CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞

Capítulo 23.

Amante no calificado.

"La sumisión a un hombre débil es disciplina. La sumisión a un hombre fuerte es sólo servilismo." Gilbert Keith.

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La mañana era espléndida, el sol entraba a la perfección por la ventana y mantenía cálido el hogar, rebasando la línea de las persianas que debía cubrir sus ojos. Gentil, apenas se va levantando, estira los brazos dentro de las sábanas, bosteza dos veces y lo primero en tomar es el móvil.

De todos sus contactos el primero en buscar es el de su esposo. Presionando el botón para hacer una videollamada. Espero. Espero. Y por fin contestó.

—¡Buenos días!
—Buenos días, Sonic.
Shadow. Lo veía por el otro lado con una taza de café lista, en lo que parecia ser un restaurante, con la ropa deportiva y auriculares.
—¿Apenas te levantaste, amor?
—Así es. Hoy puedo dormir más. ¿Cómo estás? ¿Ya casi regresas? ¿Cómo está Rouge? ¿Te diviertes? ¿Te gusta? ¿Cómo es allá?
Y más. Demasiadas preguntas y ninguna lo deja responder, sólo se mantiene sonriendo con la esperanza de poder recordar todas y cada una de ellas, divertido de cómo siempre despertaba para poder decirle lo mismo. Con una emoción nueva en la pantalla.
—Ve lento, —interrumpió—, estamos bien. Aún me faltan unos meses. Sabes que sí me divierto y sí, también traigo mis chaquetas para el frío. Te envío unas fotos más tarde. Y sí, también estoy pensando todo el día en ti.
—¿¡De verdad!? Porque ya no puedo esperar a que vuelvas, hay muchas cosas que quiero enseñarte. Aprendí por fin a poder flotar en el agua.
—¿En serio? —expresó entre risas y Sonic asintió, explicando la escena con demasiados detalles.
—Me alegra que te diviertas, Sonic.
—Ya quiero que vuelvas... te extraño.
—También te extraño. Pero se paciente, un tiempo más y podré irte a besar.
—Te quiero.
—Yo también, Sonic. También te quiero..., te amo..., te amo...

Encima de la fantasía, la realidad lo hizo agitar la cabeza muchas veces, pero de nada servía. Su realidad era cruda. Lo era en realidad.
Cuándo él terminó, Sonic quedó inmóvil, aún temía por su vida. Trata de ignorarlo, ignorar el evento traumático que acaba de sucederle.
—Sí. En la habitación, hagan lo que quieran, pero recuerden limpiar todo. Cuándo lo busquen intentarán encontrar evidencia y no debe existir. ¿Queda claro?... bien, bajaré en un rato. Aún debo terminar aquí.

Aún dónde está, sabe que es la voz de ese sujeto, de tono grueso y sofisticado. Poco agradable, intenta verle pero solo se enfoca a partir de la cintura hacia abajo.
—Así qué estás consciente. Bien. Quítate la ropa y ve a la cama.
Ordena, pero no intenta ni moverse, aquel hombre se coloca de cuclillas y le da pequeñas bofetadas para hacerlo reaccionar.
—Escucha. Puedes hacerlo voluntariamente, o te obligare. Cómo quieras es igual; sube a la maldita cama y quítate esa ropa.
Es difícil entenderlo, pero apenas y logra intentar ponerse de pie correctamente. Caminando con torpeza a su cama, sentándose en la orilla.
—Toma —habla él, arrojando a sus manos una playera deportiva claramente más grande que la suya—, desvistete, ponte eso.
—...¿por... qué?
—No te debe interesar el porqué. Apresúrate.
No vuelve a preguntar, sólo toma lo que queda de su playera de equipo, y la deja a un lado, sus manos tiemblan cuando pasa a los cordones de sus tenis y su retiro de las calcetas. Sonic se detiene cuando tiene que quitar su pantalón, mira al muchacho, empezando a temblar.
—¿Qué esperas?
—N-No puedo…
—¿Qué? Sólo quita tu pantalón y coloca la playera.
—N-No lo haré si me miras...  —Responde, y no tardó mucho cuando el hombre se acercó rápido a tomarle de las púas con fuerza y dar un golpe en su mejilla.
—Quítatelo.
Expresa, y entre lágrimas Sonic baja sus manos al botón, deslizando la cremallera hasta poder bajarlo junto a su ropa interior o lo que quedó bien de ella.
Tomó la playera y al pasarla por su cuerpo esta se manchó con las gotas de sangre que escurrian de su nariz.
—Bien. Quédate allí —comentó, sacando de su mochila un tripie, ajustándolo en medio del cuarto junto a una cámara: no estaba lejos de la cama, lo suficientemente cerca para que se vieran bien las tomas. El sujeto empezó a grabar.
Empezando de nuevo, pero esta vez, era más brutal. Más agresivo. Más salvaje. Más violento.

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Desde arriba a la sala el ruido puede ser audible y cruelmente ignorado por el resto de sujetos que están dentro y empiezan a tomar o recoger algunos objetos posiblemente valiosos. Y a eso tuvieron que subir el volumen de la televisión acompañado del resto de objetos que pudieran hacerle silencio.
—¿De nuevo esta gritando el chico? — Pregunta el segundo al mando de aquel pequeño escuadrón. Y una de las chicas le entregó su cerveza.
—Toma una, y continúa haciendo tu trabajo. En cuanto baje, nos vamos.
—¿Han visto las fotografías de este sujeto? Ese es…
—No estamos para ver recuerdos. Limpia todo, y lleven lo necesario.

Volviendo arriba; Sonic está semiconsciente, trata de moverse, pero su cuerpo le duele, mira su móvil sobre la cómoda, lo intenta tomar pero su perpetrador lo coge antes.
—Mira el desastre que hiciste en la cama. ¿Qué le diremos a Shadow? —le pregunta cínico, y Sonic gimotea, esperando que las lágrimas salgan por la impotencia y el recuerdo de su amor.
—Ohw, tierno. ¿No te molestara que le diga o sí?
—N-No lo hagas... por favor…
—¿No? Pero Sonic, no estás en condiciones de demandar nada.
Mucho estrés acumulado en su mente hace que le de un shock, desmayándose de manera involuntaria. Permitiendo que ese sujeto hiciera cuanto quisiera, llevándolo a la sala. Alejarlo de todo era parte esencial.

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Sueños. Está soñando y cree que realmente es eso.
Pero el encantador silencio es amenazante, lo hace apenas querer despertar de una buena manera.
Su cuerpo resulta extrañamente agotado, el chico apenas desea removerse sobre la superficie, sus ojos siguen pesados por el sueño. Cierra su mano lentamente, y eso le molesta en las articulaciones, hace frío.
Un cuarto, es grande pero no lo suficiente, se ve vacía, con toques modernos y viejos en el piso. Y una ventana.
Agotado, el chico se intenta incorporar sobre la cama, su cabeza le da vueltas y la vista le falla por instantes hasta poder enfocar por completo el cuarto.
En una de esas infinitas esquinas, el chacal descansa, Sonic lo ve, y trata levantarse, pero las piernas aun cansadas le fallan y cae, despertando al muchacho.
—¿Cómo te encuentras? —le pregunta con una voz áspera, diferente a la que uso en la casa; Sonic se asusta y trata de retroceder pero su cuerpo está golpeando con la orilla de la cama.
—La droga sigue en tu sistema, debes descansar, tardará en salir.
Su falta de agresividad es lo más aterrador en él, se acerca, y quien sabe con qué intenciones Sonic en respuesta golpea sus manos, es una respuesta del miedo, es natural, pero él no lo ve así.
—Ale..., Aléjate, ¡n-no te me acerques! ¡De-Dejame ir, ayúdenme!
—No. No. No. No —insistió, inclinándose a cubrir su boca con una agresividad espeluznante, apretando sus mejillas, haciendo que casi llore el erizo—. No hagas ruido por favor, no quiero tener que lastimar esa lengua tuya, todavía quiero usarla.
Llora. Está asustado, le duelen las mejillas por la fuerza.
—No llores, no me hagas buscarte una razón para que llores de verdad.
Él susurra, acariciando sus mejillas para limpiar cada lágrima que suelta, Sonic cierra los ojos con dolor, pensando en qué estaba por hacerle y lo que sucedió.
—Eso es. Ya va siendo hora de que entiendas que ya no puedes hacer ciertas cosas.

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