Estas letras solo pertenecen a ti,
a tus ojos, a tus besos,
hasta pertenecen a esos versos que me dictaste
para crear en entre nosotros
un hermoso poema hablando
de los despechos nostálgico del ayer.
Aun así, cada palabra grita por ti,
grita por tú ausencia y grita
por lo lejos que está tu piel.
Cariño, mis manos están anhelando
tocar cada parte de tu cuerpo,
Llorando por perderse en tu Cabello
azabache mientras que las tuyas
hurgan en mis lunares.
Y tus labios besan mi cuello,
mi frente, mi boca,
mi nariz, mis ojos.
Te extraño,
Te anhelo,
Te adoro...
ESTÁS LEYENDO
Novecientos noventa y nueve trozos (terminada)
RomanceNoches de insomnio le generaron a la escritora una mente tormentosa a punto de estallar, ¿Qué podía hacer? Se preguntó mirando un documento en blanco con la laptop sobre sus piernas, para luego llegar a la conclusión de que tenía que hacer lo que to...