Capítulo 24

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5 de junio de 2021
Circuito Callejero de Bakú, Azerbaiyán.

Después de haber obtenido buenos tiempos durante las prácticas libres el día de ayer y hace unos momentos. Dentro de unas horas, la clasificación estaba por llevarse a cabo. Mientras esperaban, Carlos estaba haciéndose el gracioso, lo cual era una forma de tranquilizar sus nervios, algo que no entendió su primo, a diferencia de Carlos, el si estaba algo nervioso.

— Tranquilo, hay que divertirnos también — dijo Carlos riendo — si sigues haciendo coraje, vas a envejecer pronto.

Oñoro miró hacia Ángela buscando un poco de apoyo. La chica que hasta ese momento se había dedicado a observar y reírse, decidió intervenir.

— Contigo cualquiera lo hace, mi amor — respondió ella — debes estar concentrado, Carlos.

Carlos se giró hacia su novia, acercándose un poco a ella. Ángela sonrió al sentirlo cerca, alzó su rostro de forma que sus labios quedaron a centímetros.

— Hoy te ves más hermosa que nunca, ¿ya te lo había dicho? — preguntó acariciando el rostro de Ángela con delicadeza.

Ángela sonrió encogiéndose de hombros. Carlos atrapó sus labios en un beso corto.

— Y tú estás más romántico que de costumbre — respondió ella después que se separaron.

Carlos Oñoro rodó los ojos al escucharlos.

— Ustedes me van a dar diabetes — se quejó.

— La envidia no es buena — bromeó Ángela.

Oñoro la miró enarcando una ceja mientras Angie se encogía de hombros. Los tres decidieron comer en el garaje, eso con el afán de que estuviera concentrado en la clasificación y lograra un buen lugar en la parrilla de salida, mantenían una plática animada hasta que fueron interrumpidos por el celular de Ángela que recibió una llamada.

Era Samantha. Frunció el ceño confundida. Por la diferencia horaria debían ser alrededor de la 4 de la mañana en México. Una llamada a esa hora no era nada bueno, por lo que decidió responder de inmediato.

— ¿Sam, estas bien, cariño? — preguntó apenas respondió la llamada.

Carlos y su primo dejaron de reír. Al madrileño no le gustó el tono preocupado con el que su novia atendió la llamada de su amiga. Ambos prestaron atención para ver que ocurría.

— Cariño, no se como decirte esto — eso fue suficiente para que Ángela supiera que había algo mal — la tía Sonia... ella tuvo un accidente, un idiota se pasó la luz roja, esta en el hospital y está un poco delicada...

Ángela palideció en ese momento. Fue como si un balde de agua helada le cayera encima. Se tuvo que sostener de una silla que había ahí para no caerse. Sus ojos se empezaron a cristalizar.

— Mi mamá... no te muevas de ahí, voy viajar ya mismo a México — balbuceó nerviosa. Estaba a nada de llorar — mantenme al tanto.

— Tranquila, yo pedí permiso — dijo Samantha — tienes que estar bien para que puedas viajar, Angie.

— ¿Estas con ella ahora?

— Le están haciendo unos estudios.

— Ahora salgo al aeropuerto...

Ángela colgó, al hacer un movimiento brusco todo le dio vueltas y de no ser por Carlos que la tomó entre sus brazos, la miraba completamente preocupado.

— ¿Que pasa, amor? — preguntó preocupado.

— Mi mamá está en el hospital — sollozo contra su pecho — necesito viajar a México.

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