La alta sociedad, y mucho menos dentro de Londres, tiene mucho en juego. Especialmente para una joven, con la fortuna familiar de Ester Sloehigh completamente perdida, su mejor amiga considerada el 'diamante de la temporada' y una montaña alta de es...
Ester y su familia, tristemente reunidos alrededor de la mesa mientras esperaban el último escándalo de Grovener's Square que, con suerte, los dejaría fueran de la mente de la sociedad con el artículo más reciente de Lady Whistledown que su padre leyó rápidamente en voz alta.
Esta autora ha pensado a menudo que el corazón es el más curioso de los instrumentos que no presta atención a la razón ni al rango. Porque, ¿qué posible explicación podría tener la señorita Bridgerton para aceptar la demanda de un simple barón cuando parece haber conseguido un duque? ¿No podría ser la mente de la debutante lo único que está mal?
Que sepa, querido lector, que si este extraño comportamiento presagia otro escándalo, entonces tenga la seguridad de que lo descubriré, porque no hay nada como una excursión a la naturaleza para levantar el ánimo y soltar la lengua. O en el caso de los Sloehigh, una oportunidad de vaciar sus bolsillos.
Juliana suspiró y se dejó caer en su silla una vez más, ya no interesada en el resto del artículo de Lady Whisledown.
–¿Escaparemos alguna vez de las garras de la sociedad?– Su padre se rió entre dientes con una tos ligeramente sibilante y sonrió a su hija.
–Con suerte, Ester aquí en el picnic de hoy, gracias al duque, nos hará sentir orgullosos. Sé que lo hará–. Ester le sonrió a su padre, siempre dispuesto a animarla.
–Como si– dijo su madre, saliendo rápidamente de la habitación, su plato sin terminar.
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El picnic fue un evento bastante elegante, más de lo que ella esperaba. Con un vestido que ya había usado esta temporada, sabía que no podía ocultar la fortuna de su familia en secreto por mucho más tiempo. Sin embargo, estaba decidida a seguir el trato de Simon y encontrar una manera de asegurar su fortuna para su familia.
Botes flotando y deslizándose por el lago, tiendas de campaña de todas las formas, colores y tamaños y mucha gente paseando por el parque. Al ver la tienda de la familia de Daphne, se acercó rápidamente, ignorando las miradas y el enfado de los demás.
Lo único que la salvó de la vergüenza es saber que no tenía una tienda de campaña para descansar. Entonces, si las cosas iban a ir mal, ella siempre podría irse. Su madre y su padre, caminando por los senderos, evitando ansiosamente las miradas altas de los gansos dorados.
–Daphne, mi querida amiga, ¡te ves simplemente radiante bajo el sol con tu familia!– Ester sonrió mientras su amiga, rápidamente se levantó de la posición sentada en la que estaba, para abrazar a su amiga. Ester sabía que Daphne había estado meditando, sin disfrutar un momento, sin ser el centro de atención.
Ester amaba a Daphne como a su propia hermana, pero incluso ella sabía que Daphne no podía soportar ni un fragmento de la injusticia social que estaba teniendo. Daphne se derrumbaría como el ama de casa básica que era.
