n i n e t e e n

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Era muy tarde y yo me sentía sin ánimos. Han pasado tan sólo un par de semanas desde que esa foto mía con Ashton comenzó a circular en internet y ha pasado tanto desde ese entonces, es una fortuna que aún no hayan descubierto dónde vivo.

Desde ese día no hay mucho de ambos y todo tiene una simple explicación la cual es la siguiente:

En esas semanas que han pasado tan sólo nos hemos visto como máximo tres días.

Hoy habíamos acordado en vernos, bueno más bien él vendrá a verme a mi casa ya que aún necesitaba tiempo para tener la valentía de salir de nuevo con él sabiendo que tendré muchas cámaras encima.

Ya me había encargado de la cena por lo que con el tiempo restante fui a darme un baño y cambiarme de ropa a algo un poco más cómodo. El plan era ver películas en la sala, era casi una bendición que uno de mis sofás fuese un "sofá-cama".

Así sería un poco más cómodo. Terminé de agregar un par de almohadas al sofá y me aseguré de que todo pareciera bastante cómodo, fue en ese momento cuando el timbre de la casa se escuchó. Entonces supe que se trataba del castaño.

Dejé mis cosas y fui a abrirle, estaba haciendo bastante frío está noche. Al abrir la puerta me encontré con el chico quien estaba afuera esperando con una bonita sonrisa. Llevaba una bolsa de papel en la mano y la otra la tenía en el bolsillo de su abrigo.

—Hola cariño —saludó con una sonrisa coqueta.

—Hola —le devolví el gesto y me acerqué a él para tomar la bolsa de su mano y así tomarlo de la mano y hacer que pasara.

Y al tomar su mano, me di cuenta de que estaba helada, por lo que rápidamente lo hice pasar para después cerrar detrás de él. Los inviernos en California no eran muy fríos, pero habían semanas en las que el frío era insoportable. Aunque a veces no era nada comparado a los fríos inviernos que pasaba en Brooklyn y también a sus nevadas.

Estaba terminando de quitarse el abrigo cuando se giró a mí, puso una de sus manos en mi cintura y me acercó a él y antes de posar sus labios sobre los míos, me dió una sonrisa que me dejó sin aliento. Maldición...a este ritmo pronto terminaré desmayada en sus brazos.

Fue un beso corto, lento, pero perfecto en muchos sentidos.

—Confieso que estuve extrañándote demasiado Kaede —musitó a unos pocos centímetros de mis labios.

—Yo también te eche de menos.

—Realmente estoy enamorado de ti.

Intenté ocultar el rubor de mis mejillas acercándome a él para darle un abrazo y esconder mi rostro en su cuello.

—Vamos a cenar —susurré sobre la tela de su camisa.

—Tienes razón, vayamos a cenar.

La mano que tenía en mi cintura se alejó para después tomar uno de mis brazos que estaban rodeándolo, para luego deslizar su mano hasta alcanzar la mía y envolverla con mucha facilidad y guiarme hasta mi cocina. Ashton no pasaba mucho tiempo en mi casa, pero parecía conocerla mucho mejor que yo.

Yo parecía ser la invitada en lugar de él, Ashton se había tomado la libertad de servir la cena y llevarla hasta la sala y mientras él hacía eso, yo me encargué de poner la película. Una decisión bastante difícil, elegir una película para mí era igual de difícil que elegir la carrera de la universidad.

Ashton se sentó a mi lado y no pude evitar sentir un poco más de presión por su presencia, llevaba semanas tratando de asimilar todo lo que ha pasado desde que me encontré con ellos aquella madrugada en la calle.

𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora