Capítulo 12

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5 de mayo de 2021
Barcelona, España

Luego de pasar a comprar las hamburguesas además del helado que Ángela quería, Carlos la miraba que iba comiendo con muchas ganas el postre por lo que empezó a insistirle durante el camino para que le invitara  y como si se una niña pequeña se tratara, la mexicana negaba con la cabeza sin dejar de comerse el dichoso helado.

— Preciosa, invítame un poco — le pedía el español mirándola de reojo mientras conducía.

— No, te dije que pidieras el tuyo.

— Pero... — quiso protestar, pero con Ángela era inútil.

— Conduce, se va a enfriar la cena.

Carlos la miro rápidamente con los ojos entrecerrados, no pasaron mas de 5 minutos para llegar a casa del piloto, Angie sonrió al ver el lugar, tenía un bonito jardín.

— Que bonita es tu casa — dijo Ángela sorprendida sin dejar de mirarla.

— Ven, te la enseñare por dentro — la tomó de la cintura, dirigiéndola al interior de la casa.

— ¿Puedo guardar lo que me queda de helado en el congelador? — preguntó — si me lo termino no ceno.

— Si, cariño, aquí está la cocina.

Carlos la guió por toda la casa, Ángela miraba maravillada el lugar, estaba decorado muy bonito, había muchas fotos de su familia, de sus mascotas y de él cuando era un niño.

— Eras un niño hermoso, Carlos — dijo con una amplia sonrisa, Carlos la abrazo por atrás besando cortamente su cuello.

— Sigo siendo hermoso.

Ángela rodó los ojos divertida.

— Retiró lo dicho — respondió.

— Atrás hay dos cuartos de visitas, la de Madrid es parecida, solo que esa no tiene un jardín tan amplio — explicó y luego de detuvo frente a una puerta — este es mi cuarto...

Carlos lo abrió y ella sonrió, era tal cual lo imaginaba, paredes en tono claro, cuadros de autos, sus fotos en Toro Rosso, Renault, McLaren y una reciente de Ferrari, frunció el ceño y camino hacia una foto de ella en la mesa de noche. Era de ese viaje en Cancún, estaba ella mirando el mar.

— ¿Y esta foto? — preguntó ella tomándola — ¿Cuando...?

Carlos sonrió.

— Te la tome cuando estabas distraída y la conservé.

— Pensé que nunca te volvería a ver.

— Yo volví locos a todos hablándoles de ti — confesó riendo nervioso — a mis hermanas, a mi padre, a Carlos, a mamá... eras y sigues siendo mi chica de los atardeceres.

Ángela sonrió y se acercó a él abrazándolo por el cuello, mientras el envolvía sus brazos por la cintura de la chica.

— ¿Cuando vemos otro atardecer juntos?

Carlos suspiró.

— Cuando quieras, mi amor.

Carlos se inclinó y empezó a besar a la chica, poco a poco el beso fue subiendo de intensidad, ambos empezaron a retroceder hasta que las piernas del piloto toparon con los bordes de la cama. Lentamente se fue separando de ella, sin despegar su frente de la de ella.

Ángela respiraba un poco agitada. Sonrió levemente mientras acariciaba el cabello del español.

Vamos a cenar — dijo Angie rompiendo el silencio que había entre ellos — y si te portas bien...

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