𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwin

f o u r t e e n

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31 de octubre, 2016
Los Ángeles

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Terminé de colocarme las botas, cuando Ashton me envío un mensaje diciendo que estaba esperándome afuera.

Antes de salir de mi habitación para irme de casa, me vi en el espejo una última vez. No llevaba ningún disfraz, pues no había tenido tiempo para salir a buscar algo.

Así que llevaba algo bastante casual. Estaba sola en la ciudad —no de forma literal—. Alicia había ido a Albuquerque ya que sería el cumpleaños de su abuela y sabía que no le perdonaría faltar, Diane pasaría la noche pidiendo dulces con sus sobrinos cerca del barrio en el que vivían, así que prácticamente estaba sola.

Por esa razón acepté la invitación del castaño por la mañana, no había cosa más deprimente que pasar Halloween sola en casa. Aunque estaba segura de que hubiese aceptado su invitación si la situación fuese diferente, realmente me gustaba pasar tiempo con él.

Después de lo qué pasó en la sesión de Eve, no me había mandado algún mensaje, yo tampoco lo había hecho y la razón era: porque no tenía nada que decirle y mi corazón aun se aceleraba al recordar su cercanía esa tarde.

Sentí que estuve apunto de desmayarme. Recuerdo perfectamente el brillo de sus ojos al haberse acercado. Había pasado mucho en esos pocos minutos.

Tomé las llaves de mi casa antes de salir y ver el auto estacionado y Ashton sentado en las escaleras del pórtico de mi casa. Él al escuchar mis pasos volteó a verme sobre su hombro y rápidamente se puso de pie.

—Hola.

—Hola Ashton —le respondí dándole un pequeña sonrisa.

Guardé mis llaves en la bolsa de mi pantalón y caminé en su dirección hasta quedar a unos pasos de distancia, entonces él sonrió y yo hice lo mismo.

—¿Y tú espíritu de halloween? —preguntó con intención de burla.

—Se ha ido de vacaciones —le seguí el juego y él soltó una ligera risa—. Veo que el tuyo fue realmente leal.

—Cómo no tienes una idea —ladeó su sonrisa—. Tengo un poco de sangre falsa, si quieres podemos improvisar un disfraz bastante sencillo, ya tienes todo, sólo sería poner un poco de sangre falsa en tu ropa. Es una sugerencia —aclaró inmediatamente—. Sabes que puedes decir que no si es lo que deseas, jamás te obligaría a hacer algo Kaede.

—Lo sé —sonreí—. Me gusta mucho eso de ti, pero respondiendo a tu propuesta, claro que me gustaría, no quisiera ser la única sin estar vestida de algo.

—Bien, entonces ven conmigo.

Ashton me tendió su mano y yo la tomé casi de inmediato para después ir hasta la parte trasera de su auto, en su maletero tan sólo había una mochila negra y de su interior sacó lo parecía ser un frasco con la sangre falsa.

—Esto sale —aseguró—. Sólo no intentes lavarla con el resto de tu ropa o tendrás un completo desastre en tu lavadora.

—Gracias por la información —en mi voz se podía escuchar el tono de diversión.

Él abrió el frasco y me dio una brocha, me dijo que la metiera en el frasco para mancharla y así pudiera ponerme un poco en el rostro y en el cuello mientras él manchaba mi ropa con lo restante del frasco casi vacío. Lo hice, me puse un poco en el rostro y lo demás lo puse en mi cuello y un poco en las manos.