Capítulo 4 : Besos marcados en piedras

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Dulce luna brillaba en nuestro cielo

mientras nos arropábamos

con los mantos de nuestras voces perdidas

en un sin fin de relatos,

que se escribían en mi piel

con tinta indeleble.


Nuestros besos quedaban marcados

en las piedras bajo los zapatos

y los susurros se fundieron

en las estrellas parecidas

a aquella pintura de van Gogh

De la cual te hablé una vez.

Novecientos noventa y nueve trozos  (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora