CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞

Capítulo 5.

Hermandad.

“El vínculo místico de la fraternidad hace que todos los hombres sean hermanos”. Thomas Carlyle
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Después de haberse llevado toda la dulce y cálida mañana intentando arriesgar su vida para poder salir aunque fuese unos minutos en el jardín. Cubierto por las hojas de los árboles que había alrededor de la casa —suponiendo que fuese seguro—,bastaba con que accediera hacerlo y evitar sentirse acorralado en su propio hogar.
—Venga. Es un último intento, acércate a donde esta Ezis.
—Ella está…más lejos, Shadow —flaqueo, mirando a la gata que iba un poco más a los lindos escalones que bajaban para caminar al jardín.
—Estás seguro, estoy contigo.
—¡Pero no es seguro! podría haber alguien en la cerca, o… en los árboles.
—Sonic —extendió su mano para poder recibir la del azul—, esta bien, estare contigo. No debes temer, toma mi mano, será igual que cuando nadas conmigo.
—So-Solo que allí… estaba mojado… —murmuró, extendiendo su mano hasta tomar las del moreno. Apretando su agarre, y solo al intentar poner el pie derecho fuera, su corazón se aceleró.
—N-No, espera… espera, ¿lo intentamos mañana?
—Venga, ya casi estás fuera.
—¡N-No! —grito, tirando con fuerza de sus manos para atraer al muchacho hacia su cuerpo y con clara lógica, el moreno se resistió y tiró del chico, forcejeando un poco por el jovencito que se lograba mantener con fuerza en la orilla de aquel lindo ventanal.
—¡Solo un pie!
—¡Déjame regresar dentro! —contestó desesperado—, ¡conformate con mis manos fuera!
—¡Sonic! —grito el hombre con exagerada fuerza para poder llevarlo fuera, y Sonic no pudiendo soportarlo, resbaló al intentar salir, empujando al azabache, cayendo arriba suyo—, mierda...—suspiro— fuera...
Sonic claramente reaccionó al instante de sentirse fuera de aquella burbuja, con una experiencia aterradora y expresiones iguales a las de una presa, se quitó de encima de su esposo y regresó gateando con horror dentro de la casa, desatando un estado anímico de ansiedad y miedo en todo su cuerpo. Temblando, jadeando, sintiendo que incluso su propio sudor se volvió frío en la piel. Su pulso iba más rápido que de costumbre, las manos le temblaban del horror que estaba sintiendo en ese preciso instante. Desgraciadamente, esto condujo a que un leve ataque de pánico le rodeara el pecho, la cabeza le daba vueltas, quería vomitar por el miedo que le hacía sentir.
Shadow reaccionó al instante en que logró escuchar los jadeos y las quejas de dolor que mostraba el chico y rápidamente cogió la chaqueta que tenía en un perchero en aquella habitación, llevándolas para cubrir al joven chico que temblaba como si tuviese frío.
—Sonic. Hey, mírame. Respira.
—Sha-Shadow.
—Así —enseño una respiración profunda—, hazlo conmigo. Respira.
El chico comenzó a seguir la lenta y profunda respiración que daba su pareja, sosteniendo el aire que con mucho esfuerzo le costaba obtener, llevando ambas manos a su pecho y notando el golpe de su corazón bajar. Controlando la respiración un poco más lento.
—¿Necesitas algo? —preguntó su pareja con preocupación.
—N-No… solo déjame respirar un poco.
Pidió, recostandose en el suelo, respirando mucho más tranquilo, incluso su dulce gatita fue hasta él y se colocó a su lado izquierdo, esperando caricias suyas.
—Sonic perdón. Esto fue un error…
—No. Fue mío por quererme forzar. Esta bien… no sucedió nada malo.
—¿Te sientes bien?, puedo llamar…
—Shadow, estoy bien.— Contestó con una sonrisa, acariciando al pequeño felino. Prestando atención a cuándo su marido se recostó con él en el frío del suelo.
—Bueno…
—¿Qué?
—Fue un buen avance —se burló, recibiendo risas por parte del moreno.
—¿Eso fue un avance? —volvió a preguntar y el chico asintió con la cabeza—. Bien, no puedo entonces esperar a los verdaderos resultados.
Sonic lo miró con curiosidad.
—A la otra creo que prefiero aprender a nadar.
—No —dijo Shadow con una sonrisa—, capaz y te ahogas.
Sonic dio un leve golpe en el brazo al muchacho, indignado—, ¡no sucedió!
—Recuerdo que me estabas gritando cuando apenas metiste los pies al agua.
Sonic se molesto, y se levantó del suelo, mirando con disgusto a su pareja.
—Eres un cabron.
—Auch —fingió—, que grosero eres.
—Oh cállate. Ponte de pie.
Justo entonces, Shadow hizo una de esas sonrisas arrogantes y presumidas que a veces le ponía para ponerlo de caprichoso. Lo que provocó una reacción molesta de su pareja, haciéndolo salir de aquella habitación en dirección de la cocina.
—¿De verdad te enojaste? —pregunto al verlo irse, y no recibió respuesta. Dejo pasar solo unos cuantos minutos antes de siquiera molestarse en ir a buscarlo.
Camino hasta llegar a la cocina donde escuchaba el golpear de los platos y los cubiertos de metal, lo que le hizo sonreír.
Shadow se paró apoyándose sobre el alto comedor quedando con la vista perfecta de la espalda de su esposo. Sonriendo por como supuestamente buscaba ignorarlo.
—Te ves muy bien con ese pantalón.— Dijo de manera tranquila, pero no para el joven chico, que se sobre salto y empuño el cubierto con fuerza.
—¿¡Que te sucede haciendo eso!?—expresó, con las mejillas infladas por el postre que estaba comiendo. Haciendo reir al mayor, quien fue caminando hasta él.
—¿Me vas a amenazar con una cuchara?
—¡Pues sí!, joder…eres peor que Ezis, no haces ruido.
—Lo siento —se disculpó, y tomó aquella cuchara de metal entre sus manos y con gusto le dio un beso—. Mmm, ¿arroz con leche?
Pregunto y Sonic asintió con la cabeza—, está muy delicioso.
—¿Lo trajo Rosse?
—Sí, ¿quieres probarlo? —Shadow le dijo que <<sí>>, pero con la misma cuchara, la pego a los labios del azul, cosa que se le hizo extraña, pero no tanto cuando los labios del moreno lo besaron al instante en que la quitó de su boca.
El embarrarlo solo era un pretexto para poder saborear de nuevo la dulce forma de sus belfos. Y claro, Sonic le devolvía el beso. Hasta que se detuvo por el escandaloso sonido del timbre. Quien quiera que fuese eligieron un mal momento para estar tocando el maldito timbre; Shadow muy regañadientes fue, mientras más dejaba que ese timbre sonara, más acababa su paciencia, decidido abrir la maldita puerta y poder gritar a quien fuera que estuviera detrás de ella.
—¿Quién mierda es? —pregunto sin molestarse a mirar por aquel orificio que daba la imagen del exterior.
—¡Cariño, soy yo, tu amiga favorita! —exclamó una mujer que claramente no deseaba ver. Al menos no ese día.
Y de mala manera abrió la puerta, topándose a una bola de gorrones detrás de ella.—Lo que coloquialmente llaman amigos—
—¿Qué hacen aquí?
—Te dije que haría una reunión para el pequeño. Ahora déjanos pasar.
Shadow de muy mala manera les permitió el paso a todos ellos, dejando que una sensación de incomodidad le retorciera el estómago. Su día privado con el chico se terminó.