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12:07AM

Desde niña he sufrido problemas de insomnio, mis pastillas acabaron, así que tuve que quedarme despierta cómo de costumbre, en mi celular, escuchando mis canciones favoritas, de pronto me llega un mensaje.

—¿Tienes sueño?

Era él, Sam, supuse que le dio ansiedad dejar todo a medias y se puso a terminar el libro, él era todo lo contrario a una persona procrastinadora.

—No.

—¿Me vas a acompañar?

—Claro.—Solté una sonrisa.

Ok, se suponía que él hacía su tarea y yo estaba en el chat para responder a algún comentario que hiciera, así funciona la compañía virtual, pero por alguna razón, hicimos de todo menos hacer la tarea.

No me refiero al tipo de morbo cómo hablar sucio o mandar fotos comprometedoras, él era un adolescente y yo una niña, sería algo enfermo, además, él me respetaba. Me refiero a que toda la noche estuvimos hablando del tema que surgiera, de temas que teníamos en común, de música, nuestras vidas, cosas random, ya ni recuerdo, simplemente la conversación fluía y nosotros seguíamos el ritmo. No sé que era lo que estaba sintiendo, pero me sentía bien, me sentía segura, olvidé la hora, olvidé de que hablamos, olvidé incluso que estábamos en chat, sólo me perdía en sus mensajes y cómo me hacía distraer y divertir, era un chico muy interesante, estaba muy pérdida en él.

Llegó un momento en el que él se sintió muy mal, así que decidió contarme los motivos de su ansiedad y su pasado, fue algo fuerte, creo que no lo escribiré acá ya que es personal de él, pero sin duda, era un chico muy fuerte, aguantó y aguanta muchas cosas, pero aún así, sigue de pie, era alguien realmente admirable, yo lo veía cómo un modelo a seguir. Traté de escribirle un mensaje motivacional, hemos pasado por casi las mismas cosas, podía entenderlo a la perfección. Además, él me ayudó hace unas horas, debería devolverle el favor.

Después de mandarle mi mensaje, dudé si me iba a responder, pero después respondió:

—Gracias, te quiero. —Dijo.

¿Me quería?

—De nada, yo también te quiero.

¿Lo quería? Lo quería.

No pude evitar sonreír de oreja a oreja, me sentí demasiado bien, un cosquilleo en el estómago, supuse que era normal y aunque estuviesemos a través de la pantalla, puedo estar segura de que él también sonrió de la misma manera. Seguimos hablando y hablando, en un momento me envió una canción.

https://youtu.be/Mzmbx6Pk_Hc. Para ti.

¿Para mí?, ¿Qué pretendía?, ¿Esto era real?

Vi la traducción de la canción y realmente me gustó, tenía un ritmo de balada con un sonido de guitarra natural y la letra me conmovió, nunca antes me habían dedicado una canción, no pude evitar soltar una lágrima.

Le agradecí fuertemente, en verdad lo estaba, después seguimos hablando, hablando, parecíamos loros, él no quería callarse y yo no pensaba callarlo en ningún momento, era una gran persona.

—Creo que tengo que irme, son las 2:33AM, siempre me enfermo si me voy a dormir después de las 2:30AM.—Dijo él.

—Claro, buenas noches. —Dije sonriendo para después desconectarme.

Apagué el celular y me fui a "dormir". Eran las 2:33AM y yo no podía dormir, esa vez no era por el insomnio; Esa vez fue por Sam, porque me había hecho pasar una gran noche, me hizo feliz después de mucho tiempo y además pude conocerlo más a fondo, tenía una sonrisa enorme mientras miraba al techo, mientras pensaba en sus mensajes, las palabras que me dijo, las cosas que me contó, la canción que me dedicó, en su voz, en su rostro, todo de él, pensaba en él y esa noche me dormí a las 5AM.

Me faltaba mucho por saber, pero un año después que lo pienso, me doy cuenta que ese fue el día en que me enamoré de él, sí, un poco loco, es decir, ¿enamorarme con una semana de haber sido amigos? Así es, aunque en su momento no lo quise admitir, pensé que sólo era cariño o que sólo pasamos un buen rato, pero ahora puedo ver con claridad que desde esa noche que pasé hablando con él, me enamoré de todo lo que era y todo lo que tenía, amor, así se le llama, aunque me tardé cuatro meses en admitir que me gustaba.

Sam y Mariana: Una mala historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora