Apariencias 2.
👓 Todos creen que es un nerd. Solo ella podrá ver qué esconde bajo esa ropa insulsa. 👓
Desde pequeño Logan siempre ha sido un chico callado, tranquilo y tímido. Le da miedo hablar en público y, por eso, le cuesta relacionarse con lo...
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Amazing Girl me envió otros mensajes después de que le respondiera y yo los contestaba todos. Así, creamos una pequeña rutina en la que charlábamos sobre libros —había descubierto que era una lectora tan apasionada como yo y que teníamos gustos muy similares—. En una de esas estaba cuando Itziar me dio una buena toba.
—¿Se puede saber con quién llevas hablando tanto tiempo? No me digas que tienes un ligue.
Hice una mueca. Sí, claro, como si fuera un rompecorazones.
Bloqueé el móvil.
—No es nadie.
Tammy, desde la otra punta del sofá, resopló.
—Pues para no ser nadie bien que sonríes como un enamorado. Miralo al boludo este.
—Primero, ¿cuántas veces he de decirte que no te entiendo cuando te pones en modo latina? Segundo, no me gusta.
Ambas se rieron.
—Che, repetítelo hasta que te lo creás.
—¡Tamara!
Levantó las manos al aire. Esbozó una sonrisita de niña buena.
—Ya paro. Pero en serio te digo que parecía que estabas hablando con una tía rollo romántico. Como diríamos en Argentina, estás hasta las manos con la chica misteriosa.
Si tan solo supieran que de lo único que hablábamos era de libros y autores... Claro, pero ¿cómo les explicaba que era una fan cuando ni siquiera les había dicho que escribía? Y muchos menos que tenía un blog y un perfil en Wattpad muy conocido.
Así que simplemente me dediqué a soltar todo el aire que había retenido en los pulmones y a decir:
—Si tú lo dices...
Itziar me dio un toquecito en el brazo.
—¿Sabes qué es lo que necesitas? Salir de fiesta. He escuchado que los de la fraternidad Magnus están planeando un fiestón. Tenemos que ir.
Hice una mueca.
—Paso.
—Te lo prohibo. Tienes que salir y menear el esqueleto. ¿Así cómo vamos a casarte? Tammy y yo queremos ser tus damas de honor.
—¿Quién os ha dicho que os invitaré?
Tammy me sacó la lengua.
—Sos un grosero.
—Que te chingue tu mamá, wey —me burlé.
La latina se cruzó de brazos y arqueó una ceja.
—Yo no hablo así. Que sepas que eso es mexicano. Me ofende que aún no sepas cuál es mi país de origen.
