Capítulo 30

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Habían pasado tres días donde no me permitía salir de casa esperando a que esta despertara, mande a buscar a YeonTan con la señora que nos ayudaba con la limpieza y luego la dejé marcharse, luego pasaría por nuestras cosas, era fin de semana y se supone que debíamos estar acampando.

En cambio aquí estaba angustiado, porque a estar de saber que estaba bien, no me sentía más aliviado. Quería verla desertar.

Cuando desperté esa mañana preparé hot cackes, no me gustaban las cosas dulces para desayunar pero a Hana si, la extrañaba.

-Tengo hambre- dijo está adentrándose a la cocina con pasos perezosos, continué observándola estático en mi sitio.

Me abalancé sobre ella para abrazarla cuando reaccioné al hecho de tenerla conmigo, despierta, había comenzado a llorar mientras la abrazaba, la extrañé tanto.

-Hana pequeña, estás bien- decía entre sollozos

-¿Por que estás así?¿pasó algo?- separé mi cuerpo del suyo aún con mis manos en sus hombros y la observé ¿acaso no recordaba nada?

-Tuviste fiebres ¿No recuerdas?

-Si, cuando llegue de las compras me sentía mal, y me recosté

-¿Solo eso recuerdas?- asintió y la acerqué más a mi. -No pudimos acampar, de nuevo- reímos. Ya lo habíamos pospuesto dos veces.

Preferí no decirle, no la angustiaría con esas cosas y agradecí que no preguntara sobre el hecho de estar en casa.

Luego de desayunar esta se encontraba como nueva, no parecía haber dormido tantos días, quizás eso la ayudó. Estábamos en el sofá viendo películas.

-Hana- llamé, esta llevó su vista a mí en espera de que continuara. -Se lo qué pasó.- agregué

A pesar de que pensé en hacer como que desconocía el hecho y dejarlo en el olvido, entendí que quizás el hecho de que yo conozca o no lo qué pasó podría ayudarla de alguna forma. -No es tu culpa, no podías tenerlo, cualquiera haría lo mismo en esa situación, créeme- en ese momento entendió a lo que me refería y sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales rebosaban hasta sus mejillas. -No es tu culpa- repetí

-Tenia miedo, no quería odiarlo, pero sabía que no podía quererlo- asentí mientras secaba sus lágrimas. Tomé su rostro con mis manos.

Sabía que esta quería ser madre, no porque me lo había dicho, sino por cómo miraba los niños cuando paseábamos, su rostro entero se iluminaba.

-Hiciste lo mejor,- la abracé y esta comenzó a llorar en mis brazos mientras recibía caricias en su pelo.

Se durmió luego de eso, así que la llevé a la cama y nos recosté a ambos hasta quedar dormido a su lado.

...

Desperté escuchando mi alarma, había avisado que no iría aún al trabajo así que no debía ir a la universidad, pero se me olvidó desactivarla.

Me puse de pie para apagarla y regresar a la cama para volver a dormir, cosa que no logré. Luego de unos minutos Hana despertó y se abrazó más a mi medio dormida.

-Buenos días Mon Amour- besé su frente

-Buenos días

-Vamos a acampar- dije de pronto -Ahora

-Estás loco- dijo entre risas

-No, es en serio. Si no lo hacemos ya no iremos nunca. Vamos a acampar

-Las cosas que compré están él en hotel y esto es muy repentino.

-Iremos por ellas, prepara lo que te llevarás de aquí, nos vamos en 30 minutos.- dejé una beso en sus labios y me adentré al baño, tomé una ducha y comencé a preparar lo que llevaríamos.

En mi closet tenía una casa de campaña, un colchón inflable y linternas que había comprado la primera vez que planeamos el viaje.

Coloqué todo en la entrada y el bulto con mi ropa, Hana se movía de un lado al otro colocando vegetales en recipientes, le había dicho que la carne la compraríamos allá.

Coloqué las cosas de YeonTan en su mochila, lo llevaríamos a un refugio mientras estemos allá.

Cuando todo estuvo listo pasamos al hotel y retiramos todo, pagué el hospedaje y nos dirigimos a las montañas luego de haber dejado a YeonTan en el lugar.

Íbamos tomados de las manos mientras conducía, me sentía aliviado y en paz.

Cuando llegamos preparamos todo, el colchón era más grande de lo que creía, abarcaba toda la casa de campaña, así que debíamos quitarnos los zapatos y dejarlos fuera de esta.

Tardamos horas en acomodar todo, y nos divertimos bastante mientras batallábamos, al final tuve que llamar a los fabricantes para que me ayudaran, no entendía las indicaciones que esta traía.

Cuando por fin estuvo armada nos lanzamos al colchón, estábamos exhaustos, la abracé mientras descansábamos, se supone que debíamos levantarnos en una hora para preparar la comida.

El sol estaba en su punto más alto pero no hacía calor, estábamos en una parte de la montaña donde no solían pasar las personas que venían a escalar, así que tendríamos privacidad.

Estábamos rodeados de árboles pero habíamos colocado la casa de campaña en un pequeño claro que nos permitiría ver las estrellas al anochecer, la casa tenía un cierre en la parte superior que abría la tela y nos permitiría la hazaña.




Pronto cantará la gorda 🥰😉🤭😏

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