El pequeño niño pelicían miraba de una de sus madres a la otra con sus abiertos de par en par antes de mirar la carta delante suya donde claramente ponía su nombre.
-¿La Teikoku Gakuen?-cuestiona al fin tras estar callado unos momentos después de que sus madres le explicaran todo de forma comprensible y le enseñaran la carta.
-Sí.-asintió la mayor de ambas mujeres.-Sí aceptamos el próximo año asistirías allí hasta acabar primaria y pasar directamente a secundaria en la misma escuela.-
-¿Eso significa que dejaría Seisho Gakuen?-cuestiona el pequeño de siete, casi ocho, años inclinando la cabeza levemente hacía un lado.-¿Ya no veré a Mizukamiya-kun?-cuestiona con cierta tristeza el chico.
Ambas mujeres se miran preocupadas.
El pequeño Jirou había sido un niño solitario en la Seisho debido a lo que sus compañeros y compañeras llamaban "su ojo demoníaco" hasta que un niño, un año menor que el pequeño Sakuma, había ingresado a la escuela primaria del mismo y se había acercado a él diciendo que, textualmente, "tu ojo mola". Desde entonces ambos niños eran inseparables, básicamente solo estaban separados en clases por ir a años diferentes.
Nada más.
El resto del tiempo estaban juntos.
-Cielo, que te cambies de escuela no significa que no podáis seguir quedando, y ser amigos.-le dijo su otro madre con amabilidad y cariño al pequeño delantero, en comprensión, ya que entendía que el pequeño niño de pelo azul gran admirador del fútbol era él único y mejor amigo de su pequeño hijo.
Hablando del cual...
Sakuma se quedó pensando un momento hasta cruzar sus brazos y asentir viéndose adorable a ojos de sus madres.
-Esta bien, pero primero tengo que decírselo a Mizukamiya-kun y asegurarme de que este bien antes de irme.-asintió con firmeza haciendo que las adultas se miraran.
-Muy bien, Jirou. Tienes aún un año para decírselo, cariño.-
Eso pareció bastar al niño quien terminó por mirarles sonriente.
-¿Puedo ir a ver la tele ya, entonces?-
Ambas mujeres se miraron divertidas antes de asentir viendo al pequeño levantarse emocionada.
-¡Bieeen!Hoy hay episodio nuevoooo....-decía emocionado Jirou yendo a sentarse bajo la mirada divertida de sus madres que aún veían divertidas como su hijo parecía pasar de un modo serio y maduro para su edad a otro infantil y alegre en segundos.
Solo su niño.
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El Comandante y Su Delantero Estrella
RandomSakuma Jirou tenía siete años, casi ocho, cuando Kageyama Reiji apareció en su vida y la cambio para siempre.