CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞

Capítulo 22.

La caída del ángel.

"Abre los ojos, y mira como tu cuerpo tambien disfruta de esto".-Relatos de un abusador.
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Apenas se levanta ve el reloj de la encimera, 6.30am, está cansado. Toda la noche estuvo desvelado por atender a Sonic cada que se levantaba por las pesadillas, pero también estaba agradeciendo de no estar solo.
Rosse los había recibido después de los primeros episodios de terror nocturno por parte de Sonic, ella lo había estado guiando en el proceso psicológico del chico. Le explico todos los síntomas e incluso se atrevió a darle consejos para poder acercarse a él y funcionaban. Sonic era más amable.

-Rosse, gracias...
-Tranquilo, sabes que hago esto por los dos. Además, disfruto tener aquí a Sonic.
Shadow apenas se alegra de oírla, la ve, está lista para irse a trabajar. Eso lo anota muy bien, su horario.
-Rouge vendrá por nosotros para ir a declarar...
-Claro, recuerda lo que te dije..., será complicado, trata de no decirle muchas veces las cosas y se tranquilo. Les deseo suerte, despídeme de él cuando se levante.
-Claro. Le digo. Cuídate.
Ella se despidió, se fue del departamento y Shadow esperó hasta su llegada, no sería mucho tiempo.

Al rato, los tres iban en el auto de ella, aunque Shadow iba peleando por mantener tranquilo a Sonic, sujetando sus manos, o abrazando para tratar de hacerle ver que estaría bien y no habría problemas. Pero Sonic insistía en querer volver a casa. Su casa, la de ambos; Shadow aún le explicaba que no se podría.

Su casa era escena de crimen. Ambos vivían en el departamento de soltero de Shadow, todo eso era información proporcionada por Shadow a los oficiales que llevaban el caso de su marido. Y aunque solo estuvieron un par de días, era considerado en un modo el hogar de ambos.
Cuando se le informó que debía llevar a Sonic como testigo fue peor, tuvo que convencerlo de una y mil maneras; considero mucho que no era necesario pero después negó la idea, yendo con él. Como un pequeño niño.

-¿Cree que estará bien, sargento? -pregunta uno de los jóvenes técnicos mientras observa al chico en el cristal. El chico va vestido con la ropa de su esposo, eran prendas grandes, sus pantalones oscuros, quizás eran dos tallas más grandes, una sudadera gris grande y arriba, como insignia, la chamarra de invierno de G.U.N; mantiene las manos en sus piernas, jugando con un pequeño llavero perteneciente a su padre.
-¿Lo estarías sí te hicieran algo de lo que él pasó?
Odia este tipo de situaciones especialmente porque todo su personal suponía y sacaba conclusiones muy fuera del contexto real. Sin apartar la vista entrega su vaso a medio terminar de café, aún espera a su compañera, ella es el límite entre el control y la confianza para hacer a las víctimas hablar.

Aunque, mentalmente hace sus propias suposiciones: pequeño, de quizá veinticinco o veintisiete, su cara posiblemente sensible tenía moretones tan marcados, cintas en el labio y ceja derecha. Tan desalineado, con las púas opacas y esas ojeras marcadas. Luce enfermo, más delgado de lo que había averiguado.
Era muy diferente a las fotografías que había en su casa.
-Sargento, lamento tardar, estaba con un compañero, me entregó las fotografías que encontramos en la cabaña.
-Bien. Andando, el muchacho empezará a cerrarse y será difícil.
Contesta, y sin mirar a su compañera o los documentos en su mano, no sabe qué le espera al enfrentarse al muchacho, pero decide que puede soportarlo, ya ha visto cosas peores.
-¿Crees que quiera hablar?
-Nos tomará más de lo necesario, pero va hacerlo. Todos lo hacen; informa al psicólogo de la agencia, quizás necesitemos de sus consejos para poder trabajar con él.
Mephiles suspira, odia mucho el tener que exponer las fotos a las víctimas, volverlas hacer recordar, porqué nunca van a olvidarlo.
Abre la puerta y detrás de él, la puerta se cierra. La habitación se vuelve insonorizada, ni siquiera el chico voltea a pesar de que sus orejas captan el sonido.
El chico continua con las manos en las piernas, ambos toman lugar delante suyo. Dando comienzo así a todo el problema.
-Gracias por venir hoy, Sonic -lo saluda Blaze, disimulando una sonrisa-. Él es el sargento Mephiles Hedgehog, y yo Blaze Cat.
Igual que un niño, Sonic mira sus manos, no hace caso, tampoco responde.
-¿Cómo estás?
Él no vuelve a responder, así que ella destapa una de las botellas de agua y se la pasa, pero permanece quieto. Mephiles lo analiza, y también busca comprender su actuar.
-¿Entiendes por qué estás aquí? -. Mephiles pregunta al chico, y sigue igual, empezando a fastidiarlo, se acercó a su compañera para susurrarle, y ella se levantó, abriendo de nuevo la puerta.
-¿Podrías decirme qué sucedió? O sí tú ¿conocías a ese sujeto?
Él intentó sonreír pero sus labios se cuartearon, abriendo pequeñas pero vistosas líneas rojas, que fueron limpiadas por su lengua, humedeciendo sus belfos.
No ayuda en nada, sólo hizo tiempo para ver a la chica volver, pero esta vez con una laptop.
-Sonic... ¿Crees que puedas apoyarnos explicando algunas fotografías?
Él pasa su vista por los alrededores, hasta mirar la tintineante luz que hay en el cuarto. Blaze escucha cómo Mephiles respira hondo, pero lo ignora, ella encendió y mostró la computadora al muchacho, con la carpeta abierta de fotografías sacadas de un citio de Internet. Uno muy oculto para alguien fuera de la ley.
-¿Sonic, podrías decirnos qué sucedió en estás fotografías?
El chico teme, pero aún así, baja poco la mirada y no es necesario que vea la foto completa, siente ese asco recorrer su garganta, y suelta con ello un quejido, cerrando los ojos de inmediato.
-Sonic...
-¿De dónde...? -jadeo-, ¿de dónde... sacaron eso?
Pidió con un tono ronco, susurros en realidad.
-¿Esto? Está en una red de pornografía, en un citio escondido para gente que tiene deseos un tanto más <<perversos>>.
Mephiles lo mantiene al tanto. Lo ve un rato, él se abraza así mismo, frota sus brazos y baja la cabeza. Tiene que entender que tiene miedo, demasiado viniendo de él. El sujeto en la pantalla. Se balancea un rato, mientras pasa saliva con mucho esfuerzo.
-Quie... Quiere decir... qué hay..., las personas... ¿qué me han estado mirando y... y continúan... haciendo... haciendo eso?
-... lo sentimos mucho...
Blaze intento entenderlo, pero no puede. El chico llevó sus manos a su cabeza, y empezó a llorar.
-Sonic, ¿las fotografías donde fueron tomadas?
-Y-Yo... n-no lo recuerdo.
-Escucha -interrumpió Mephiles, acercándose un poco más a la mesa-, debes hablar con nosotros, necesitamos que lo hagas.
-N-No puedo... no... -Lo que no sabe de eso, es el trasfondo. La historia como tal del cómo sucedió el evento. Le duele recordarlo, pero no sabe que podría evitarse.
-Sonic. -Llamó ella esta vez, sonaba más dulce, quizás comprensiva-, déjanos ayudarte a poderte rehacer tu vida.
Él negó, intentando respirar de la manera en que Shadow le había enseñado hacer cada que tenía un ataque de ansiedad, Mephiles mira a Blaze por unos segundos, y asiente dando con ella la orden que tenía antes de ir por el ordenador.