Capítulo 3

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6 de julio de 2019
Cancún, Quintana Roo, México.

Era la última noche ahí, Carlos y Ángela se habían pasado juntos toda la estancia, las amigas de ella lo entendieron, era la primera vez que a Angie le gustaba alguien de esa forma.

Los chicos estaban en la playa, se habían metido al mar y habían caminado un poco más a lo profundo, claro, hasta donde se lo permitían, Ángela iba colgada de Carlos por el miedo a las profundidades que tenía.

— ¿Y si nos ataca un tiburón? — preguntó ella mirando alrededor un poco asustada.

Carlos carcajeó acariciando sus piernas bajo el agua.

— Eso no pasará, yo te protejo.

— No. Te empujó y salgo corriendo, se va a entretener comiéndote y será mi oportunidad de huir para que no me coma — detalló lo que sería su plan de escape bajo la divertida mirada de Carlos, luego se quedó en silencio pensando en un detalle en su plan: — aunque, ahora que lo pienso, no se nadar...

— Pues entonces el que escapara seré yo.

Ángela lo miro indignada y pasó sus brazos detrás de la nuca del español. Carlos continuaba acariciando sus piernas mientras sonreía al ver la cara de la chica.

— No te creo capaz de dejarme aquí.

Carlos la besó cortamente.

— Claro que no te dejaría — susurro el.

— Siento que tus amigos me odian — dijo frunciendo un poco su nariz — te acaparé por completo estas vacaciones.

— A ellos los veo siempre.

— Aún así.

— No te preocupes por eso, les agradas, lo que les molesta que no te quiera compartir — explicó mirándola — y no es que sea mentira, es el último día y te quiero conmigo solamente.

Ángela sonrió mientras lo abrazaba, estos días habían sido un sueño junto a Carlos y por supuesto no quería que terminaran.

— Se me ocurre que vayamos a cenar por la noche — sugirió Carlos — ¿que te parece?

— Me parece bien — Angie continuaba viendo a su alrededor, estaba intranquila — volvamos cerca de la orilla, en verdad me da miedo que salga un tiburón.

— Y dale con el tiburón. Vamos a la orilla.

Aún con la chica con las piernas entrelazadas en su torso, el Español camino hacia la orilla, en donde ambos salieron para sentarse en los camastros que habían en la playa.

Carlos había pedido unas bebidas y algo para que comieran, ya que Ángela le había dicho que tenía hambre.

Estuvieron prácticamente toda la tarde en la playa, Carlos la llevo a su habitación para que descansara un poco antes de la cena que tendrían por la noche.

Al llegar sus amigas la miraron emocionadas.

— Cuéntanos todo — dijo Samantha apenas la vio entrar.

— Cenaremos en la noche, de todas formas ya se terminó el romance de verano, hoy es el último día.

Esto último lo dijo con tristeza, sabía que una relación a distancia no funcionaría, al menos no para ella, no saldría nada bien. Luego estaba Carlos, que nunca había hablado de formalizar algo con ella, simplemente compartían besos, caricias y palabras bonitas.

— No pienses en eso, por eso no quería que te entusiasmaras mucho — dijo Patricia mientras se acercaba a abrazarla.

— Te arriesgaste y si no fue suficiente, al menos pudiste disfrutarlo.

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