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Al día siguiente, me levanté hecha mierda, con ojeras y heridas que probablemente me hice inconscientemente en mis ataques de ansiedad, me levanté llorando, seguía sufriendo por lo de ayer.

Unos cuantos días después, subió una foto juntos, diciendo "Me haces feliz. <3".

¿Me partí? Me partí.

El hecho de pensar que pude haber sido yo, me destruye, si tan sólo no me hubiera alejado de él en septiembre, todo seguiría igual. Algo que también dolía, era que ella era más bonita, es decir, estoy llena de inseguridades y una de ellas es todo mi físico, ella era pelinegra de ojos verdes, además, tenía su edad, a simple vista, ella era todo lo que yo quería ser y nunca sería.

En la noche tuve un ataque de ansiedad, lloré y grité de una manera inexplicable, por poco me quedo sin voz. Pasó porque en mi mente rondaba su foto juntos con un filtro de corazón y él besando su cabeza y la foto de la nota tan cursi que ella le envió, no pude evitar sufrir y torturarme más.

Agarré un compás que tenía en mi estuche del colegio, era bastante puntiagudo, así que me corté con eso, mi muñeca sangraba y ardía con intensidad, pero no se comparaba al dolor de mi corazón, no era ni el 2% de lo que me dolía todo lo que estaba pasando con alguien que ni siquiera me quería. Prefería desangrarme a través de mi brazo, arrancarme el brazo con un cuchillo, a seguir sintiendo esa maldita mierda llamada mal de amor. Esa misma noche intenté suicidarme de una manera muy estúpida que me avergüenza contar, me dolía que esa vez ya no estaría él para salvarme, pero aún así, me salvó mi estupidez, era muy inútil cómo para lograr suicidarme.

Recuerdo que inició abril, estaba cumpliendo 10 meses con Sam, pero él cumplía 1 mes con Julieta, su novia. Mientras yo sufría, él celebraba.

—He llorado tanto que ahora quiero llorar y no me salen las lágrimas. —Dije a Katarina.

—Eso es peor, pero tú puedes, sigue adelante, luego encontrarás a alguien mejor. O sea, encuentrale luz a la vida, cómo por ejemplo, en que Said y yo estamos cumpliendo un mes. —Dijo para después empezar a parlotear sobre su novio, Said, su aniversario (o mesiversario?) y las lindas palabras que le dijo. No podía quejarme, ella ya me escuchó mucho, ahora me tocaba a mí.

Después de varios minutos, decidí volver a retomar el tema de mi sufrimiento.

—Volví a autolesionarme. — Dije a Katarina haciéndola sorprender.

—¡Mariana!, ¡¿Qué?! —Respondió.

«Está bien, entiendo que no es fácil, que Sam es una mierda y no te hace ningún bien. ¿Te sientes cómoda contándome que pasó?»

—Sí, bueno. Primero: Yo estaba en la sala con mi padrastro y mi mamá y ya tenía un nudo en la garganta desde hace cómo dos horas, entonces esperé a que fuera un poco tarde para decirles que me iba a dormir, aunque en realidad, me fui a mi cuarto a llorar, llorar, llorar y llorar... En silencio para que no me escuchen.

«Cuando se fueron a dormir, lloré más y lo mejor es que podía hacer ruidos porque ellos tienen el sueño pesado. Lloré más, incluso tomaba agua cuando se me acababan las lágrimas y casi toda la noche me pregunté lo mismo: ¿Que estoy haciendo mal?

—No estás haciendo nada mal, Marian.

—Y fue inconsciente; primero me clavé las uñas, me arañé en las piernas, después revisé desesperada una maleta vieja con útiles escolares y encontré un compás muy puntiagudo, con eso me corté el brazo, pero muy arriba para que no se notara. Fueron varios ataques de ansiedad y cuando me calmé, me pregunté: "¡¿Que hice?!", "¡¿Por qué me corté?!".—Continué narrando.

—Bueno, en primer lugar; lo hiciste por desesperación, entiendo que no es fácil. Sam es una mierda y te ha marcado de maneras inmensas. Entiendo que te sientas mal, que no es fácil, pero tú debes tratar de entender que no es tu culpa lo mierda que es él, que tú no has hecho nada mal y no lo digo nada más por decirlo, lo digo porque es cierto. Lo digo porque tú diste todo tu ser por él y él no lo valoró, lo digo porque Sam nunca supo valorarte a ti y a todo tu esfuerzo.

«Por otro lado, lo de cortarse... Mira, sé que no es fácil solamente dejarlo y volver a estar limpia, fue tu forma de... escape, no sé cuál es la palabra y no es fácil dejar de hacerlo, perdón si estoy diciendo lo mismo una y otra vez. La cosa es: trata poco a poco de entender que no es tu culpa, que no eres culpable de nada y no mereces un... castigo, podría ser la palabra. —Explicó Katarina fluidamente, para después darme ideas para dejar las autolesiones, después se lo agradecí y me fui a dormir, sinceramente, no tenía más ánimos de llorar por Sam, debía esperar a que mis ojos se hidrataran y las lágrimas recargaran, porque al parecer, ni el agua funcionaba ya.

Sam y Mariana: Una mala historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora