Capítulo 23

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Los adultos decidieron matar a los pocos caminantes que los seguían, por lo cual Lia se ofreció para ayudar. Y como era de esperarse rechazaron su ayuda.

Ella se encontraba al lado de unos árboles junto a Carl, Judith, Thomas y Maisie. Lia se asomaba para ver si los mayores estaban lo suficientemente lejos.

-¿Que pasa, Lía?- le preguntó Carl poniéndose a su lado y alejando un poco su cabello de su campo de vista, tocando suavemente su hombro.

Pero este se alejó de inmediato al verla voltearse de golpe. Estaba a punto de preguntar de nuevo cuando sintió que la chica jalaba de su mano y lo dirigía a sentarse junto a los menores.

Lia sacó la barra de chocolate de su bolsillo y lo abrió. La expresión de Carl fue una de confusión apenas vio el paquete de chocolate en la mano de la niña.

《¿Tenias chocolate y no nos dijiste?- Lía no contestó, simplemente dividió la barra en tres piezas.-Somos cuatro, Lía.- pero no dijo nada más al ver que partía uno de los tercios a la mitad, haciendo cuatro pedazos ahora. Le dió uno de los pedazos pequeños a Carl y este la volteó a ver con desconfianza.-Bueno, supongo que me tengo que conformar.

Carl estaba apunto de meter el pedazo en su boca cuando sintió un suave golpe en su mano. Giró su cabeza y miró indignado a la causante.

-Ese no es para ti, Carl. - Una mueca de confusión hizo presencia en el, causando que la chica suspirara.-Es para Judith.

El castaño asintió con la cabeza y sentó a su hermana recargada en el árbol. Este la comenzó a alimentar con el pedazo de chocolate. Lía sabía que el dulce en alguien tan pequeño no era muy bueno, por eso le entregó una pequeña porción.

Seguido la rubia le entregó un pedazo grande de chocolate a Thomas, quien lo tomó sin esperar.-Cómelo con calma.- el pequeño la miró con ojos grandes y cansados.-Es lo único que tenemos.

Thomas obedeció. Comió la porción de dulce con calma y lentitud, disfrutando su única comida después de días sin algo que comer. Cuando el niño terminó con su porción, sonrió dulcemente al sentir que la chica posaba sus labios en su mejilla.

-Carl,- el oji azul dejó de ver a su hermana para ver a su mejor amiga entregándole uno de los pedazos grandes de chocolate. Este lo agarró, sin haber prestado atención al niño que recién había comido una buena porción.-Este sí es el tuyo.- sonrió levemente, y Carl agradeció con un pequeño asentimiento de cabeza. Observó como Lía agarraba el pequeño pedazo que le quedaba y se lo dió a Carl.- Dáselo a Judith.

-¿Y Thomas?

Lía arrugó su nariz y soltó una pequeña risa. Inconscientemente sacándole una sonrisa a Carl. Pero esa sonrisa cayó al momento que el giro a ver al niño y tenía la boca manchada de chocolate.

《Más bien, tú. ¿Que vas a comer?- se sentó al lado de la chica, chocando hombro con hombro.

-Yo estoy bien, he durado más tiempo sin comer.

Esas palabras hicieron que el corazón de su mejor amigo se retorciera en su pecho. Asintió y se levantó para darle el pequeño pedazo a su hermana, esta comiéndolo rápidamente. El volvió al lado de Ophelia y sin disimular observó su perfil. Observó como ella miraba a su hermana con una sonrisa en el rostro, aún cuando en sus ojos se podía reflejar todo el cansancio y dolor. Carl observó el tercio de la barra de chocolate que le había entregado Lía, partió el chocolate entre sus manos a la mitad y extendió un pedazo hacia ella.

Lía le regaló una pequeña sonrisa de boca cerrada y lo agarró. Un pequeño roce de manos hizo presencia en el momento de compartir, lo cual causó que el corazón de el mayor diera un brinco. Pero este se intentó calmar al momento que ella simplemente recargó su cuerpo con el de el y posó su cabeza en su hombro.

Dejó su cuerpo relajarse y comió el chocolate junto a su familia.

-¡Carl! ¡Lia!- la voz de Rick se escuchó, alarmando a los nombrados.

Ambos chicos se levantaron de sus lugares al momento que se logró escuchar la voz del mayor de los Grimes. Lia cargó a Thomas entre sus brazos, mientras que el pequeño cargaba a Maisie. Ella al notar las manos manchadas de chocolate lo hizo limpiarse con la ropa de ella, que sería fácil confundirlo con sangre. Sintió al niño removerse entre sus brazos, ella lo soltó y dejó que corriera hacia dirección de la carretera, restándole importancia a su escape.

Lía se giró en su propio eje, quedando enfrente a Carl. Este tenía a su hermana entre sus brazos, acomodando su ropa y limpiando su boca. La rubia soltó una pequeña risa al ver como el castaño se preocupaba por la cara de su hermana cuando el estaba peor. Teniendo el chocolate notoriamente a las comisuras de sus labios y la barbilla con una mancha seca de el producto que se había derretido. El frunció su ceño ante las miradas de la chica enfrente suyo.

Carl sintió su cara calentarse al ver como ella le quitaba manchas de chocolate de la comisura de sus labios con su dedo pulgar. Pero el sentimiento en su estómago aumentó cuando ella se acercó más a él, dejando que sus respiraciones se mezclen. Agarró con ambas de sus manos delicadamente la barbilla del castaño y el pudo notar la falta de aire en sus pulmones. Ella pasó delicadamente sus dedos por la piel de Carl, pero se alejó casi instantáneamente. Un hueco diferente al reciente se había acomodado en la boca de su estómago.

La sonrisa en la cara de Ophelia lo devolvió a la realidad, vio como ella se daba media vuelta y trotaba hasta donde estaban los demás. Carl suspiró y miró a su hermana, quien tenía el ceño fruncido y la vista en la chica había huido, soltó una pequeña risa al ver a Judith así.

-Supongo que estar con ella no será fácil para ti, ¿o sí?

Soltó una pequeña risa al ver como Judith se acurrucaba en sus brazos. Carl emprendió una caminata corta hasta donde se encontraba el resto del grupo.

Siguieron caminando, sin ganas ni energias. Ophelia ya no sabía cuánto tiempo más aguantaría pero agradeció en sus adentros cuando todos decidieron tomar un descanso. Se sentó en el suelo, dejando su cuerpo relajarse un poco. Observó a los demás a su alrededor y pudo notar como todos lucían cansados y derrotados, ¿y como no? Llevaban casi una semana sin comer y días sin tomar nada de agua. No les faltaba poco para que alguno muriera, al menos así pensó Lía.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞- The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora