Capítulo 12.

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Dos amores. Una daga.

"Cuando estás enamorado no tienes ojos para una segunda persona. Y si los tienes, quédate con ella. Porque jamas estuviste enamorado de la primera" -OA
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Habían pasado dos semanas para que Sonic se atreviera a enviarle un mensaje. Otras dos para que accediera a darle su dirección y pudiera enviarle obsequios. Y un total de seis meses para poder formalizar todo y llamar.
Cuándo empezó a sonar el tono que anunciaba la conexión de la llamada telefónica, no paraba de mirar el reloj que había en el baño. Eran las ocho de la noche. Podría despertar a Shadow. O quizás estaba interrumpiendo su trabajo.

—¿Diga?— escucho, soltando un suspiro aliviado de oír su voz.
—¿Es el número de Shadow?
—Él habla. ¿Eres Sonic, verdad?
No respondió por unos escasos segundos. Seguía nervioso.
—No me dejes con tu nombre en la boca. Dime.
—Sí. Lo soy —contestó, avergonzado mirándose al espejo, sus mejillas estaban rojas, agradecía no estar delante del muchacho. Aunque ya se mandaban mensajes, gustaban de esa incredulidad.
—Me dejas esperando seis meses. Y ahora me dejas esperando en la llamada. ¿No te parece muy cruel?
—Lo lamento. Estaba distraído.
Sonic se llevó a la cara la otra mano, intentando concentrarse en no cagarla. Arrugando su entrecejo.
—¿Sonic?
—¿¡Ah!? Perdón. La cabeza está en las nubes.
—Si gustas puedes llamarme más tarde.
—¡N-No! Quizás… estarás dormido.
—Puedo esperar hasta que me llames de nuevo. ¿Necesitabas algo?
—Yo quería preguntarte algo.
—Adelante, ¿de qué se trata?
—¿Aún quieres esa… primera cita?
Esta vez. Shadow no contestó por varios segundos, lo que hizo dudar de miedo al azul. Que no paraba de dar vueltas en el baño del departamento.
—¿Shad…?
—Aquí sigo —dijo—, estaba pensando a dónde llevarte como primera cita.
—Podemos ir al parque que hay en el centro. No tiene que ser tan impresionante.
—No. Pero quiero que tengas un estupendo día conmigo.
—¿Qué tal una película?
—Un autocinema. Conozco uno. Te llevaré, ¿a que hora paso por ti?
—Uh… ah-ah, ¿ahora?
—Mañana. Dudo que quieras ir a una función de media noche.
—Claro —susurró —… a la hora que puedas, tienes mi dirección.
—Pasaré por ti en la tarde, ¿quieres comer algo?
—Cualquier cosa estaría bien...
—Muy bien. Te veré entonces alrededor de las dos de la tarde, para llevarte a comer y de allí vamos al autocinema. ¿Te parece?
—Cla-Claro… suena bien.
—Bueno. Te dejo. Te veo mañana.
Sonic miró el espejo, su rostro estaba ardiendo, las manos le temblaban y sudaban. Y, casi sin quererlo, la comisura de sus labios se curvaron en forma de una sonrisa.
Grito de euforia en su baño, salto de un lado a otro gritando emocionado. Eso hasta haber escuchado la suave voz del muchacho por el móvil.
—¡Shadow! ¿¡Sigues escuchando!?
—No… te veo mañana.
—¡S-Sí! Bonito día. Cuídate. Nos vemos mañana. Adiós.
Esta vez sí se aseguró de colgar, dejándose caer al suelo de la vergüenza. No era tan malo.

Terminó su rutina de diario para irse a dormir, miraba de manera insistente el reloj de la cómoda, buscando de que de algún modo las horas pasaran rápido.
Sostenía el celular en las manos, revisando el chat del mayor, leyendo sus últimos mensajes: "Linda voz. Te veías bien hoy. Ya deseo verte de nuevo. Prometo que no escuche nada".

Chillo de emoción una y otra vez. Abrazando el móvil hasta caer en los dulces brazos de su cama y quedarse dormido.
Para Sonic, las horas habían ido corriendo en su sueño, de no haber sido por el escándalo del timbre de su departamento habría creído que pasó un día entero. No se desperezó lo suficiente, bajo las escaleras agotado. Deseando callar a la persona que interrumpió.
—Ya voy. Ya voy… maldición, ¿quién es? —contestó somnoliento, recargándose en la puerta.
—¿Sonic?... Soy… Scourge…~
El joven erizo se impresionó al escucharlo, no se molestó en mirar por la mirilla, quitó el cerrojo y al abrir se topó con una horrible escena. Su ex pareja, estaba apoyado con una mano en el marco de la puerta, resaltando el espantoso color rojo que brotaba de su cabeza y algunas suaves heridas del resto de su cuerpo.
Sonic ayudó a entrar al muchacho, llevándolo con dificultad al baño de visitas en la planta baja.
Colocando su cuerpo sobre la taza del baño mientras sacaba de una gaveta el pequeño botiquín.
—¡¿Qué te sucedió?!
—Estoy bien, Blure…
Sonic dudó, tomó de la mejillas al chico y levantó su rostro  haciendo que la luz golpeara sus ya doloridos ojos, intentando cerrarlos con un constante parpadeo.
—¿Estás ebrio, verdad?
—No…
—No. No. No. ¡Deja de responderme eso y dime bien las cosas!
Expreso, tomando un algodón con alcohol, llevándolo a la frente del muchacho, recogiendo con cuidado la sangre seca que se humedecia y limpiaba por el rostro.
—Las manos. Dámelas.— Ordeno, y Scourge con vergüenza levantó su mano izquierda primero, sorprendiendo al erizo.
—¡¿Estuviste peleando de nuevo?! —regañó y no obtuvo respuesta—, ¿¡fuiste a ese maldito bar de nuevo!?, ¡debiste llamarme!, ¡eres un imbécil!
Enfureció, limpiando las manos del chico, aplicando ungüentos que le ayudarían por el momento.
—¿Cómo mierda se te ocurre pelear de nuevo?, ya habíamos hablado de esto. Pero ¿acaso escuchas? No. Jamás. Nunca me escuchas cuando te digo que dejes algo. Te dije que un día, algún cabrón no se iba a dejar de tu maldita placa y de ti. Te lo advertí. Te dije que dejaras de beber como siempre lo hacías. Y no me escuchaste.
—Lo siento…
—¿¡De verdad!? —exclamó, terminando de aplicar crema en las heridas del rostro—, no se siente así. ¡Mírate! Apestas alcohol, tu cara está golpeada. ¡Tienes suerte de que ese idiota no te matará!
Término por decir, azotando la caja con las curaciones. Respirando hondo para calmar sus estribos.
—Quítate la ropa. Date un baño, iré a buscarte algo que ponerte, quizás tenga algo que te quede.
Dijo, saliendo del cuarto de baño para dejarlo solo. Scourge, pensó por unos instantes, miró el suelo buscando algo que no había, hasta que se puso de pie y se atrevió a mirar su reflejo. Era cierto. Su cabeza tenía tres golpes, dos en su frente, y otro cerca de la ceja.
Siguió bajando la mirada, prestando atención a dos heridas en el pecho por culpa de la ropa que le quemó, se quitó la chaqueta junto a la playera blanca que usaba, las dejo en la taza. Sus dedos pasaron sus músculos, estaba golpeado de la espalda y del pecho, soltó un suave suspiro, y se quitó el pantalón, en las rodillas tenía raspaduras, estaría bien. No era tan grave.

CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora