Sakuma miró a Kidou con los brazos cruzados, imitando la postura de este, sin decir palabra.
-Kidou , ¿por qué nos hemos reunido aquí en vez de en el club?-cuestiono Genda, todos estaban reunidos alrededor de su capitán en un pasillo oscuro y poco iluminado.
-Porque no quiero que nos escuchen.-responde el estratega llamando la atención de todos los miembros de su equipo.-¿No estáis cansando de jugar así?¿De hacer siempre lo que quiere el Comandante?¿No queréis jugar nuestro propio fútbol?-
Un silencio se hizo en el lugar.
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-¿Estás seguro?-
-Sí, Comandante. -
El hombre de gafas de sol sonrió de forma burlona mirando al chico delante suya, el cual parecía tan contrariado con todo lo que estaba pasando como seguramente se sentía.
- Y aún así, aquí estás, eligiendo tu lealtad a mi sobre la lealtad a tus amigos.-exclamó el hombro con las manos entrelazadas, apoyando los codos sobre la mesa de su despacho, mirando al chico de catorce años apretar las manos en puños en respuesta.
-Tengo mis razones.-
-Sí tú lo dices....-casi se ríe el mayor, dejando el tema viendo como eso relaja al joven.-Me alegra saber que al menos uno de mis jugadores sabe donde debe estar.-
El chico solo lo mira y se cruza de brazos, como si no supiera si quiere crear o no distancia entre ambos.
-Un chico tan astuto, tan fuerte, tan leal....-iba diciendo Kageyama levantando se de su asiento y acercándose a paso lento según decía cada letra al más joven presente.-...siempre sabiendo lo que es mejor para sus amigos, incluso cuando estos no se dan cuenta.-
-Solo hago lo que creo necesario, comandante.-respondió casi en un susurro el de catorce años una vez el adulto llegó a donde él.
-Lo sé.-reconoció el mayor tomando le del mentón con su mano derecha obligando le a levantar la cabeza y mirarlo.-Es por eso que eres al único que le diré esto...-dijo serio el adulto llamando la atención del confuso e interesado chico.-...sigue la corriente de tus compañeros, asegura te de ser a quien recuran cuando las cosas, inevitablemente, terminen mal. Y tras ello, busca me.-terminó por decir el adulto soltando al menor cuando este asintió serio, aunque aun algo confundido pero confiando en las palabras de su Comandante.
-Sí, Comandante.-
-Buen chico, sé que tú nunca me fallaras, mi delantero estrella.-
Sakuma solo le miró.
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La llegada del final contra el Raimon había llegado antes de que el joven delantero de la Teikoku se diera cuenta y allí se encontraban a punto de empezar el partido pero con los jugadores del Raimon sin estar en los sitios en los que debían estar en el campo.
-Kidou...-llamó a su mejor amigo-...¿por qué el Raimon....-
-Después.-le interrumpió el de googles a lo que chasqueo la lengua pero asintió.
Nada más sonó el pitido de inicio empezaron a caer objetos de hormigón del techo, como columnas, en el campo del Raimon para sorpresa de todos los presentes, los jugadores de Teikoku en general incluidos.
Pero por suerte, ningún jugador estaba herido y Sakuma pudo ver que eso era gracias a su amigo quien al parecer había sospechado de eso. Junto con el resto del equipo y el Raimon, además de un detective de la policía, fue hacía el despacho de Kageyama.
-¡Comandante!¿Eso ha sido usted, verdad Comandante?-
Mientras Kidou y Kageyama hablaban, Sakuma solo intentaba fingir que nada de lo pasado sucedía manteniéndose en un segundo plan dejando a Genda hablar en nombre de todos ellos diciendo que apoyaban al de googles y que se negaban a seguir jugando bajo sus instrucciones. Momento justo en el Sakuma sintió la mirada del adulto de gafas de sol sobre su persona haciendo que le mirara.
El del parche negó al notar la interrogación no dicha del mayor, o más bien suponer, haciendo que este sonriera aceptando su destino y diciendo que lo lamentarían.
Por fin, pudieron jugar su propio fútbol, libres.
Y según el partido iba avanzando Jirou se dio cuenta de algo que cambiaría su amistad con Yuuto, tal vez para siempre.
Las bestias habían sido cazadas y había sido el propio Kidou quién había disparado primero.
-He...hemos....perdido....-susurro Sakuma al final de partido, incredulidad en su voz, antes de mirar furioso a su supuesto capitán.-.....¿este es nuestro fútbol, Yuu-chan?-
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El Comandante y Su Delantero Estrella
RandomSakuma Jirou tenía siete años, casi ocho, cuando Kageyama Reiji apareció en su vida y la cambio para siempre.