Capítulo ⅠⅠⅠ

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Confía en mí

【Confía en mí 】

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Mike cargó a nuestro hermano, y yo enrollé una sábana en el cuerpo de ambos y la amarré. Agarré todas las armas posibles, en una mochila eché municiones. La mayoría de las cosas eran balas, armas y agua. Era lo único que conseguíamos en nuestros viajes.

—¿Lista, Lía?— me ofreció su mano y yo la agarré, pero inmediatamente la solté. Me miró con confusión y habló. —¿Que pasa?

—Espera,— agarré una pistola y la cargué.— necesito hacer algo.— di media vuelta y regresé a aquella pequeña carpa en la que tres asesinatos habían ocurrido la noche anterior. Al entrar pude ver a uno de los gemelos llorar. Apunté hacia mi madre, que respiraba con pesadez. El sonido me asustó, pero no me detuvo. Siguiente, cargué, apunté, y los jadeos de mi padre se detuvieron. Mi hermano se quejaba, y con el dolor del mundo, repetí la misma acción. Dejándole a cada uno de ellos una marca en el centro de su cabeza.

Caminé de nuevo hacia afuera, saliendo de aquel lugar. Llegue con mi Michael y me miró con una sonrisa triste. Repitió su acción y acepté su mano.

Caminamos sin rumbo alguno. Esperábamos sobrevivir de cualquier manera.

—¿Como se debería llamar?— un pequeño mhj salió de entre sus labios pesadamente.— Si, digo, no podemos dejarlo sin nombre.

—Thomas,— dijo sin más.—si, Thomas.— observó al pequeño entre sus brazos.

—¿Estas loco?—me miró extrañado.— Parece que lo quieres hacer señor antes de que cumpla el año.

—Es Thomas y me vale un comino lo que pienses.— dió fin a la discusion y bufé cansada. Jamás lo llamaría así.

—Le quedaría más Regulus.

—¿Regulus?— asentí con la cabeza.—¿Como el estupido Black que nunca apareció en la saga de Harry Potter pero raramente es importante?— volví a asentir con la cabeza.—Es una idiotez, Lía. Madura.

Solo han pasado horas desde que nos marchamos, pero parecía eterno. Mi mente se debilitaba con el paso del tiempo.

Después de semanas de supervivencia en la carretera por nosotros mismos, se nos acabaron las provisiones. Con hambre después de no haber comido nada durante dos días y tres noches, a lo lejos alcancé a ver una tienda en medio de la carretera. No me dio buena espina al ver que esta parecía seguir cerrada.

—Mike...— Lo miré, pidiendo permiso. Al principio dudó, — tenemos que hacer las cosas por nosotros mismos, ya nadie nos puede ayudar.— pero al ver mis ansias por investigar esa tienda suspiró y lentamente asintió.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞- The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora