𝗠𝗢𝗥𝗘 | ashton irwin

t w e n t y - t h r e e

Estaba muy nerviosa...el tiempo se había ido tan rápido que antes de darme cuenta el día había llegado.

Todo esto de la mudanza me mantuvo bastante ocupada que el tiempo fue algo que no contemplé demasiado. Había pasado la semana tratando de acomodar las cosas en el departamento que por cierto era muy lindo y bastante grande, más de lo que había pensado que sería. De cierta manera eso me tranquilizó ya que uno de mis miedos fue que mis cosas no entrarán, pero ahora la cosa es que hasta sobran.

Había pasado la noche anterior buscando que usaría para esta mañana, quería que todo saliera bien...

—Respira un poco cariño, puedo escuchar tu respiración agitada desde la llamada.

Estaba más que nerviosa que tuve que hablarle a Ashton...él siempre lograba calmarle los nervios.

—Estoy haciéndolo —dije mientras arreglaba mi cabello—. Solo que parece que mi cabello esta mañana decidió hacer de todo menos lo que yo quiero —me quejé.

—Kaede relájate un poco...todo saldrá bien, le agradarás a todo y darán una gran primera impresión, yo sé que así será.

—Quisiera creer tanto en mí como tú lo haces.

—Para eso estoy aquí Kaede, para ayudarte si tú no puedes hacerlo, mientras estemos juntos siempre tendrás a alguien que te recuerde lo asombrosa que eres.

—No sé que fue lo que hice para merecerte Ashton Irwin.

—Esa pregunta debería hacerla yo.

Sonreí un poco y por fin pude quedar satisfecha con mi apariencia, ya estaba lista para partir, tomé mis cosas mientras seguía escuchando a Ashton por el altavoz quien estaba contándome acerca de lo que estuvo haciendo estos días.

—Debes de estar agotado con tantas cosas —le dije tomando el celular para ya dirigirme a la salida.

—No tanto, estoy acostumbrado al agotamiento.

—Deberías descansar más ahora que se han dado un tiempo del grupo, bueno supongo que por eso mismo se dieron un descanso —murmuré cerrando la puerta del departamento.

—Se supone...pero no puedo estar sin actividad, me acostumbre a la vida sin descanso —escuché como una regadera se abría.

—¿Vas a darte un baño?

—Tengo que hacerlo para volver con la rutina, hace poco regresé de correr así que ahora estoy empapado de sudor, necesito asearme.

—Entonces te dejo para que lo hagas ya que estoy por conducir y no puedo distraerme con su maravillosa voz.

—De acuerdo, ten cuidado al conducir.

—Lo haré, prometo llamarte más tarde.

—Estaré esperando tu llamada entonces.

—Hasta luego.

—Hasta luego y cariño, no lo olvides todo saldrá bien, confía en ti, no te deseo suerte porque sé que no la vas a necesitar. Te quiero.

—También te quiero —murmuré con una sonrisa.

—Adiós.

Y sin una palabra más la llamada terminó. Ya estaba arriba del auto, por lo que dejé mi celular en mi bolso y sin perder más tiempo me puse en marcha.

Llegar no se me complicó tanto por lo que llegué al edificio con anticipación lo que me hizo sentir un poco más relajada, dejé el auto en el estacionamiento y me dirigí a la recepción para poder pedir instrucciones.