Un niño de pelo cían y ojos naranjas jugaba solo con un balón de fútbol en el parque, chutando contra el árbol a unos metros suyo haciendo que cuando este volvía tuviera que moverse hasta donde fuese el balón y volver a chutar contra el árbol.
El pequeño de siete años llevaba una sudadera demasiado grande para su persona ya que era una de una de sus madres haciendo que le costará moverse al menos un poco sobre todo al estar solo, ya que ningún otro niño quería jugar con él debido a que le tenían miedo por su ojo derecho, lo que le obligaba a tener que moverse más rápido para recoger el balón.
En uno de esos tiros contra el árbol el balón reboto contra este yendo más lejos haciendo que el pequeño Jirou tuviera que perseguirlo hasta que vio como el balón paraba ante los pies de alguien que tomo el susodicho en sus manos haciendo que el niño de siete años levantara la cabeza para mirar al hombre delante suya.
-Este balón es tuyo, ¿niño?-se escuchó preguntar al señor que llevaba unas gafas de sol grises que combinaban con su largo cabello gris.
Sakuma asintió enérgicamente para diversión del adulto.
-¡Sí, señor!¿Me lo devuelve, por favor?-
-Claro.-y dejó el balón, agachándose, en las manos del pequeño.-¿Te gusta el fútbol , eh?-cuestionó el adulto ya una vez volvió a estar de píe, recto.
-Mucho.-afirmó asintiendo a su vez el niño pequeño, con una pequeña sonrisa llena de emoción y alegría.-Algún día seré el mejor del país.-
-¿El mejor del país? Una gran ambición, ¿crees que podrás?-
-Sí, lo seré.-no había duda en la voz del pequeño, solo una seguridad y certeza absoluta que le hacía ver adorable e hizo sonreír de lado al mayor, con cierto misterio.
-¿Y puedo saber el nombre de tal increíble jugador?-
-Oh, perdón.-se disculpo el pequeño riendo leve, algo avergonzado antes de sonreír y ofrecerle la mano derecho al mayor.-Sakuma Jirou es mi nombre, ¡un placer,señor...!-
-Kageyama Reiji.-se presento serio el mayor, colocándo bien sus gafas antes de aceptar la mano del menor y darle un apretón de mano rápido.-Y créeme el placer ha sido todo mío, Sakuma.-
-¿Eh?¿Se va ya?-dijo algo triste pues volvería a estar solo pero el mayor tras romper su apretón de mano, anduvo hasta estar a su lado y puso una mano en su hombro haciendo que le mirara curioso y confundido.
-Nos volveremos a ver más pronto de lo crees, Sakuma Jirou.-
Y sin darle tiempo a reaccionar el hombre se fue haciendo que al girarse el niño ni le viera, quedándose confuso.
-Pe...pero...donde...?-
-¡Jirou, vamos, es hora de volver a casa, cielo!-
Con una última mirada por donde se había ido el señor el pequeño Sakuma, con balón en mano, se dio media vuelta.
-¡Ya voy!- y empezó a correr rumbo a donde estaban sus madres.
Una semana más tarde, sin que Jirou lo supiera, sus madres recibieron una carta del mismo director de la escuela privada Teikoku.
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El Comandante y Su Delantero Estrella
RandomSakuma Jirou tenía siete años, casi ocho, cuando Kageyama Reiji apareció en su vida y la cambio para siempre.