𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞- The Walking Dead

Capitulo 24

Perros.

Lia frunció el ceño al escuchar los ladridos de perros. Se incorporó y se sentó al lado de Tara, observó alrededor y todos los demás hicieron lo mismo.

Una sonrisa apareció por el rostro de Lia, sus ojos achicándose ante la felicidad.

Día de suerte.

Se puso de cuclillas y tomó lentamente el arco entre sus manos, levantó con sigilo una flecha y iba a apuntar a los animales que habían hecho presencia.

Eran cuatro perros, Lia al subir el arco los observó por un momento para después bajar el arco cuidadosamente. Suspiró y miró a los perros con afecto. Luego de unos segundos, estos comenzaron a ladrar, mostrando que lo que buscaban no eran realmente cariños.

—Lia...— Glenn le hizo señas de que se apartara, lo cual no tuvo más opción que tomar a Thomas, quien había tenido a Maisie escondida dentro de su camisa todo el camino, y se sentó a un lado de Carl, quien trataba de esconder a Judith con su cuerpo.

De un segundo a otro se escuchó como un arma silenciada disparaba y los cuatro perros estaban tirados en el suelo con una bala en la cabeza cada uno.

Todos miraron a Sasha, quien lucía claramente frustrada, el único que la ignoró fue Daryl. Él se fue directamente a agarrar a los animales ahora muertos antes de que su cuerpo se pudriera.

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Agarró el pedazo de carne de las manos de Glenn y asintió como agradecimiento. La mordió y ignoró la sangre en el sabor. La carne todavía estaba un poco cruda, pero en realidad no le importaba. Volteó a ver a Thomas, quien alegremente alimentaba a el gato en sus piernas y le robaba otro pedazo de carne a Glenn.

Recargó su cabeza en el hombro de Glenn, el cual la miró con preocupación, subió su mirada y le sonrió apretando los labios. Le abrazó por los hombros y ella dirigió su mirada hacia el frente, un dolor en su garganta comenzó a crecer y en la parte trasera de su cabeza comenzaba a sentir pesado. Sabía que las lágrimas aparecerían en cualquier momento, pero ese no sería ahora. Tenía su mirada en el suelo, tratando de no pensar tanto, o al menos no enfocarse en que su cabeza explotaría en cualquier momento.

Pudo sentir una mirada encima suyo, su curiosidad la hizo levantar su mirada, a unos metros estaba Carl sentado con carne en su mano. Desvió su mirada y mordió la carne como si nada hubiera pasado, observando el cielo azulado y ignorando ahora la mirada que Lia le estaba dando.

Ophelia miró a su regazo, donde estaba el pedazo de carne entre sus manos. Su cabeza daba vueltas, vueltas sobre lo que habían pasado este último mes. Sus ojos comenzaron a picarle, cerró sus manos en puños y talló sus ojos, intentando disimular las lágrimas que comenzaban a formarse. Tragó saliva, intentando tragarse sus sentimientos al momento. Su cabeza dolía aún más, y empezó a creer que ahora no era a causa de la deshidratación.

Tensó su cuerpo, sintiendo como los sentimientos parecían querer tomar control sobre ella, gimió en frustración y soltó la carne entre sus manos sin saber que la estaba destrozando. Se enderezó y recargó sus brazos en sus rodillas. Agachó su cabeza, evadiendo la mirada de Glenn.

—Ey,— el asiático intentó tomar su brazo con delicadeza, pero se sobresaltó al ver como ella apartaba su cuerpo y lo volteaba a ver con una mirada que reflejaba miedo y cansancio.—¿que sucede?

Ella suspiró frustrada y relajó su cuerpo nuevamente. Intentó calmar su respiración, lo cual no lo logró y cada vez que respiraba temblaba un poco. Glenn la observaba preocupado, intentando descifrar que le sucedía.