1 de julio de 2019
Cancún, Quintana Roo, México.Oficialmente las vacaciones iniciaban.
Carlos Sainz en compañía de sus amigos, Lando Norris, Charles Leclerc y Max Verstappen decidieron vacacionar en las playas más bonitas de México, recomendación de su compañero Checo Perez.
Se iban a hospedar en un hotel dentro de la zona hotelera de Cancún donde planeaban quedarse una semana. Unas vacaciones en donde según ellos, recargarían un poco de energías.
— ¿Las habitaciones las pidieron individuales o compartimos? — el español miro con los ojos entrecerrados a Charlotte y Charles quienes sonrieron confundidos — obviamente nadie compartirá con la parejita.
Max carcajeó y negó, ya que fue el encargado de checar la distribución de las habitaciones.
— Todas son individuales, menos la de ellos — respondió haciendo referencia a la pareja.
— Envidiosos.
Al llegar hicieron el check in para poder ingresar a las instalaciones del hotel. El lugar era precioso, y por supuesto tenía miles de actividades que evitarían que se aburrieran. Justo al momento que ellos ingresaron, un grupo de graduados llegó al hotel, Carlos sonrió de lado al ver a todos muy emocionados, por obvias razones el nunca tuvo esas experiencias.
— Chicas mexicanas — dijo Max a su lado mirando a ese grupo — son lindas.
La mirada de Carlos cayó en la chica de cabello lacio y negro que estaba con el grupo de chicas que reían de algo que la mencionada decía, el piloto español sonrió.
— Si, lo son — coincidió.
— ¡Ya están listas las habitaciones! — les gritó Lando extendiéndoles sus llaves.
— Vamos.
Max golpeó ligeramente el brazo de Carlos y ambos caminaron hacia sus amigos para subir a sus habitaciones y bajar a la alberca para refrescarse un rato. Antes de irse, volvió a echar una mirada rápida a la chica que seguía con esa bonita sonrisa en su rostro.
~ ~ ~
— Siento que pasará algo increíble estas vacaciones.
— Espero que no sea tan increíble como lo de la última vez que estuvimos aquí — se burló Patricia.
— ¿Bromeas? Eso fue asombroso, nunca pensé que me quisieran tanto — carcajeó.
— Pensamos que ibas a quedar en coma de lo borracha que estabas — le dijo Samantha riendo — te peleaste con un niño en la maldita calle.
— En mi defensa, se cruzó en mi camino y yo estaba intentando llegar al hotel y el me lo dificultó.
— Ahora si te puedes emborrachar porque será dentro del mismo hotel — continuo Samantha mirándola burlona.
— ¿Creen que yo sola podré con ambas? — preguntó Patricia.
— Pato bonito, tu igual te emborracharas — negó Samantha — igual que la última vez, las tres sobrias o las tres ebrias.
Patricia negó.
— La ultima vez no disfrute mi borrachera, Angie me asusto mucho cuando dijo que la cama se movía.
— Yo lo único que recuerdo es cuando llegamos al antro y de ahí... — Sam se quedó pensando hasta llegar a fruncir el ceño — nada, solo desperté con ganas de comer algo picante para que me quitara el malestar.
— Así estaba yo y lo peor es que desayuné hot cakes con mucha Nutella.
— ¡Chicas, su habitación ya esta! — gritó Sergio llamándonos.
— Vamos a cambiarnos y bajamos a la piscina — sugirió Samantha a lo que las demás asintieron.
No tardaron mucho cambiándose y bajaron a buscar un lugar donde acomodarse en la piscina, sus compañeros habían acordado que bajarían después, pues querían descansar un poco del viaje de Yucatán hasta Cancún, estaban agotados.
Una semana estarían en el hotel, el domingo partirían del que sería su viaje de graduación, todos los que fueron eran amigos cercanos y estudiaron en la misma escuela, en el caso de Ángela, Patricia y Samantha estudiaron Relaciones Publicas.
Al llegar las tres chicas a la piscina, buscaron un buen lugar y como era de esperarse, Angie se aventó un clavado, salpicando a sus amigas.
— Bruta, ve que hiciste — le dijo Patricia riendo.
— El agua está deliciosa.
Samantha espero a que dejara su bolso sobre el camastro y la aventó a la piscina para después tirarse ella.
— En la noche habrá karaoke en el bar que tiene el hotel, ¿iremos verdad? — preguntó Samantha haciendo un puchero.
— Yo no cantó — dijo Patricia alzando las manos.
— Yo quiero beber, así que por mi si.
— Amo estar aquí — suspiró Samantha — me gustaría trabajar aquí, que rico ver el mar siempre, ver turistas guapos...
— Lo se, me pasa lo mismo, pero querría estar aquí dentro con el calor qué hay — coincidió Patricia — que raro que Sergio no haya venido.
— Saben que está recuperando fuerza, sabe como nos pondremos en la noche — dijo Ángela mientras nadaba un poco — a veces siento que le hacen falta más amigos...
— Siempre está con nosotras — dijo Patricia.
Estuvieron alrededor de una hora dentro de la alberca y después fueron a comer algo para ir a su cuarto a descansar, bueno, todas a excepción de Angie que había querido ir a ver un rato el mar, eran las 5 de la tarde y empezaba a atardecer.
Al llegar no pudo evitar sonreír al ver el mar azul que era característico de Cancún. Era lo más hermoso que había visto en mucho tiempo, el contraste con los colores del cielo por el atardecer lo hacía aún más hermoso. Se sentó en la arena, sus pies sentían las ligeras olas del Mar, sonrió mientras cerraba los ojos para disfrutar de aquella sensación.
— Parece que no soy al único que se le ocurrió venir a ver el atardecer — su acento no era de por aquí.
Ángela abrió rápidamente los ojos al escuchar aquella voz desconocida, era un chico muy apuesto, tenía unos ojos color avellana que la hipnotizaron rápidamente.
Sintió las famosas mariposas en el estómago.
— Soy de cosas sencillas — respondió con una sonrisa amable — no eres de por aquí.
El chico sonrió ampliamente y se sentó junto a ella.
— Me llamó Carlos, soy de España — extendió su mano hacia ella.
— Me llamó Ángela, yo si soy Mexicana — respondió correspondiendo al saludo.
— Tienes un país muy hermoso, Ángela.
Ángela sonrió al escuchar el halago.
— Lo se, es hermoso por este tipo de cosas — respondió mientras miraba el atardecer — ¿te está gustando el lugar?
— Por supuesto, hay muchas actividades en este lugar, no podría aburrirme.
— Normalmente es así en este tipo de hoteles — su celular vibró y vio que era un mensaje de sus amigas preguntándole si ya iba a la habitación — me tengo que ir, mis amigas me buscan. Fue un gusto conocerte, Carlos de España.
Carlos asintió con una sonrisa de lado.
— Ha sido un placer, Ángela de México.
— Espero que disfrutes tu visita, nos vemos luego, supongo.
Le dedico una ultima sonrisa antes de irse en dirección a su habitación en donde sus amigas la estaban esperando.
— Nos vemos pronto, chica de los atardeceres.
ESTÁS LEYENDO
Yellow
FanfictionSe separaron, esperando que en algún momento el destino volviera a juntarlos... Borrador 2022.