Ya era diciembre y yo estaba pasando por mis peores etapas, seguía extrañando a Sam, pero independientemente de eso, había más; Perdí el año escolar con las peores calificaciones, cinco materias para el año, mis padres peleaban mucho y me metían en el medio, dejé de comer, bajé unos cuantos kilos, mi autoestima estaba en los infiernos, no paraba de llorar por todo. Discutía demasiado con mi mamá, ella le daba más importancia a su novio que a mí, era una maldita egoísta, incluso me fui de la casa; Navidad fue una mierda, no recibí el regalo que quería y además todos me decían: "Es tu mamá, tienes que vivir con ella" No. Sus comentarios me atormentaban tanto que me puse a llorar en plena cena familiar. Esperaba un mensaje de Sam por navidad y nunca llegó, me decepcioné mucho.
Extrañaba a Sam demasiado, entre todos mis problemas, sabía que él era el único que me podía entender, porque él me comprendía mejor que nadie y si él estuviera conmigo, todo tendría solución. Todos los días me preguntaba que era de él, cómo estaría, que tal iba su vida, quería saber algo de él, lo que sea, pero cada vez se desvanecía más de mi vida, empezaba a olvidar el sonido de su voz, la voz gruesa que tanto me gustaba, que me hacía erizar la piel y me hacía mojar.
Ya era año nuevo, me la pasé todo el día en casa, fue un día supremamente aburrido. En la noche, mi papá pasó por mí para llevarme a casa de unos primos y pasar un rato ahí. Dieron las doce, recibí varios mensajes de mis amigos, pero no el de Sam, yo me aguanté las ganas de llorar, pero sólo tuve que esperar cuatro minutos para que a las 12:04AM del 1 de enero de 2022, me escribiera, me congelé.
—Feliz año, gracias por todo y aunque no sepa cómo decírtelo, fuiste muy importante y disculpame por todo, todo el daño que te hice. —Sentí un vacío en mi estómago e inmediatamente sentí mis piernas flaquear, así que fui a decirle a mi papá que me llevara a mi casa, para después responderle un simple "Feliz año." y echarme a llorar hasta las 4AM sin saber que hacer.
Retrocediendo en el tiempo, el 1 de junio cuando nos hicimos amigos, escribí una carta que le enviaría el 1 de junio de 2022, es decir, cuando cumplieramos un año, pero decidí enviarsela en la mañana porque creí que no volveríamos a hablar, pero unos minutos después, recibí respuesta:
—Qué linda, pero por favor dime: ¿Que fue lo que te hice?—Dijo él.
Me tenía que estar jodiendo.
Le envié un texto larguísimo explicando todo cómo para que él preguntara algo tan estúpido, sinceramente me dio rabia, a la vez me puse triste, ya que eso significaba que no le prestó atención a lo que escribí, tal vez ni leyó la mitad.
—No sabría cómo explicarlo. —Respondí.
—Por favor, dime.
—Básicamente que yo intenté todo para hacerte feliz, pero siempre pareció no importarte, eso duele.
Por supuesto que era más que eso, pero los nervios me ganaban.
—Claro que sí, sólo tienes que entender que no todas las personas nos expresamos igual o simplemente no sabemos expresarnos. —Dijo él, lo decía tan fácil que estuve a punto de llorar, porque sufrí mucho cómo para que él lo minimizara así. Una cosa es no saber expresarse y otra completamente diferente es tratarme mal aún él conociendo mi pasado, mis problemas y lo sensible que era.
—Entiendo que en ocasiones, la gente no sepa expresarse, pero antes no eras así y por eso empecé a creer que ya no te importaba. —Sólo fui capaz de decir eso, tenía muchos sentimientos ahogados.
—No, solamente cambié, no significa que no me importaras y claro que me importabas. —En otras circunstancias, me hubiera llegado al corazón y probablemente habría puesto el mensaje en destacados, pero esa vez, lo sentí muy vacío, falso.
—Al menos lo hubieras aclarado, porque hay personas que malinterpretamos y sobrepensamos todo. —Dije algo enojada.
—Yo también sobrepienso. Disculpa no haber pensado en ti. —Respondió, decidí dejar la conversación hasta ahí, sinceramente no tenía ganas de perdonarlo.
Bien, lo extrañaba y quería perdonarlo, lo quería de vuelta, pero no servía de absolutamente nada perdonarlo si de igual manera todavía me dolía lo que hizo y todavía sufría por eso, lo mejor sería perdonarlo cuando ya esté sana y el tema quedara en el olvido, para eso necesitaba un tiempo a solas.
Lloré un rato para después llorar más en la noche, ya era costumbre llorar todas las noches, seguiría tomando agua para sacar más lágrimas hasta que ya no hayan.
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Sam y Mariana: Una mala historia de amor
Teen Fiction"Dicen que todas las personas tenemos un hilo rojo en el dedo meñique amarrado a la persona que amaremos por siempre. El hilo se podrá contraer, enredar o estirar, pero jamás romperse.", eso es mentira. Sam y Mariana eran dos chicos con gran diferen...