𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 38

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—Entonces... ¿Me estás diciendo que está embarazada?

No tenía lógica, o bueno, por una parte sí.

—Anto... ¿Ustedes hicieron algo?, ya sabes, hay tratamientos-

—No. Nunca pasó, Smith. Aparte, seguro ya se de quien es el hijo.

—Tranquila... Alto, ¿que paso?.

—Al parecer Santa me tomo como reno.

—¿Eh?.

Gilipolla.

—Ya. Nunca entiendes nada.

—Tranquila. Mira, espera a que despierte.

—No la voy a esperar, tengo cosas importantes que hacer. Y ella ya no está en mi vida, es una desconocida, y no voy a esperar a una desconocida.

—Calla ya. Está embarazada, mira su edad, céntrate en su edad. ¿Crees que es justo?

—... No lo sé... Es la culpa de-

—La culpa no lo tiene nadie. No me vengas aquí a decir tonterías Anto.

Smith o mejor dicho Liam, me toma de l brazo a la fuerza y nos adentramos a su consultorio al parecer.

—Ya idiota. Suelta.—Le digo.

—Tus palabras pueden lastimar a la chica... ¿Sadie? ¿No?.

—Aqui la única lastimada soy yo, aparte... Si dices eso, seguir con mis palabras no es una molestia.

—Tu y papá- tu y tu padre son iguales.

—Cambiarte el apellido no significa que la sangre cambie, hermanito. Y tú. Eres aún más igual a el. No olvides lo que hiciste tiempo atrás. Eso te va a perseguir por siempre y recuerda quien tapo tu porquería.

—Te van a escuchar, y no sólo yo caeré. Lo haremos los dos.

—Como dos gotas de agua con Robert.

—No me compares con el. Hay mucha diferencia.

—¿Diferencia entre ustedes?, lo dudo.

—¿Cómo está tu madre?, seguro ya arta de ustedes, menos de-

—Ella no está aquí. Se fue, solo estoy yo y padre.

—Tomo una buena decisión.

El se balanceaba en su silla mientras con un llavero marcaba algo en mesa.

—Y que es de tu vida, aún sigues soltero, casado, viudo, con hijos.

—Tengo 26, a diferencia de tí, aún no tengo un bebé en camino y no estoy casado.

—Tampoco lo estoy, casi cometo un error y oye, ese hijo o lo que sea, no es mío, no tengo paquete, y si lo tendría, seguro que los míos hubieran Sido más grandes  para contarle-

—Aqui no. Las paredes tienen oídos.

El teléfono en su mesa sonó haciendo que demos un salto ambos.

Liam tomo el teléfono y contesto.

—¿Sí?... Claro, ahora irá su familiar, ¿está estable?... Es bueno escuchar eso... Mmm okey, tranquila, responde a su pregunta.

Y colgó.

—¿Que pasa?.—Pregunte.

—Al parecer tu amada desperto.

—No. Es. Nada. Mío. Bueno, cuidala.

—Oye oye, hija de Robert, regresa. Está en la habitación 107. Será mejor que vayas y respondas tu a sus preguntas.

𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑝𝑒𝑛𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜-𝑺𝑨𝑫𝑰𝑬 𝑺. 𝒀 𝑻𝑵 [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora