12

5 1 0
                                    

Al día siguiente, fue un buen día, conocí a mi amiga Katarina y pasamos un buen rato juntas, fue increíble. Estábamos con sus padres tomando café en Starbucks, pero me llegó un mensaje que cambió mi estado de ánimo rápidamente:

—Espero algún día logres perdonarme. —Era Sam.

—Créeme que es lo que más me gustaría, pero no es fácil olvidar cuando te hacen daño y más aún cuando es por parte de la persona que más quieres en todo el mundo. —Me atreví a decir después de unos 30 minutos.

—Créeme que nunca JAMÁS quise hacerte daño, nunca pensé que te estaba dañando y créeme que si me das la oportunidad, no volverá a suceder, pero tienes que entenderme a mí, no soy de mostrar afecto o estar tan presente, pero ahí estaré. —Respondió él.

Así no funciona.

No tengo ni siquiera las palabras para describir lo que sentí al leer eso, quedé estupefacta.

Siempre me decía que podía contar con él, que estaría a mi lado siempre y esa frase que tanto amaba yo: "Se fuerte si se puede, puedes buscar amor por otro lado, por ejemplo, acá estoy yo."

Me parecía un acto de hipocresía grandísimo el hecho de que dijera que no le gustaba el afecto después de todo el que me dio cuando éramos unidos y cuando dijo que podía buscar amor en él, ¿Dijo eso y ahora se negaba a darme amor? Ni siquiera estaba pidiendo amor, estaba pidiendo que me dé tiempo para sanar y perdonarlo, con Sam no se puede hablar.

Siendo sincera, no soy una persona muy cariñosa o detallista, pero si era cursi con Sam, era porque no quería perderlo, así que por ese lado, lo entendía; Pero una cosa es no saberse expresar y otra muy diferente es tratarme mal. Eso no justifica las veces que respondía tarde aún estando en línea o ni siquiera respondía, cuando me contestaba de forma cortante a cosas tanto importantes cómo insignificantes o cuando me buscaba para ser el reemplazo de sus amigos. Si hacía eso por "estar mal", fácilmente hubiera podido contarme y yo perfectamente podía ayudarlo, o si no quería contarme, hubiera podido decirme algo cómo: "Hey, Marian, no me siento bien, así que si me notas apagado, es por eso", pero nunca habló, nunca dijo nada, nunca dio explicaciones y creo que yo sí las merezco ya que él se encargó de hacerme creer que yo era importante y también porque él sabía que yo sobrepensaba todo.

—No se trata de eso, se trata de que antes nos llevábamos bien, nos queríamos y nos entendíamos sin necesidad de hablar todos los días, pero empezaste a portarte mal conmigo. La verdad, a mí tampoco me gusta ser cariñosa, pero lo hacía por ti, porque no te quería perder, sólo intentaba hacerte feliz porque no sabía cómo, pero eso a ti no te importaba y todo eso me hizo sentir insuficiente, insegura y segunda opción. —Dije, me dejé llevar, aunque todo era cierto.

—No eres segunda opción. —Dijo.

Aunque estábamos hablando por texto, estaba segura de que sus ojos desprendían un brillo que significaba mentira, eso era mentira.

Y no conozco su versión de la historia, así que hay una probabilidad de que sea cierto y no fui segunda opción, pero eso me dio a entender todos los días, así que me quedo con la probabilidad de que sí lo fui.

Surgió un nudo en mi garganta y mis ojos se humedecieron, pero tuve que aguantarme porque estaba Katarina conmigo.

—No se nota. —Es lo único que pude decir, hubiera querido decir más, pero este hombre me estaba matando lentamente, no me salían las palabras.

—¿Por qué me pides tanto? No soy capaz de demostrartelo y me da pereza entablar una conversación con cualquier persona. —Respondió.

Mentira, mentira, una mentira, todo era mentira.

—No te estoy pidiendo que cambies tu personalidad, lo único que te pido es que entiendas que no soy capaz de perdonar de un día para el otro. —Dije yo, a ese punto ya había llegado a mi casa y ya había soltado unas cuantas lágrimas.

—Listo, lo voy a hacer. —Respondió enojado y hasta ahí llegó la conversación.

Suspiré de manera pesada para después cambiarme de ropa y tratar de dormir, no pude, obviamente.

A la media noche, ya estaba hecha un océano, no paraba de llorar y llorar por todo lo que me dijo, en cómo minimizaba la situación y se victimizaba, me sentí miserable, también culpable.

Recuerdo que en enero empecé a tener mejor relación con el colegio y con mis padres, en mi vida, en general, quería escribirle para contarle todos mis logros y lo bien que me estaba yendo, seguro me diría que estaba orgulloso de mí, que me quería mucho y que soy la mejor, pero eso no pasaría.

Todas las noches seguía llorando por él y siempre me preguntaba lo mismo: ¿Que hice mal? Nunca obtuve respuesta.

Todos mis amigos siempre me decían y aún me dicen que él no es nada especial, que nunca fue bueno para mí, pero es que ellos no conocen su versión anterior, esa versión que para mí era celestial, quien yo creía el ángel que el universo me mandó, quien fue mi primer amor REAL, ellos no saben cuantas veces me salvó y todas las veces que simplemente me hacía olvidar lo cruel que es este mundo, porque yo conocí una parte de él que ellos no y con todas las esperanzas del mundo, en el fondo esperaba que esa versión volviera.

En tik tok empezaban a aparecerme videos de dependencia emocional, decidí investigar más del tema y sí, me di cuenta que sufro de dependencia emocional, eso explicaba muchas cosas, el porque no lo podía soltar. Aunque he luchado mucho por sanar eso, no puedo, estoy amarrada de una manera impresionante a ese hombre.

Sam y Mariana: Una mala historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora