f i v e t e e n

111 23 11
                                    

Sus manos me tomaron por la cintura acercándome aún más a él. Mi respiración se había acelerado demasiado que ahora mismo necesitaba respirar y recuperar todo el aire que ahora está haciéndome tanta falta.

Y sin querer hacerlo, puse mis manos en su pecho con la intención de alejarlo para tomar un respiro.

No puede ser. Acaba de besar a Ashton Irwin.

Por favor alguien dígame que es un sueño.

—¿Estás bien?

Su voz me hizo volver a la realidad y ver que lo que acababa de pasar es cierto. Abrí los ojos lentamente y subí la mirada para verlo a la cara.

En sus labios había rastro de mi labial morado, eso hizo que la sangre de mi rostro hirviera.

—¿De verdad está pasando esto? —susurré aún sin poder creerlo.

—¿Hablas del beso?

—Sí.

—¿Quisieras comprobarlo? —su voz había sido tan seductora que sentí estar apunto de fallecer ahí mismo.

Su respiración chocaba en mi frente y eso hizo que mi cuerpo se erizara por completo. Maldición me sentía tan fuera de mí misma.

Volvió a acercarse a mí para besarme una vez más, esta vez no tomó mi rostro. Sus manos regresaron a mi cintura acercándome completamente, había dado unos pasos hasta que su espalda chocó con la puerta de mi casa.

Sus labios se movían de una forma exquisita, estaba enloqueciendo con la sensación que sus labios dejaban sobre los míos. Era maravilloso. Rodeé su cuello con mis brazos y ladeé mi cabeza para profundizar el beso, sus manos estaban apretándome un poco.

Carajo. Sí alguien salía de su casa en este momento estaba segura de que pensaría lo peor, qué en mi caso sería lo mejor. Fue por esa misma razón que me vi en la necesidad de separarlo de mí por una segunda ocasión, en realidad no quería hacerlo, pero tenía qué.

—Creo que deberíamos parar —susurré sobre sus labios—. Aún estamos afuera de mi casa.

Soltó una risilla que me hizo temblar, la vibración de su risa cerca de mis labios fue indescriptible.

—Tienes razón. ¿Te gustaría seguir comprobándolo, pero esta vez dese adentro?

¿Cómo se respiraba? Sus preguntas estaban dejándome sin aliento, era cómo si estuviera haciéndolo a propósito, cómo si le gustara verme así. Nerviosa.

—¿De verdad quieres continuar?

—Desde que te vi hace un mes aquí afuera, debo de admitir que me imaginé cómo sería besarte, así que sí. Si quiero seguir Kaede, lo imaginé tantas veces que ahora que está ocurriendo no quiero dejar de hacerlo —¿su voz siempre había sido así de seductora?—. Dime...¿tú quieres seguir con esto?

¿Quería hacerlo?

Por supuesto que sí.

No le respondí con palabras, pero estaba segura de que el fugaz beso que le di respondió su pregunta. Me apresuré en abrir la puerta y una vez estando adentro no me moleste en encender las luces, tan sólo volví a besarlo. No nos movimos de la entrada, permanecimos ahí por más tiempo del que podía aceptar.

Esta vez fue mi espalda la que chocó con la pared, me sentía en el cielo, su forma de besar era de ensueño.

Pero entonces nuestro beso fue interrumpido una vez más, esta vez por él.

—Tienes que dormir.

—Quédate conmigo.

—No creo que sea lo correcto.

—No importa si no es lo correcto, quiero que te quedes conmigo. ¿Podrías hacerlo por esta noche? Además ¿Por qué no sería correcto? Ambos somos adultos y sabemos lo que hacemos.

Ashton sonrió y pasó una de sus manos por mi rostro alejado algunos cabellos. Aquel beso me había dejado tan sorprendida que por un momento olvidé que él acababa de decirme que está enamorado de mí.

Ashton Irwin, el baterista de 5 seconds of summer. Él mismo me lo había dicho hace unos minutos.

¿Esto era un sueño? Porque nada de lo que estaba pasando parecía ser real.

—Lo somos —aseguró—. Estás algo ebria, será mejor que vayas a la cama y duermas.

—¿Estar rechazándome?

—Sí, lo estoy haciendo.

—Bueno, eso es lo más realista de todo esto

—¿A qué te refieres con que es más realista?

—Ya sabes —balbucee—. Tú eres muy famoso y yo sólo soy una simple fotógrafa que tuvo suerte al conocer a una banda.

—No entiendo, ¿qué es lo que te parece surrealista?

—Ashton sabes a lo que me refiero —me encogí de hombros—. Es más probable que me gustes tú a que yo te guste a ti y no trates de negarlo, sabes que es verdad.

—¿Estás escuchándote? —enarcó una ceja incrédulo—. Eso es absurdo, para mí eso no tiene ningún sentido. ¿El que yo sea famoso, hace qué mis sentimientos hacia una persona parezcan irreales para ti?

—Tienes que aceptar que es verdad, dime, ¿qué tengo de especial para que llegara a gustarte? No hay nada extraordinario en mí, sólo soy un chica que le apasiona la fotografía y que trató de perseguir sus sueños y ahora esta trabajando en un lugar esta todo el día haciendo ediciones cuando debería de estar tomando fotografías en una buena agencia. No hay nada sobresaliente en mi vida, más que la suerte que tengo para toparme con personas famosas en situaciones cotidianas.

—No puede ser cierto...—suspiró, por un momento creí que se alejaría de mí, pero no se movió ni un poco—. ¿A caso eres incapaz de ver tus lados buenos? ¿Necesitas tener éxito para ser una persona especial? Para mí Kaede...para mí, tú eres asombrosa. Tus chistes ingeniosos que logran hacerte reír sin querer, tu gran habilidad para hablar sobre cualquier cosa por horas, la manera en la que ves al mundo y tu gran talento para la fotografía. Hay tantas cosas en ti que podía pasar una semana hablando de ellas sin parar. Me gustas por quién eres, no por el reconocimiento que tengas.

Su rostro aún estaba muy cerca del mío, sus ojos me veían directamente y la mano que había acariciado mi rostro minutos antes, ahora estaba siendo utilizada para recargarse. No lo pensé mucho, simplemente lo hice. Me acerqué a él y besé su mejilla, esbocé una pequeña sonrisa y lo abracé estaba a nada de hacerme llorar.

Eso había sido lo más lindo que alguien me había dicho desde hace un tiempo.

𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora