CAPÍTULO 3

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Mi habitación estaba oscura, me quedé viendo el techo por unos segundos y luego me levanté para abrir las cortinas. Escuché que tocaban la puerta, así que me subí a la cama y recogí mi cabello.

-Pasa.

Era mi madre, traía en sus manos una bandeja; con sandwiches y una taza de café.

- ¿Cómo te sientes? Preguntó ella.

-Con migraña. Pero... El desayuno que preparaste, me hará bien.

Ella se sentó junto a mí, me sonreía, luego tomó mi mano y supuse que ya se había enterado sobre anoche y la verdad no me extrañaba; es mi madre y algún día se iba a enterar de eso.

-Antonella, sobre anoche... Hizo una pausa -Ya sé lo que pasó y quiero que sepas que estaré aquí para defenderte cueste lo que cueste.

-Gracias mamá. Le sonreí de medio lado, pero ella solo suspiró.

Algo andaba mal, mi madre mostraba en sus ojos algo de prepotencia y en vez de calmarme solo entraba más en pánico y mi dolor de cabeza aumentaba.

-Mamá, ¿Está todo bien? Comencé a preocuparme

-Antonella, lo de ayer... Rascó su frente -Anoche llegaste un poco inconsciente, así que iremos al médico para descartar que le hayan echado algo a tú bebida.

-Creo que eso lo podemos descartar. Anoche no bebí nada.

¡MALDICIÓN! Este dolor de cabeza cada vez se incrementaba, sentía como un escalofrío recorría mi espalda, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.

-Abajo están tus amigos, estában esperando a que despertaras; quieren hablar contigo. Soltó mi madre -Sin embargo, mañana iremos a que te hagan estudios.

Me levanté de la cama, bajé las escaleras y ahí estaban ellos en la sala de estar; lucían muy preocupados. Joel y Ariana se levantaron rápidamente del sillón al verme bajar por las escaleras. Ariana se acercó y me llevó al sofá.

-Anto, perdón por lo de anoche. Habló Theo

-Tranquilo Theo, no fue tu culpa, no tenías idea de lo que eso iba a pasar.

En la sala estaban Theo, Ariana, Samantha y Joel. Ariana se sentó a mi lado y me sujetó la mano, supuse que era una forma de darme a entender que me apoyaba.

-La cosa es... Declaró Joel -Vinimos para ver como estabas, descubrimos que el chico no era de nuestra escuela, al parecer se había colado. Además, sospechamos que esa persona había puesto algo a tú bebida anoche.

¿Otra vez con eso? No bebí nada. O ¿Sí?

- ¿Qué intentas decir? Pregunté

-Lo que Joel intenta decir... Es descartar que haya puesto algo en tú bebida, ya que después de lo que te pasó, parecía como si te hubieran drogado o algo. Agregó Samantha.

-Anoche te desmayaste en el auto. Soltó Ariana -Por suerte tu madre es médica y pudo atenderte aquí en casa.

- ¿Qué pasó con el tipo? ¿Se escapó? Mordí la uña de mi dedo pulgar y mi pierna comenzó a moverse sin parar.

-Puedes estar tranquila, ayer los chicos y yo arreglamos algunas cosas y después llegó la policía, estamos esperando respuestas de la madre de Joel. Respondió Theo

- ¿Su madre? Hablé para mí

-Es abogada. Enunció Joel

-Tranquila, ella es una mujer muy discreta en su trabajo. Comentó Samantha.

-Chicos, la verdad les agradezco por ayudarme. Sollocé -A pesar de ser nueva aquí, me han acogido como una hermana y la verdad agradezco mucho todo lo que están haciendo por mí.

Ellos me sonrieron, Joel no mucho, pero hizo un esfuerzo. Lo que más me sorprendió es que Samantha y Joel, me ayudaran. Solo los conocí anoche, pero agradezco mucho sus buenas intenciones.

...

Esperando a la madre de Joel, me quedé dormida en el sillón. El timbre de la puerta me despertó.

-Hola chicos. La mujer castaña de ojos claros entró y mientras se quitaba la chaqueta saludaba a los demás -Tú debes ser Antonella, lamento lo que pasó. Me tendió la mano -Soy Olivia, un gusto conocerte.

Mi madre apareció a la llegada de la abogada y la invitó a la cocina, supuse que era para charlar más en privado. Vi que Joel y Samantha hablaban, ella le sujetaba las manos y seguido le implantó un beso en la mejilla; ella se acercó a nosotros y se sentó al lado de Theo, todos quedamos en un silencio sepulcral. Me puse la capucha y me recosté nuevamente en el sofá.

-Iré a ver qué tal van las cosas. Dijo Samantha

Theo, también tomó la decisión de recostarse en el sillón y en pocos segundos se quedó dormido. Ariana subió a mi habitación a buscar su teléfono y de repente la puerta principal se abrió. Era Marcos y Dan, mis hermanos. De seguro estaban con la policía viendo al hombre que me había atacado y por mi parte, solo quería que esto se acabara rápido. Noté que Joel se quitó del pasillo y se acercó a mí.

-Oye, Antonella. Habló -Si preguntan a donde me fui, diles que fui a tomar aire.

-Les avisaré. Sonreí de medio lado

Mis hermanos pasaron al lado de Joel, este los saludó. Marcos me implantó un beso en la frente y caminó a la cocina; Dan por lo contrario se quedó conmigo en el sillón. Me abrazó, lo cual es raro en él; pero lo necesitaba.

-Ñoña, que manera de marcar diferencia eh. Dijo en tono burlón.

La verdad necesitaba despejar mi mente y que mi hermano menor me sacara unas pequeñas sonrisas en el rostro, bastaba. De regreso, venía Samantha junto a mi madre y la abogada.

-Bueno señorita, todo está bien. Anunció la mamá de Joel -Puedes estar tranquila, ese hombre pasara un tiempo en la cárcel y pagando algunas deudas; tenía muchos antecedentes y es un poco difícil que salga de ahí y.... tienes un buen brazo, por cierto. Hoy vi al tipo y tiene el ojo morado, Joel me había comentado que tú le diste una golpiza antes de que te desmayaras.

Me gustaba esta sensación; me bastaba saber que ese hombre iba a estar en la cárcel. Lo único con lo que ese chico no contaba, era que se había topado con la chica equivocada.

-Les agradezco a todos... por haberme apoyado y.... no sé cómo pagárselos. Tartamudeé

-Tranquila hermosa, no te preocupes por eso. Sonrió la abogada

Ella se despidió y solo la vi salir por la puerta principal, estaba feliz porque todo había salido bien. Mis hermanos me abrazaron, seguido de mi mamá, Samantha, Theo que creía que seguía dormido y mi mejor amiga Ariana.

-Abrazo grupal. Exclamó Dan.

-Oigan y ¿Joel? Preguntó Sam

-Dijo que iba a tomar algo de aire. Respondí

Sam no dijo más nada. Todos nos separamos y volvimos a sentarnos en el sofá. Este fin de semana fue muy anormal.

Después de almorzar, los chicos se habían marchado a sus casas; yo por mi lado le ofrecí a mis hermanos y a Ariana ver una película, lo cual ellos aceptaron.

ALGO CORTO, PERO ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPÌTULO.

INSTA: dsoa_1722

Cartas a tú corazón (ACTUALIZANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora