

— ¿Mauricio? —Lo escuché llamarme desde el otro lado de la puerta.

— ¡Estoy aquí! —Grité mientras me ponía de pie después de apagar la computadora. Abrió la puerta y se quedó observándome desde el umbral.

— ¿Qué haces?

—Mi trabajo.

—Ese no es tu trabajo.

—Me gusta ayudarte. También gasto del dinero que las sucursales generan —Camine hasta él y lo abrace.

—Pero ya tienes un trabajo en las mañanas como entrenador en la secundaria, no deberías pasar tu tiempo libre aquí —Besó mi frente.

—Bueno ya, dejemos de discutir de lo mismo. ¿Está bien? —Fruncí los labios, así que sonrió de lado y asintió.

—Está bien —Me abrazó fuertemente y me dio un beso, pero no pasaron muchos segundos antes de que se alejara rápidamente.

— ¿Qué ocurre?

—Me distraje. Vine por ti porque debemos irnos. Quedamos en ir a cenar con mis padres.

—Cierto, lo olvidé. Deja voy por mi saco.

La cena con los padres de Julián eran una vez al mes. Ellos lo habían buscado poco tiempo antes de mi accidente, pero nunca me dijo que habían llegado al acuerdo de que Julián aceptaría sus disculpas si ellos me aceptaban. Me dio un poco de lastima darme cuenta de cómo esa mujer tuvo que sufrir el dejar de ver a su hijo para entender cuanto lo amaba. En el fondo, aun me siento un tanto incomodo a su alrededor, pero puedo notar como ellos continúan adaptándose a nosotros juntos después de años y años de solo ser amigos.

Al salir de aquel lugar y al fin dejar los modales de lado, me permití soltar un suspiro al subirnos a nuestra camioneta.

— ¿Estás cansado? —Acaricio mi mejilla, así que abrí mis ojos mientras asentía.

—Un poco. Sigo olvidando como usar los cubiertos correctamente. Me pongo nervioso.

Se rio y se acercó para besarme.

—Antes de ir al departamento quiero hacer una última parada —Encendió la camioneta y se adentró al tráfico.

— ¿A dónde quieres ir? —Miré el atardecer anunciando la próxima noche.

—Quiero mostrarte algo —Sonrió sin dejar de mirar al frente.

— ¿Tiene que ser hoy?

— ¿Por qué? ¿Tienes otros planes? —Me miró rápidamente.

—No, es solo que me pareció extraño. Regularmente vamos al departamento para tirarnos en la cama después de una larga comida en casa de tus padres.

Se rio.

—Descuida, haremos eso —Alargo su mano y tomo la mía para llevarla hasta su pierna.

Me enfoque en mirar la ciudad, hasta que me di cuenta que lentamente íbamos saliendo de la urbanización para llegar hasta las afueras.

— ¿Julián?

— ¿Si?

— ¿No estás perdido o algo así? —Lo miré y sonrió mientras negaba.

En medio de ambos (Serie amigos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora