Capítulo 41

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8 de diciembre de 2021
Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos.

Ángela había salido por la mañana al gimnasio con Carlos. Ciertamente el espectáculo que su novio ofrecía cuando entrenaba era algo que le fascinaba mirar. El madrileño no tardó mucho tiempo en percatarse de las miradas que su novia le estaba dando y sonrío un poco burlón.

— Una foto dura más — dijo con la respiración agitada.

— En estos momentos quisiera estar en la habitación contigo...

Carlos camino hacia ella, al quedar cerca miro hacia todos los lugares y se percató que se encontraban solos, inclinó su rostro hasta lograr capturar sus labios. No la besaba de forma tierna y suave, cómo la mayoría de las veces, fue un beso algo brusco y demandante. Ángela entrelazo sus brazos alrededor del cuello del piloto, Carlo fue bajando sus besos por la mandíbula y posteriormente el cuello de la chica.

— ¿Y que haríamos en la habitación, cielo? — preguntó el madrileño sin dejar de besarla.

— Aquí no... — suspiró Ángela.

— ¿Sabes lo que yo haría? — Ángela negó — hacerte mía hasta que no nos queden más fuerzas de nada...

— Carlos... — Ángela gimió un poco.

— No hay nadie aquí. Nadie va a entrar, cielo.

Carlos la tomo de sus muslos y la impulsó de forma que Ángela no tuvo más remedio que enrrollar sus piernas alrededor de la cintura del madrileño. El piloto de entretuvo un buen rato lamiendo y succionando el cuello de la mexicana, quien sólo podía soltar uno que otro gemido leve.

— Alguien podría entrar... — susurró Ángela mientras ladeaba el cuello, dándole más acceso al madrileño — vámonos a nuestra habitación.

Pero lejos de hacerle caso, Carlos se la llevó hacia los vestidores cerrando con seguro detrás de él. Ángela atrajo su rostro nuevamente al de ella para poderlo besar. Carlos la apoyó en la pared que estaba más cercana a ellos, alejándose un poco de la puerta, para poder apoyarla ahí.

— De verdad, ¿aquí? — preguntó ella divertida.

— Aquí, ahí afuera, en la piscina, en todos lados quisiera hacerlo contigo — respondió Carlos con una sonrisa — ahora, ayúdame a quitarte este bonito top deportivo.

Ángela sonrió y bajo el cierre que aseguraba el top deportivo que estaba usando. Carlos se relamió los labios y la observó sin perder ningún detalle.

— Debo de haber hecho algo bien en la vida para tenerte así — susurro Carlos acercando sus labios a su pezon derecho — eres preciosa y mía.

— Puedo decir lo mismo, eres mío.

Carlos subió los besos por su cuello y mentón para culminar en sus labios, bajo con cuidado a la chica para empezar a quitarle el resto de la ropa hasta que escucharon unos golpes en la puerta.

— Espero que no estén haciendo alguna cochinada — dijo Lando detrás de la puerta — vamos a salir a conocer un poco, tienen 30 minutos para estar listos.

Carlos resopló fastidiado mientras que Ángela echó la cabeza hacia atrás sonriendo.

— Voy a matar a ese niño — suspiró la mexicana — ya no es divertido que sea mi socio.

— No solo tu quieres matarlo — respondió el piloto mientras recogía el top de su novia para ponérselo — cuando regresemos del dichoso paseo, nadie nos va a molestar.

— Eso esperó — respondió Ángela besando cortamente los labios de su novio.

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