Teikoku Gakuen

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Casi un año había pasado desde aquel terrible accidente que termino en desgracia y un pequeño Sakuma Jirou de ocho años se encontraba en el coche de una de sus madres, vestido con el típico uniforme de la Teikoku, mirando serio por la venta. Una vez llegaron ante el monumental edificio de la susodicha escuela, el niño de pelo cían cogió su mochila y, tras despedirse de su madre quitándose el cinturón, bajo del coche.

Durante unos segundos se quedo mirando el edificio, su nueva escuela, antes de emprender camino por donde iban los demás niños y niñas entrando al lugar. 

Nada más entrar se sintió muy pequeño pues el lugar era gigantesco, con techos bastante altos y con pasillos donde había sitio para más de veinte personas una al lado de la otra. Por no hablar de esos colores tan oscuros que había en el lugar como sí estuvieran en un sitio militar, como si fuese una escuela militar.

El pequeño de pelo cían sacó del bolsillo de su pantalón una hoja donde ponía el número de su nueva clase y fue mirando,sintiéndose perdido,  hasta encontrarse con un adulto que más o menos reconoció de inmediato y este no tardo en verle.

-Sakuma Jirou, te dije que volveríamos a vernos.-es lo que dice el hombre nada más Jirou llega a donde está con él con las manos en los bolsillos del pantalón.

-Ka...Kageyama-sama..?-saluda medio preguntando intentando recordar cuando el adulto asiente relajando le.-Bueno volver a verle.-

-Lo mismo digo, chico.-afirma serio.-¿Estás perdido?-cuestiona mirando la hoja en la mano del menor.

Este asiente entregándole la hojas cuando el mayor extiende uno de sus brazos y mira lo escrito en la hoja antes de asentir y dársela de vuelta.

-Te llevaré hasta tu clase, sigue me-

-Hai, gracias, Kageyama-sama.- contestó el niño de ocho años serio pero,  en verdad, agradecido.

Así adulto y niño anduvieron por los pasillos del lugar hasta llegar a unas escaleras que subieron y les llevo al siguiente piso donde Sakuma vio al adulto de pelo gris abrir una puerta donde ponía el número que había en su papel, ahora ya guardado de nuevo en su bolsillo, no tardando en entrar él también detrás del mismo.

-Sensei Mato, disculpe la interrupción, le traiga aquí a su nuevo alumno.-habla el adulto antes de que la mujer diga palabra alguna en lo que Sakuma mira alrededor de la clase, con todos los alumnos y alumnas presentes mirándole ahora, antes de ser presentado.

-Sakuma Jirou, lamento la tardanza, sensei.-

-Esta bien.-habla al fin la mujer ajustándose unas gafas de ver y mirando un momento al niño.-Es tu primer día así que perdonare la tardanza pero que no vuelva a suceder.-le avisa seria y fría a lo que el pequeño asiente.-Ve a sentarte.-termina de mandar antes de entablar conversación con Kageyama.

Sakuma se mueve por el aula entre las mesas buscando un sitio libre hasta que ve uno al lado de un niño con coleta y rastas a lo que se sienta allí.

Pronto Kageyama se va, no sin antes despedirse de los alumnos y alumnas, dejando que la sensei inicie la clase nuevo.

-Vamos, sacar lápiz y goma, tenemos examen. Veamos que tanto recordáis del año pasado.-manda la sensei con frialdad tomando unas hojas de la mesa.-Cualquiera con una nota menor al 90% deberá repetir el examen mañana y así hasta que demuestre poder formar parte de mi clase. Vamos, deprisa.-manda.

Jirou suspira haciendo lo dicho.

Sin duda, esta es una escuela militar.

El Comandante y Su Delantero EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora