Habían pasado unos cuantos días, seguíamos hablando, le tomé mucha confianza, Sam era mi mayor fortaleza en ese momento. Tenía muchos problemas, pero él me hacía olvidarlo, apenas llevábamos una semana de ser amigos, o hermanos, cómo dice él, es lindo tener una figura masculina, sí, mi papá nunca estuvo presente.
—¿Cómo estás? —Inició él la conversación.
—Bien. —Dije, mentira.
—¿Segura? —Preguntó.
Sabía que a él no le podía mentir.
—En realidad no, tengo muchas cosas encima.
—¿Quieres contarme?
A pesar del cariño que le tomé en tan poco tiempo, nunca le había contado mis problemas, pero creo que llegaba el momento, supongo que ya era hora de decírselos, él me entendería.
—Me siento atormentada por los demás, siento demasiada presión social. Desde hace mucho siento que tengo que fingir mi personalidad para encajar, no me refiero sólo a internet, también en el colegio, incluso con mi familia, me tratan muy mal, siempre me comparan, me siento sola y vacía y no sólo eso; También estoy teniendo muchos problemas con mi mamá, siempre me grita sin razón, discutimos, peleamos, me va súper mal en el colegio, te juro que por más que me esfuerce, siempre tengo los mismos resultados, estoy muy cansada. Siento que todo el mundo está en mi contra, aunque parezca una bobada, de verdad me afecta, no sé que hacer. Ahorita lloré, por impotencia, por insuficiencia, porque siento que no soy capaz de hacer nada bien, toda mi familia me dice que soy una inútil y los demás me dan a entender lo mismo.
Era cierto, en su momento, pasé por todo eso, claro que no recuerdo lo que escribí exactamente, pero se asimila. En el trayecto de mayo e inicios de junio, siempre son mis episodios depresivos.
Sam tardó al responder, suponía que no quería escucharme o algo así, siempre pasa, además, nadie suele entenderme.
—No eres inútil, el problema es que cuando te meten una idea en la mente con frecuencia, más que todo de manera directa y agresiva y de personas que amas, te duele y te lo crees, por eso sufrimos esas cosas. Será difícil salir de ese círculo, pero si quieres olvidarte de ellos, no los ignores, o sea, sólo convive con ellos e intenta ignorar todo lo que te digan, que no te afecte directamente.
Ni siquiera tuve que leerlo para sorprenderme, es decir, ¿me estaba ayudando?, ¿me estaba entendiendo? Tenía que ver lo que dice ese mensaje.
Unos segundos después, recibí otro mensaje:
—Se fuerte si se puede, puedes buscar amor por otra parte, por ejemplo, acá estoy yo.
Leí ambos mensajes y lo primero que pensé es que todo era un sueño.
Parecían irreales, ¿por qué? Porque nadie entiende cuando cuento mis problemas, siempre se lo toman a broma o me dejan de hablar, ¿cómo era posible que alguien por primera vez me estuviera ayudando? Era imposible.
El último mensaje me llegó al corazón, es decir, me estaba diciendo que en la soledad, podía buscar amor en él, por alguna razón sentí un cosquilleo en el estómago, me sentí querida, Sam era un ángel para mí, ¿mi ángel de la guarda? Probablemente. Solté una sonrisa, tan pero tan real, qué sentí que estaba siendo feliz después de unos cuantos meses.
Seguía perpleja por su mensaje, no supe responder.
—Gracias, muchas gracias. —Sólo dije eso, pero en el fondo quería escribirle todo un puto libro dándole las gracias y diciéndole que lo adoraba.
—De nada, aquí estoy para ayudarte con tus cargas.
Me sentí segura, me sentí protegida.
Hablamos un rato más, me contó que tenía que leer un libro sobre petróleo y gasolina, me dio risa verlo tan frustrado, era lindo.
Yo seguía en shock, creo que nadie había hecho tanto por mí y eso que sólo me escribió un mensaje motivacional, pero creí que podía seguir buscando amor en él y me gustaba eso, su amor era de los más bonitos y no necesitaba tenerlo para saberlo.
—Sigo mañana, quedé en la página 150, me quedan 30 páginas. —Dijo un par de minutos después.
—Es poquito, antes tenías más. Igual te felicito porque hiciste el esfuerzo de no estresarte e igual hiciste muchas cosas hoy. —Dije tratando de motivarlo.
—Yo igual te felicito por haber sido fuerte y contarme lo que sufriste hoy, todo mejorará, cariño. 💕—Dijo para después desconectarse, no respondí.
¿Cariño?, ¿Este chico me quería matar?
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Sam y Mariana: Una mala historia de amor
Novela Juvenil"Dicen que todas las personas tenemos un hilo rojo en el dedo meñique amarrado a la persona que amaremos por siempre. El hilo se podrá contraer, enredar o estirar, pero jamás romperse.", eso es mentira. Sam y Mariana eran dos chicos con gran diferen...