CÓDIGO: F.O.B.I.A. 《SONADOW/SHADONIC》🔞

Capítulo 25

El descenso del prodigio.

"El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza"
A.N
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Despertó de nuevo en aquel cuarto, una habitación mucho más pequeña que la compartida con Shadow. Con detalles personales que <<él>> le aceptó tener. Aunque debía agradecerle, la cama era suave, las almohadas también, incluso las sábanas estaban bien cuidadas. Tenía su propio baño y también una cajonera donde guardaba prendas que le daban a usar.
Sonic miraba la ventana sellada, esperando el día en que pudiese salir, realmente se preguntaba sí: ¿su familia lo buscaba? ¿Shadow? ¿Sus amigos? Alguien, o era una estadística más.

La puerta, aquella pesada puerta que intento abrir los primeros días le llama la atención, de nuevo aquel muchacho entraba para darle de desayunar.

—Es temprano para qué estés de pie.
—Escuche gotas en la ventana... quería saber sí estaba lloviendo.
—Así es. Quizás esté así todo el día.
—¿Puedo saber qué día es?
—Lunes. Quince.
Su rostro se aflige en un gesto triste, observa como le dejan otro tazón nuevo, esta vez con alimentos sólidos y no las papillas que usualmente le ponían. Y una botella de agua.
—¿Puedo ir a la biblioteca? Quisiera leer otro libro...
Eso era más un pretexto para evitar lo que vendría después de comer. El muchacho que abusó de él lo miró, y aunque no lo creyera se portó benevolente.
—Sabes que no puedes salir de aquí.
—Pero... ayer me... me comporte... por favor, te lo suplicó, quiero ir a leer...
Sonic insiste, y a pesar de que le da miedo se comporta, no intenta acercarse, tampoco se mueve más allá de su cama.
—La ropa. Cámbiate, sabes que odio verte en pijama.
Él contestó, y Sonic se puso de pie para ir a la cajonera, y abrir el primero de sus cajones; acostumbrado a que lo viese desnudo, se retiró la playera y el pantalón, y únicamente cogió una camisa blanca junto a su parte inferior del conjunto.
Y apenas perceptible, siente aquel sujeto ponerse detrás suyo, e ir deslizando sus dedos por las piernas, hasta subir a su cadera dónde se quedan.
—Luces más delgado —susurra sobre su hombro, erizando la piel de esa zona—, ¿sigues pensando en él, Sonic?
Su nombre, odiaba como lo pronunciaba él, y cómo lo repetía una y otra vez mientras lo tocaba en esa cama.
—N-No...
—Shadow tiene razón al decir qué eres malo mintiendo —esta vez le beso la espalda—, dámelo.
Pide. Sonic ignora.
—Sonic, dame tu anillo.
Vuelve a pedir, pero Sonic no desea hacerlo, aprieta su cajonera. Y el sujeto le da la vuelta, tomando su mano izquierda con fuerza.
—Te he pedido el maldito anillo. Dámelo, o te lo arrancaré de los dedos.
Sonic lo miró, y negó lentamente, obteniendo lo que ya esperaba de su desobediencia. Él lo tomó de las púas, y lo arrojó a la orilla de la cama. Aventó su desayuno al suelo, asustando al erizo.
—Te olvidarás de él, de esto. De lo que te une.
Sonic podía oír que luchaba con el cinturón y el cierre, y cerró los ojos con fuerza, era casi toda su mañana. Encerrado en el cuarto, con él, recibiendo el abuso físico o sexual que lo agobia; al menos hasta que se aburría y lo dejaba en paz.

Sonic, está mirando la pared que da a su cama, con las piernas recogidas contra el pecho, mientras escucha cómo se ajusta la ropa y sube el cierre del pantalón.
—Te portaste bien estos días. Y hoy, ¿tenías que hacerlo?
—L-Lo lamento...
—No era tan difícil darme el anillo. ¿Porqué desobedecer?
—... y-yo lo siento... lo siento... perdóname, por favor…
—Las disculpas no van ayudarte. Date un baño, hoy bajaras al sótano, traeré invitados para ti.
—No —expresó, girando en la cama, mirando al chacal, pidiendo que no fuese hacerlo—, por favor. Por favor, no…
—Conoces las reglas. Aparte, necesitamos más…
—No. Por favor, por favor —suplicó, poniéndose de rodillas en el suelo—, te lo ruego, no quiero bajar, por favor... me portaré bien, lo lamento. No quise desobedecer, por favor... por favor... no me hagas esto…
—Sonic —compadeció en su tono, tomando su mentón con los dedos, llenando de esperanza al erizo—, así como súplicas, deberías obedecer.
Sentenció, y él se derrumbó mentalmente, el chacal salió del cuarto, y Sonic no pudo evitar quedarse unos instantes quieto sobre sus pies, mirando la nada o al menos hasta que una sensación de asco le recorrió la garganta y vómito, empezando a llorar por aquello.