¿Recuerdas el día en que nos conocimos?-Byler

✨20✨- lluvia

—Mierda.

Mike tenía su mochila colgando del hombro.

Ese no había sido el mejor de sus días. Ninguno había hecho planes, por lo que se les ocurrió salir al parque, y aunque el cielo estaba infestado de tonos grises y azul oscuro cuando salieron de la casa, nunca contemplaron lo que estaba sucediendo: llovía, casi cayéndose el cielo.

Las gotas golpeaban con fuerza todos los columpios y las resbaladillas.
El sube y baja se levantaba y bajaba debido al aire.

Mientras tanto, los dos mejores amigos contemplaban el paisaje con un suéter, únicamente, pues al ser verano de 1984, ¿Quién creería que iba a diluviar de esa forma?

Con ambos en el kiosco del parque, esta podría ser  la velada perfecta, pero... lluvia.

Ambos cargaban sus mochilas con comida y cosas que podrían usar en una salida normal.

—Tengo una libreta— Mike le había hablado a Will lo más alto que podía, para que el otro pudiera comprender lo que le había dicho.

—Dame eso— mala idea decirle eso a un dibujante.

Will le arrebató la libreta de las manos y le extendió la mano para que Mike le diera la pluma.

El menor comenzó a hacer trazos en la hoja de rayas que Mike no comprendía.

Era una forma ovalada que tenía en la parte de encima líneas y esas líneas bajaban al óvalo de nuevo. Después, puso dos curvas en la parte de en medio, un círculo y... una sonrisa. Will estaba dibujando a alguien. A Mike. Pero una forma tierna de él, nada elaborado.

Mike sonrió al ver los garabatos de su amigo.

Ambos se miraron y se sentaron en medio del kiosco, donde el agua no llegaba.

Will siguió dibujando cosas graciosas.

Dibujó las señor Clark con un bigote extraño.

La lluvia estaba un poco más calmada, pero para su mala suerte, el aire hizo de las suyas y se apoderó de todo el ambiente, haciendo que los árboles se tambalearan y los columpios se movieran con más fuerza. El cabello de los chicos se movía hacia la parte de enfrente de su cara.

Will se puso serio.

—¿Estás bien?— Mike puso sus manos sobre los hombros de su amigo.

—Supongo. Sólo tuve... ya sabes... recuerdos.

Por el sonido del viento y los truenos que retumbaban a lo lejos, Will tuvo recuerdos de su estadía en el otro lado.

El más alto le dio una sonrisa que hizo que Will relajara su semblante.

Sé escuchaba el viento golpeando todo lo que estaba a su alcance.

El castaño comenzó a tiritar de frío.

En el kiosco había una banca que misteriosamente estaba tapada.

Ambos se sentaron ahí.

Will siguió garabateando y Mike descifraba sus dibujos.

Ambos reían, y el momento era algo melancólico.

En un momento, Will comenzó a tiritar de frio. Mike lo notó y con voz temblorosa le ofreció su chamarra. Aunque Will se negó, Mike se quitó su único refugio contra el frio y se lo colocó en la espalda.

Ambos se colocaron en posición fetal a tal modo de conservar mejor el calor en sus cuerpos.

Contemplaron la lluvia, maravillados con su belleza.