Capítulo 21

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-Entonces, ¿dice que en esos días que estuve como muerto mi alma no pudo haber ida a verla Seúl?- había llamado al señor nuevamente, necesitaba saber que pasaba.

A este punto la ciencia puede irse a la misma mierda.

Algo paso para que Hana se asustara así, y trato de buscar una explicación coherente que me aleje de la hipótesis de que fue alcanzada por la locura.

No ella.

- Eso es imposible señor, reitero, debe traerla. Debemos ver qué pasa

-Ella está renuente a saber el porque, y yo no voy a obligarla.

-Tiene miedo es comprensible

-Miedo de que

-De lo que desconoce, de que algo ande mal con ella, pero eso no la va a proteger de lo que sea que la atormente. No lo presionaré más, cuando deseen conocer la verdad regrese, ya sabe dónde encontrarme.- cerró la llamada dejándome con un amargo sabor de boca.

Esa mañana al despertar había salido para comprar ropa para Hana, esta no había traído absolutamente nada de Seúl, también comida para Tan ya que la que pidió en el hotel para el casi se termina.

Llevaba media hora mirando la ropa interior para mujeres y no sabía cual llevar, es decir dudo que esta use hilos, pero tampoco creo que le gusten los de la abuela, de algún dibujo tierno quizás.

-¿Lo puedo ayudar señor?- la joven que llevaba media hora viéndome debatir entre la ropa interior se acercó a mí con claro interés de ayudarme.

-Busco ropa interior para mi esposa.

-Claro, ¿De que tipo usa?¿o desea algo especial?, recibimos diseños únicos hace poco.

-Especial estaría bien, 5 por favor en pettit- solo quería irme, las mujeres me veían raro, no soy un pervertido.

Esta me entregó las bolsas luego de pagar y me marché al hotel, no quería volver a Seúl aún, así que aprovecharé que está aquí conmigo y pasearemos algunos días, luego será momento de preocuparnos.

-Aquí están tus cosas- le tendí las bolsas y se adentró al baño, era lógico que deseaba cambiarse, según me dijo intercambiaba la ropa que había traído puesta por la mía y así se mantuvo por casi cuatro días.

-Taehyung- llamó

-¿Si?

-¿Tu elegiste mi ropa?

-Si, creí que no te molestaría, suelo comprarte cosas y siempre te quedan, ¿algo no es de tu agrado?

-¿Toda?

-Déjame entrar Hana, ¿qué pasa?

Esta abrió la puerta, se encontraba aún enfrascada en la toalla y veía algo sobre el lavabo.

Habían unas bragas con piedreria eran básicamente hilos y piedras, el sostén de la misma manera ambos en rosa claro.

Los demás eran bastante más provocativos que el antes mencionado, me veía divertida.

-Eso no fui yo

-Lo se- está reía con más intensidad contagiándome así de esta.

Cuando llegó a mi mente el hecho de su cuerpo enfrascado en esas prendas enrojecí, eran delicadas y hermosas, provocadoras y sexys.

Salí del baño encontrándome acalorado de pronto, y esta salió unos minutos después vestida con uno de los vestidos que compré para ella.

-La cambiaremos- negó

-La ropa interior no tiene cambio, pero si debemos comprar más, puede que esté algo incomoda- No necesitó decir más, entendí a la perfección que se encontraba con nada de bajo.

Fuimos a la tienda y esta eligió lo que necesitaba, pasó al baño del centro comercial y supongo ahí se colocó algo debajo, entonces pudimos sentarnos a desayunar al fin.

Aveces esta me miraba y sonreía al parecer recordando lo de hace rato, otras parecía lejos quizás pensando en lo que había pasado en nuestro departamento.

Íbamos caminado por las calles de Daegu, esta me tomaba del brazo y sentía paz en este momento.

¿Y si..

-Tae- llamó

-¿Si?- conturbamos caminando pero prestaba atención solo a ella.

-¿Te has enamorado algunas vez?- su voz dejaba en evidencia lo nerviosa que se encontraba.

-Si, ¿porque preguntas?

-Saber

-Y tu...¿Lo has hecho?

El silencio reinó en el lugar, continuamos caminado y nos sentamos en un parque que se encontraba a las afueras en un alto y dejaba ver los árboles y paisaje a lo lejos.

-Hana- ¿Porque me comenzaban a sudar las manos?

Llevó su vista hacia mi, en espera de lo que decía.

-No me mires así por favor- habló cuando quedé en silencio, sus ojos se encontraban acuosos

-¿Como pequeña?- solo puedo mirarla con amor

-Como si me compadecieras, no me mirabas así hace más de 5 décadas, no lo hagas por favor.

-Solo estoy preocupado, por los dos.

- Se lo que vi, lo que escuché. No estoy loca, ¿Me crees?- era la primera vez desde la noche anterior que salía el tema nuevamente.

-Te creo, no llores. Me rompes el corazón cuando lo haces- la abracé.

Su rostro estaba en mi pecho y sus brazos en mi cintura, la alcé sentándola así en mis piernas para más comodidad, y esta continuó abrazada a mi, en silencio, solo abrazados.

..

-¿Cuando tendré el valor de decirte que te amo?- hablaba con ella a pesar de saber que se había quedado dormida entre mis brazos, siempre era así, lloraba y era como un somnífero para ella, quedaba dormida apenas terminaba de sollozar.

Esta se había soltado del abrazo y erguido su rostro, miraba mi petrificado rostro con sorpresa, ¿me escuchó?

¡Me escuchó!

¡Me escuchó!

Maldición ¡Me escuchó!


Feliz fin de semana 😉


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