Quise hacerlo para luego abrigarla,
aun así, tuviste miedo,
miedo de mis besos,
miedo de que te confesara
que te quería, miedo de aceptar
que me querías.
Cariño,
solo piénsalo, si nos pudiéramos
echar un poco para atrás,
tal vez, lo hubiéramos
hecho mejor.
Tal vez
estaríamos bien.
Pero ya no importa, ya no quiero
contigo estar bien, lo que quiero
es mi inocencia y los recuerdos bonitos
del principio, las veces en las que el amor
se sintió especial y los
dulces momento de solo de tu
mano estar.
No quiero nada más,
ni los besos en las fiestas, ni
las habitaciones a oscuras,
ni las charlas en mi sala con miradas
lascivias.
No quiero pensar en nada de eso,
solo quiero amor,
un amor que a tu lado
jamás tendré, y
que parece imposible
llegar a tener.
Ya no te quiero aquí,
Porque lo único que deseo
Es sentirme protegida, querida
y no como una botella vacía
abandonada en alguna esquina.
Sin embargo; aun no lo comprendo
Lo digo, lo escribo, y lo vuelvo
a leer una y otra y otra vez, aún
no logro saber lo que explico.
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Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomanceNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...