𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwin

s e v e n t e e n

Por favor alguien levánteme y dígame que esto es un sueño y que no esta pasando en verdad.

Ashton tuvo que ser muy cuidadoso para salir de esa ola de paparazzi, no era necesario que él me dijera lo que estaba pasando, yo sabía perfectamente que esto se debía a las fotos que nos habían tomado anoche.

Yo era bastante consciente de que esto podía llegar a pensar, por esa razón esta mañana no me atreví a ver internet. Ahora sabía mejor de lo que se trataban los mensajes que Alicia me había enviado esta mañana.

—Lo lamento Kaede —dijo en un susurro.

Debe de sentirse culpable. Mi actitud debe de haberle hecho pensar que esto era su culpa.

—Está bien Ash —volteé a verlo—. Esto no es tu culpa.

Estábamos aparcados en un estacionamiento a unas cuantas calles de mi trabajo. Llevábamos ahí varios minutos en absoluto silencio, antes de eso ninguno se había atrevido a decir una sola palabra.

Diane me había mandado un mensaje hace unos minutos diciéndome que tuviera cuidado al llegar al trabajo ya que había un montón de personas en la entrada.

Eso había sido apenas dos minutos después de habernos alejado, después de ese mensaje diciendo que esas personas estaban esperando por mí. Luego mencionó lo de la foto con Ashton y después me dijo que nuestra jefa estaba preguntando por mí.

Tuve que responderle para decirle que no iría la trabajo y que después le explicaría a nuestra jefa lo sucedido.

—De verdad que no me gusta que todo esto este pasando —mencionó con un tono bajo.

Por la forma en la que estaba diciendo las cosas puedo saber que en verdad está muy afectado por lo que está pasando ahora mismo con mi vida.

—Hey —me moví sobre el asiento para poder acercarme a él y poner mis manos en su rostro—. Esto no es culpa tuya, yo era bastante consciente de lo que podía pasar si nos seguíamos viendo y aún así decidí seguir saliendo contigo...y lo seguiré haciendo porque tú también me gustas —musité—. Y me gustas mucho.

Su mirada cambió y sus ojos brillaron, me había pasado toda la noche pensando en lo que sentía por él, la noche y desde que me desperté, incluso seguí haciéndolo después de ser atacada con flashes que casi me dejan ciega.

—Kaede...te dije que no estabas obligada a decirlo.

—¿Crees que lo estoy diciendo por obligación? —enarqué una ceja ligeramente—. Me gustas y realmente podría vivir siendo perseguida por personas, lo haría sí es necesario para seguir viéndote. Porque tampoco estaría dispuesta a vernos a escondidas.

Él esbozó una pequeña sonrisa y casi se me salía el corazón por lo lindo que se veía en ese momento.

—Realmente estoy muy enamorado de ti Kaede —susurró—. No sabes lo mucho que me alegra haberme perdido con los chicos esa noche y sentarnos frente a tu casa. Estoy feliz de que hayas sido tú quién nos ayudara.

No importaba que tan casual fuesen las palabras de Ashton siempre lograba cautivarme, cómo ahora mismo.

—No quiero que te sientas culpable por esto —repetí—. Esto no es culpa tuya, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Quité una de mis manos de su rostro y la otra estaba por hacer lo mismo, pero él me detuvo e hizo que mi mano permaneciera en su rostro.

—Me gusta esta posición —dijo haciendo referencia a mis manos en su rostro—. ¿Podrías dejarlas ahí un poco más?

Maldición...sería tan difícil intentar negarme ante él. Así que hice lo que él me pidió y no es como si fuese algo que quisiese dejar de hacer.

Si fuera por mí me quedaría así toda la vida y podía observarlo hasta envejecer. Acaricié un poco su rostro y lo vi cerrar sus ojos, estaba relajándose.

—Supongo que tendré que llevarte de regreso a casa —murmuró sin abrir los ojos.

—Sí. Tengo llamadas que hacer.

—De acuerdo, sólo nos quedemos así un poco más y después te llevaré a casa.

Sonreí y seguí viéndolo, sus pestañas eran algo largas. Llegó un punto en el que pensé que se había quedado dormido debido a la tranquilidad de su respiración.

Después de eso alejé mis manos de él y se dispuso en llevarme de regreso a casa, fuimos en silencio completo y por un momento olvidé que minutos atrás terminé diciéndole que también me gustaba.

Había pasado mucho desde la última vez que le dije a alguien que me gustaba...había estado tan concentrada en mis cosas que no había tenido tiempo para citas y ese tipo de cosas.

Era una fortuna que aquellos fotógrafos no hubieran dado con mi dirección o de lo contrario todo hubiera empeorado al llegar. Ashton apagó el auto una vez estábamos frente a mi casa.

—No te ofrezco quedarte porque sé que tienes cosas que hacer —murmuré quitándome el cinturón de seguridad.

—Desafortunadamente es así, me gustaría quedarme contigo todo el día, pero no lo veo posible ahora —frunció un poco la nariz—. Tal vez si tengo tiempo venga a visitarte más tarde.

—Está bien si no puedes hacerlo —sonreí—. Podemos vernos otro día.

—Lo sé.

—Nos vemos después. Cuídate —me acerqué a él para dejar un beso en su mejilla.

Al alejarme un poco de su rostro pude ver que tenía los ojos cerrados y una diminuta sonrisa en los labios.

—Haz lo mismo —masculló.

Estaba por alejarme completamente para poder salir del auto, pero él puso una de sus manos en mi rostro acercándome una vez más, sólo que esa vez para poder dejar un casto beso en mis labios.

—Nos vemos después Kaede.

El beso me dejó algo atolondrada por lo que le regalé una sonrisa rápida, tomé mis cosas y salí del auto para dirigirme a mi casa tardando unos pocos minutos en abrir la puerta y entrar sin mirar atrás.

Me quedé parada en la entrada por unos minutos y escuché cómo el auto se alejaba.

Me parecía sorprendente que mi vida se hubiera puesto de cabeza por una simple foto. Cuándo veía esas publicaciones de las personas que se hicieron famosas por algún meme y decían cómo la idea de hacerse más famosos les abrumaba creía que era algo exagerado.

Pero ahora que lo estoy viviendo ya no creo lo mismo. La idea de perder cierta privacidad al ser lanzada o lanzado a la vida pública es horrenda.

Aunque si lo veo de otra manera, esta es una buena oportunidad para impulsar mi carrera como fotógrafa. Tal vez si haya más que todas esas cosas feas que rondan en mi casa.

Quizás esta sea una gran oportunidad.