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7 de octubre, 2016
Inglewood, Los Ángeles

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Un café caliente era la mejor bebida para estos días. El frío había estado tan insoportablemente que apenas me dan ganas de ponerme de pie y venir al trabajo, pero tenía que hacerlo si quería conservarlo.

En una semana haría un mes trabajando aquí y eso me motivaba a seguir viniendo al trabajo, no con los ánimos que desearía, pero es lo mejor que puedo ofrecer. Diane, una de mis compañeras de trabajo estaba acompañándome.

Al parecer ella y yo éramos las únicas que estaban comiendo en el jardín, entiendo a los demás, ¿quién demonios querría comer afuera estando a casi diez grados? Nadie.

Este frío tan repentino había sorprendido a toda la ciudad de Los Ángeles, pues se esperaba que el frío comenzara en mitad del invierno, pero esto no será permanente, según las noticias se trata de un frente frío y que pronto abandonará la ciudad.

—Siento que mis dedos son una hielos —susurró Diane, dándole un sorbo a su café.

—Yo también siento mis dedos así. Aún no sé, porque quisiste venir a comer conmigo afuera.

—Quiero conocerte más Kaede, se ve que eres alguien agradable —sonrió—. Esa es la razón por la que vine contigo.

—¿En serio te parezco alguien agradable?

—Por supuesto, ¿por qué no me agradarías? Has sido muy linda desde que nos conocimos, me gustaría conocerte más.

Desde pequeña he tenido una gran habilidad para conocer a personas nueva, era algo que había heredado de mi padre, quizás era el carisma o tal vez la amabilidad que tenía con los desconocidos, durante la preparatoria y universidad tuve demasiados amigos, aunque perdí contacto con varios de mis amigos de Nueva York después de irme.

Durante mi etapa universitaria solía salir mucho los fines de semana, pues siempre era invitada a muchas fiestas de fraternidades. Era demasiado popular, digamos que era la típica chica con la que todo el mundo quería salir, tengo muy buenos recuerdos de esos años, en ocasiones cuando me encuentro ebria o simplemente estoy nostálgica, me gusta husmear en mis álbumes de fotos y recordar ciertos momentos.

Eso era lo que más me gustaba de las fotografías, que no importaba cuando tiempo haya pasado, ver una foto siempre te haría recordar un maravilloso o doloroso recuerdo.

Ya había pasado una semana desde que Ashton me mando aquel mensaje diciéndome si quería hacer algo, habíamos quedado para vernos esta tarde, estaba algo ansiosa, pues en los últimos días habíamos estado chateando muy seguido por mensajes, era entretenido conversar con él.

—¿Harás algo después del trabajo? —preguntó Diane.

—Sí, saldré con alguien en la tarde —le di una media sonrisa—. ¿Por qué la pregunta?

—Pensé que sería una buena idea salir juntas y conocernos mejor —masculló—. Pero ya tienes planes, así que supongo que un hoy no será el día.

—Podemos hacerlo mañana si gustas —dije rápidamente—. A mí también me gustaría conocerte más.

No estaba mintiendo, mentir no iba conmigo, estaba siendo muy sincera con ella. Así que por eso continué mi conversación con ella hasta que tuvimos que regresar, la principal razón era porque mi trasero estaba congelándose ahí afuera.

—¿Te gustaría salir algún día?

—Por supuesto —sonreí—. ¿Qué te parecía verlo después? Es que ahora tengo que irme.

—Claro, yo te llamo.

—Esperaré tu llamada Diane, gracias por esas horas de conversación.

—Nos vemos después Kaede.

Me despedí de Diane y seguí con mi camino, me encontraba nerviosa, aún tendría que ir a casa y buscar lo que me pondría esta tarde para la salida que tendré con Ashton. No sabía exactamente a donde iríamos, así que tendría que elegir muy bien lo que usaría.

Mierda, ¿por qué me sentía tan nerviosa?, ¿por qué me preocupaba tanto como me vestiría?

Alicia me había dicho incontables veces que me preocupaba demás y creo que estaba en lo correcto, suelo pensar demasiado las cosas y eso siempre me terminará afectando. Al llegar a casa, no sabía siquiera por donde comenzar, le había perdido ayuda nuevamente a Alicia, yo podría ser buena en otras cosas, pero en las citas claramente no.

Antes de lidiar con mi lucha interior para ver lo que llevaría puesto, fui a darme una ducha para relajarme un poco, aquello realmente funcionó, con un poco más de paciencia observé mi armario, necesitaba algo cómodo, pero presentable. Creo que ya sé porque soy la fotógrafa y no la modelo.

Busqué hasta el fondo de mi armario y arme cientos de atuendos diferentes, pero ninguno terminaba convenciéndome, esto no se trataba de Ashton, se trataba de mí, por alguna extraña y estúpida razón no podía salir de casa si la ropa que llevaba puesta no me gustaba, elegía un atuendo específicamente armado para ese lugar y ahora que no sé a donde iré, esta haciéndome esa tarea muy difícil.

Moría de ganas por saber a dónde iríamos y así haría un buen atuendo, pero no quería mandarle un mensaje para preguntarle aquello, él me había dicho que la gustaría que por ahora nuestra parada sea un secreto que solamente él conoce. Eso estaba matándome lentamente.

¿Dramático? Probablemente...eso que importa.

Y después de mil cambios después "lo conseguí". Logré algo perfecto para la situación, llevaba unos mom jeans de mezclilla, una blusa con mangas largas de color beige y un abrigo de pana color café, unas botas negras y un pequeño bolso para mis cosas, supongo que estaba bien.

Decidí dejarme suelto mi cabello, me puse un poco de rímel en las pestañas y algo de corrector en mis ojeras...necesitaba dormir más. Bien...todo esta bien.

Salí de mi habitación y fui hasta la sala para pasar tiempo hasta que el castaño me dijera que estaba esperándome o algo parecido...

¿A dónde iremos ahora, Ashton?

Ashton5sos: Estoy cerca, llegaré en cinco minutos :)

𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora