CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞

Capítulo 21.

Misma historia. Diferente personaje principal.

“La ansiedad no libera el mañana de sus tristezas, pero sí le quita toda su fortaleza al hoy”. ~Charles Spurgeon
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Ya hacía tiempo que no tenían una misión de campo tan larga.
Aquella noche que volvieron, no esperaron mucho a poder conseguir en que ir a casa, Rouge insistió en querer dormir en dónde no se molestará en recibir el ruido de alguien  interrumpiendo su sueño reparador. Ella platicaba entre risas en el vehículo, Shadow contestaba casi con la misma energía, aludía el cómo sería al llegar a ver a Sonic o el regresar a las mismas rutinas de siempre en las oficinas. Lo común.
—Debiste dejar que te llevará a casa... —Habla él, dejando que la chica entrará y se acomodó en el sofá azul rey. Subiendo a la pequeña mesa de centro sus botas blancas.
—Gracias por dejarme quedar, cariño —vuelve a decir, estirándose de manera perezosa; él, dejando las maletas de ambos sobre el suelo del corredor de la sala, alcanza a escuchar un dulce crujido del cuerpo de ella. Está cansada. Eso lo demuestra.
—No tienes idea de cómo se hubiera puesto Knukie sí hubiera llegado a esta hora.
—Estaría feliz de verte.
—Ajá... —ignoró, —¿dónde está mi pequeño niño azul?
—Mencionó que iría con su padre, volverá mañana. Lo quiero sorprender, así que le prepararé algo para almorzar.
—Eso es muy lindo. Y, ¿hay para mí?
—Puedes prepararlo por ti misma.
—No seas grosero. Yo también te he preparado un café todas las mañanas.
Dramátizo, haciendo caras y gestos para poder convencerlo, y en un suspiró, Shadow se muestra amable asintiendo; arrojando su mochila al sillón.
—Me largo a dormir...
—¿Tan pronto?
—Estoy cansado. Quiero estar fresco para él.
Ella hace una mueca, pero es de esas en las que sabe qué algo malo sucede en su mente, asiente y se despide, ella estaría un rato más. Aunque fuera unos minutos, la noche era de ella, siempre ha sido de ella.

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La mañana siguiente, ninguno de sus despertadores suenan, el fin de semana decidieron tomarlo y no recibir ningún mensaje de nadie. Rouge apenas se remueve entre ese mar de edredones, y Shadow, sólo queda abrazando la pequeña almohada de su marido, con el aroma de él en ella, sonriendo entre sueños por su deseo de tenerlo ya en brazos.
Transcurre normal, hasta que en un horario mañanero, a las nueve quizá, el timbre de la casa suena; y lo dejan pasar un rato. Y otro más, hasta que Rouge logra despertar y desperezar un poco antes de ir a ver de quién se trata, con su pijama y un poco desalineada atiende la llamada.
—¿Sí...?
Pregunta mientras parpadea un par de veces para ver de quién se trata, y apenas logra distinguirlos.
—Hola. ¿Se encontrará Shadow?
Pregunta, una chica mucho más joven que ella, con la placa de un oficial en su cinturón, bonita, alta, de pelaje lila, hermosa. Esa palabra la definía bien.
—Ha..., claro, le llamó.
Rouge vuelve a cerrar y sube corriendo las escaleras, despertando al erizo para hacerlo bajar; a regañadientes, se despereza, apenas se pone una playera de dormir cuando va abrir la puerta. Topándose con una muy, muy vieja conocida suya.

—Buenos días. Somos el sargento Mephiles y la detective Blaze, ¿le importa?
—Me importa. ¿Qué quieren?
—Agente Shadow, necesito hacerle unas preguntas, solo eso.
—¿Qué? —responde incrédulo, dejando ver su molestia por el tacto—, ¿por qué?
—¿Es familiar de Sonic the Hedgehog?
Pregunta ella, con la frialdad en sus ojos y preguntas.
—Sí, soy su esposo, ¿ocurre algo? —contestó, con un claro tono de desasosiego al saber que el nombre del muchacho venía por parte dé un oficial.
—Estamos investigando su caso...
—¿Qué, caso? Oiga, no estoy para bromas, así que...
—Shadow —llamó ella—, por favor...
—Agente Shadow, somos de <<crímenes violentos...>>
—¿Qué? Espere... ¿crimen? De qué, ¿qué ocurrió con Sonic?
—Mire, ¿le importa si hablamos dentro?
—¿Dónde...? ¡No! ¿¡Qué carajo le sucedió a mi esposo!?
Mephiles, él levantó las manos en señal de calma, evitando la escena por su escándalo, siendo Blaze quién consiguió convencerlo con unas cuantas palabras piadosas para hacerlo ir dentro. Caminando por el pasillo pequeño hasta dar con una sala vacía, limpia y bien arreglada, con ese jarrón rojo que brillaba por el reflejo de la luz del día.
Shadow los invita ambos a tomar lugar, la única en hacerlo es ella, mientras aquel oscuro erizo registraba toda la sala entre las preguntas y el silencio.