CAPÍTULO 15

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Hoy era mi primera clase en la facultad de arte, hace tres días que lleguè a Florencia. He estado ocupada, organizándome y adaptandòme a mi nuevo horario, es fuerte ya que estoy completamente sola y me toca limpiar el apartamento, cocinar dos o tres veces al dìa; conclusiòn la vida de un adulto universitario.

Ya había desayunado, bañado y arreglado. Antes de ir a clases, me percaté de que las estufas estaban cerradas, las luces apagadas y ventanas cerradas. No querìa que mi primera vez viviendo sola ocasionara un incendio.

Me dirigí a la estación de tren, era temprano por lo que no había tantas personas como en la hora pico. Me subí al tren, busqué un puesto que estuviera solo, la encontré y me senté. Saqué mi libro; antes de venir a Florencia, había comprado varios libros. Uno de ellos es "Misery", el que estaré leyendo este mes.

Dejé de leer por un momento, tenía la necesidad de escribir, estaba conteniendo un pensamiento que me ha causado un nudo en la garganta.

"No he recibido cartas o algún mensaje de Joel, desde que lleguè aquì. Sè que no llevo mucho, pero una parte de mì, pensaba que iba a volver a hablar con èl. Pero cada vez, siento que esa carta que recibí, era la última. Significaba que no volveríamos a vernos. Pero a pesar que es un pensamiento pasajero, decido olvidarlo; nada me asegura que volveremos, no sè las razones por las que quiso terminar conmigo, si de verdad me amó o no. Ya lo soltarè, estoy en un lugar nuevo, empezarè desde cero esta nueva etapa, conocerè personas y estudiaré lo que amo. Ya es suficiente, seguir esperando una clara respuesta por parte de Joel, que al final no creo que llegue. Es doloroso, porque Joel fue la primera persona de la cual me estaba enamorando y que me dejara a la deriva, sin ninguna explicaciòn de lo que pasaba con sus sentimientos hacia a mì y a su alrededor, rompiò mi corazòn. Más de lo que imaginaba, que te rompan el corazòn no tiene descripciòn perfecta. Pero yo lo sentí como si me hundieran el pecho y le prendieran fuego."

Cerré mi libreta, después de escribir eso en mi diario, me sentí libre. Me puse cómoda en el asiento y seguì leyendo el libro hasta llegar a mi destino.

...

La universidad es màs grande que en fotos, habìa muchos árboles, podìas sentarte a charlar con tus amigos debajo de ellos. Había bastante movimiento en la universidad, entrè y la verdad estaba anonadada de lo que veían mis ojos, estilo muy italiano.

Estuve investigando sobre esta universidad, vi fotos de la biblioteca, lugar donde me apetece pasar por ahí, pero estaba corta de tiempo y tenía que llegar al aula que me había citado.

Para mi suerte, no encontraba el aula, era muy grande este lugar y estaba tan nerviosa que no lograba ubicarme.

-Cálmate, Antonella. Pensè a mis adentros.

Vi a un grupo de personas, me acerqué y le toqué el hombro a uno de ellos.

-Disculpa. Dije mientras desdoblaba el papel que decía el lugar a donde tenía que ir. ¿Sabes dónde queda el salón 208?

Alcé la mirada, para recibir su respuesta. Pero me llevé tremenda sorpresa, el chico era guapo.

-Maldiciòn, enfócate mujer. Grité para mí.

-Emm, si. Sonriò -De hecho voy para allà, te llevo.

-Está bien. Le devolvì la sonrisa y  lo seguì -Muchas gracias.

En el camino no hablamos mucho, llegamos al aula, noté que un grupo de personas le hacía seña al chico que me había acompañado.

-Este es el aula, por cierto, bienvenida a la facultad de arte. Se despidió y caminò a donde estaban sus amigos.

Después de que el chico se fuera, inmediatamente empecé a observar el salòn. Vaya que no era un salòn comùn, era gigante, tenìa escaleras y sillas visiblemente cómodas. Me senté, saqué mi libreta y un lapicero.

Al parecer la clase iba a empezar porque el lugar cada vez màs se llenaba.

-Buenos días, queridos jóvenes, soy Josè Hernaldo, decano de la universidad de Florencia. Desearles una cálida bienvenida y mucha suerte en su primer año universitario.

El decano dio una pequeña charla, contó un poco sobre la historia de la universidad. Nombrò al grupo donde estaba el chico que conocì recièn, por lo que dijo el decano, ellos estaban en segundo año e iban a ser nuestra guia en todo el proceso de nuestra carrera, hasta que ellos se gradùen.

Como era el primer día, solo era inducción. Las personas que delegan ser nuestras guías; al terminar la conferencia, nos llevaron a recorrer la universidad. Mi mejor momento fue cuando entramos a la biblioteca, parecía la biblioteca de la bella y la bestia, maravillada por este lugar, creo que pasarè el mayor tiempo aquí.

Terminamos el recorrido, ya todos podían regresar a casa. Por mi parte me quedè unos minutos màs, estaba explorando la biblioteca. Caminaba por los pasillos y cada pasillo era una sección diferente de libros, algo que me encantaba aùn màs, habìa orden en esta biblioteca. Luego de explorar, regresé a casa, charlé con mi familia y amigos, les conté todo y seguido de eso, fui a dormir.

...

Pasaron algunas semanas, este primer semestre es teorìa y en el caso de dibujos, son màs tècnicos, como hacer una mano o rostro a través de figuras geométricas, entre otras cosas. Desde la carta de Joel, no he vuelto a saber nada de él, pienso que él me está dando tiempo o seguramente como no le he respondido, cree que estoy molesta. De todas maneras, tampoco le escribirè, le darè su tiempo y disfrutarè mi tiempo acà.

Estaba en el patio de la universidad, en una de las mesas practicando los ejercicios de dibujo para soltar la mano. Escuchaba música, jazz, mi favorita. Cuando alguien interrumpió mi concentración.

-Oh, lo siento. No quería asustarte. Dijo el chico de ojos azules

Entrecerrè los ojos, sabía que lo habìa visto antes, pero no recordaba donde. Hasta que recordè.

-Está bien, ya me acuerdo de ti. Sonreì -Eres el que me ayudò a encontrar el salòn de conferencias.

-Vaya, si te acuerdas. Coqueteò -Bueno, pasaba por aquí y me acordé de tu rostro. Me preguntaba ¿Qué tal te ha ido con las clases?

-Pues, gracias por preguntar. sonreì -Y la respuesta a eso, me ha ido bien, me gusta lo que estoy estudiando.

-Me alegra saber eso, por cierto, ¿Cómo te llamas?

-Antonella Fossati. Le extendì la mano

-Mateo Scott. Estrechò su mano con la mìa. -Bueno, Antonella, nos vemos, adiòs.

-Adiòs.

Fue la despedida màs extraña que he visto. ¿Sucederà algo ahì?

Espero les haya gustado este capítulo, nos vemos en el siguiente. Dejen sus conclusiones de este capítulo en los comentarios. Sè que este capìtulo es corto, pero espero les guste.

Cartas a tú corazón (ACTUALIZANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora